Gente en coche
Corregido el martes 17 a primera hora de la mañana, por cambios en el estado de ánimo. La vida de un vagabundo (Hijo de Satanás)
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Hay más, pero una de las razones por las que me gusta tanto Bukowsky es que escribe cosas así:El tráfico de las primeras horas de la noche comenzaba a llenar de coches la avenida. El sol se estaba poniendo a sus espaldas. Harry observó a los conductores de los coches. Parecían desgraciados. El mundo era desgraciado. La gente estaba en la oscuridad. La gente estaba aterrada y desilusionada. La gente había caído en las trampas. La gente estaba desesperada y a la defensiva. Se sentían como si estuvieran malgastando sus vidas. Y tenían razón.
Traducción* de Cecilia Ceriani y Txaro Santero
Yo he pensado algo parecido muchas veces. Es una idea pesimista y, por lo que de síntoma tiene, supongo que, en el fondo, triste.
Sin embargo, por tonto que resulte, a menudo va acompañada de una sensación de excepcionalidad. A veces incluso he estado a punto de creer, a pesar de su desmesura, lo que unas líneas más abajo escribe Bukowsky:Le pareció que él era la única persona viva del mundo.
Ayer domingo salí a dar un paseo al mediodía y vi muchos coches con parejas y familias yendo a comer a casa de sus padres y sus suegros. Había caras indiferentes y alguna alegre, pero también muchas que me hicieron sentir, solo de pie al borde de la carretera, mirándolos pasar, libre y vivo.
* He citado a los traductores, aunque nunca me acuerdo de ellos, porque esta literatura, la norteamericana contemporánea, no sé por qué, quizá por haberla leído en inglés muy a menudo, me hace valorar especialmente (y, en su caso, agradecer) su trabajo.
"Había caras normales y alguna alegre, pero también muchas que me hicieron sentir, solo de pie al borde de la carretera, mirándolos pasar, muy libre y muy vivo"
ResponderEliminarProbablemente ese mismo pensamiento, pero a la inversa, se le paso por la cabeza a alguno de los que viajaban en el coche al verlo a usted alli, solo, al borde de la carretera.
En la mayoria de las ocasiones las cosas se ven de diferente forma dependiendo con el cristal que se miren.
lia
No tengo la menor duda.
ResponderEliminarEn la mayoría de las ocasiones, no: siempre.
Gracias (¿eres la Lía de hace tiempo?).
Siento decepcionarlo, pero no.
ResponderEliminarEs la primera vez que me animo a escribir, aunque llevo tiempo leyendolo.
lia
No es ninguna decepción.
ResponderEliminar¿Leyó el post anterior? Ya sé que es muy largo, pero de sobreentendidos como éste de la decepción hablaba, en parte.
Bienvenida, entonces.
La conclusion que saque de su post anterior fue que usted considera que deberiamos de ser mas racionales que sentimentales, pensar antes de actuar, intentar entender primero al otro para asi entendernos a nosotros mismos. ( o al menos eso es lo que yo interpreté).
ResponderEliminarSiento decirle que me encanta mi parte impulsiva e irracional, ya que en la mayoria de las ocasiones que me he puesto a analizar demasiado las cosas acabo llegando a conclusiones que no me gustan, aunque quizás sea cobardia.
lia
Entonces, según usted, Porto, ¿qué cara habría que poner ante la amenaza de una sobremesa con la suegra y las cuñadas?
ResponderEliminarSirwood.
¿Qué es una cara normal? ¿Acaso tan egocéntricos somos -es cierto: el hombre es el centro del universo o la medida de todas las cosas- que baremamos desde nuestra realidad? En mi caso, irónica, precisamente.
ResponderEliminarQuizá en vez de "normal" quiso decir "indiferente" o "gris", quizá ante la perspectiva de comer con suegra y cuñadas y, desde luego, es mucho más civilizada que la cara de terror o pavor que le presupongo a Sirwood en semejante trance.
Con todo, me puedo imaginarlo a ud. solo de pie al borde de la carretera, mirándonos pasar. ¿La calle era Montera? ¿No estaría esperando a Cal? ;)
Saludos desde la irónica realidad.
A mi me tocó ir a comer a casa de la suegra, con cuñados incluidos y luego solecito viendo la playa ummmm
ResponderEliminarYo si que me sentí viva y libre....sobre todo porque "la rasqué tooodo el día", disfruté de una inmensa tranquilidad.
!Mire, Porto, lo que me hace éste!:
ResponderEliminarEscribo PriceWatherhouseCoopers, le paso el corrector ortográfico, y me dice que si lo quiero sustituir por proctosigmoidoscopia.
!Se lo juro!
Sirwood.
¿Qué cara tendrían los padres y los suegros?
ResponderEliminarVaya gracia que se te llene la casa un fin de semana.
*El resultado de 111.111 x 111.111 es fantástico.
No se que suegros y cuñados tendrías tú pero pareces encantado de que sean pasado. Muchos queremos y nos divertimos más con la familia política que con la propia
ResponderEliminarpues a mí me encanta comer con mis suegros, son muy divertidos, y además mi suegra cocina estupendamente bien.
ResponderEliminarEso no quiere decir que no me guste hacer otras cosas un domingo.
Porto, creo que es más positiva la envidia que la compasión.
Fundamentalmente porque la envidia es abierte y tiene futuro, y la compasión se acaba en sí misma.
Tenía mucha curiosidad por leer los comentarios a este post ombliguista que has escrito. Y éste de Morelli hablando de la envidia y la compasión me ha parecido muy interesante, por lo poco oído. La envidia es más positiva que la compasión porque tiene futuro...voy a pensarlo.
ResponderEliminar(se le está llenando el blog de anónimos con nombre)
Besos con ombligo.
Buenos días.
ResponderEliminarDesde luego, cuántos ejemplos de interpretaciones personales y dispares. Está muy bien:
Es curioso que yo hable de padres y suegros y alguien me diga que estoy encantado de ver a mis suegros y cuñados como algo pasado (a no ser que la cosa vaya por Sirwood, claro, en cuyo caso envaino).
No creo que mi post anterior sea una defensa de la razón frente a los impulsos. Si algún impulso ataco son los eminentemente temerosos y defensivos, y creo que para librarse de ellos hay que trabajar, utilizando, entre otras cosas (que no he explicado apenas), la razón. Claro que yo barro para casa.
Morelli, no entiendo bien la diferencia que establece, pero vive Dios que no soy capaz de ver absolutamente nada positivo en la envidia, teorías aparte. Porque en un 99% de los casos no creo que sirva de acicate ni motivación para nada bueno, y por tanto ese supuesto futuro es más bien negro: el envidioso no suele tratar de alcanzar al envidiado avanzando más rápido, sino que lo zancadillea para que también se pare. La compasión, por el contrario, justificada o no, es empática y solidaria, y de ella pueden surgir cosas buenas.
Me alegro de que algunos de ustedes lo hayan pasado bien con sus familias y familias políticas. Serían de los de cara alegre o, como mínimo, indiferente (indiferente sería más correcto, sí, Irónico).
¿Pero alguien ha entendido que yo niego esa posibilidad?
Saludos. Y un beso, Princesa.
Pues voy y digo aquí que me leí el post anterior, entero, y me gusta el orden en que está expuesto, con sus numeritos y sangrías de jerarquización.
ResponderEliminarLas formas son importantes para leer una cosa a gusto.
Además, estoy de acuerdo con el corolario. No se trata de ir de simplones por la vida, pasados de éxtasis y queriendo a todo el mundo. Se trata de no sufrir inmotivadamente. Creer que todos actúan para jodernos (aparte de que presupone que tenemos un ego inflado como las palomitas de maíz, lo que no es bueno; tener ego sí es bueno, el suficiente, y basado en el buen humor) es una psicopatía que tiene nombre y apellidos; por tanto, supongo que terapia.
A ver si contesto a este post desde este mismo post, antes de que haya puesto otro, pero sí quiero decirle a Morelli que ha tenido mucha suerte en la vida. No obstante, de los 7 pecados capitales (¿o son veniales?) la envidia es el único que no da placer. Hasta la ira lo da, si consigues meter un patadón en el culo al sujeto que la provoca.
¡¿Pero la envidia?! Es sufrir por el bien ajeno, con un sufrimiento que ni siquiera se compensa si al ajeno le va mal. Gula, lujuria, pereza, lujuria... ¡Eso sí que son pecados chulos!
Oiga, NáN, muy significativo, el lapsus de repetir la lujuria...
ResponderEliminarCon respecto al post anterior, celebro que al menos la forma te haya gustado. ¡Menos da una piedra! :)
Un abrazo.
No hay nada nuevo. A todos nos puede suceder parecer el único vivo sobre la tierra y el único muerto también, alguna vez.
ResponderEliminarOiga, Portorosa, que no. Que la forma me hizo leerlo a gusto para luego estar de acuerdo con él.
ResponderEliminarAh, bueno : )
ResponderEliminar¿Y qué me dice de la lujuria?
Le compro el blog
ResponderEliminar¿Cuanto pide?
¿A quién? ¿A mí?
ResponderEliminarMmmm... Creo que por 6.000 € se lo vendería. Siempre y cuando yo tuviese libertad para abrir otro tal y como quisiera.
Todo un lujo.
ResponderEliminarEl Sr. de Portorosa ha escrito:
ResponderEliminar"¿Pero alguien ha entendido que yo niego esa posibilidad?"
Creo que va más allá de eso. Creo que comparte una reflexión ausente en voz alta, no la juzga (allá cada uno con su respectiva familia política) por mucho que la valore (quiero o no quiero eso). Perdone el atrevimiento.
Creo, en primer lugar, que la referencia al primer texto de Bukowski se refiere a aquellas caras (léase personas) que no se muestran indiferentes o alegres. Son precisamente esas personas las que, en comparación, ¿le permiten a ud. sentirse libre y vivo? Entraría por tanto en juego la envidia, como antítesis, que apunta Morelli: como no le envidio el trámite a los que veo pasar "malgastando sus vidas" me siento libre y vivo. En este sentido la no-envidia es el motor de futuro para un objetivo -no ser como ellos-. Yo solito me he metido en camisa de once varas. ;)
En segundo lugar, ¿la vida y la libertad lo condiciona a la elección o a su actitud ante la elección? En concreto, diría que lo segundo, esto es: si soy feliz con mi elección de comer con la familia política o si me cago en todo por tener que cumplir compromisos que no me hacen puñetera gracia. Perdón por la llaneza de las expresiones.
Y en tercero, no deja de tener relevancia que vea los coches pasar y crea que todos van a comer con la familia (propia o postiza) y no vea a una familia feliz por ir a comer a la playa, por iniciar un viaje, al padre cabreado por aguantar a la prole alborotada o a una mujer a la que no ama o la indiferencia de la mujer ante el desconocido que conduce -en su caso-, etc. Quizá, lo que lo hace sentirse libre y vivo es precisamente el análisis de las múltiples realidades que continuamente pasan ante nuestros ojos, todas desconocidas y que sin embargo analizamos -desde la perspectiva de nuestras propias limitaciones (¡tome enlace con el anterior post!)-. Oppure si muove!
En serio, perdón por el atrevimiento. Anda que no tiene trabajo el psicoanálisis... ¡Y tiempo libre!
Saludos desde la irónica realidad.
Ahora iré a leer su comentado post anterior, mientras decirle, que me gusta esta entrada, Bukowski siempre da que pensar. Y el tema escogido por usted, como ve da mucho de sí, diferentes reacciones, algunos se ofenden, otros comparten, otros mitad y mitad. Si, me gusta.
ResponderEliminar!Joder! Esto está lleno de tías
ResponderEliminarSirwood.
Sirwood,
ResponderEliminares que huelen carne fresca, o coto privado de caza, como guste.
jejeje
(Wala, la palabra verificadora es: mingo)
ah...
buenas noches y tal...
Ultimamente te me escapas vivo, Porto...pero te leo, os leo.. ;-)
ResponderEliminarYa parlaré¡
Bes.
¡Que me escapo vivo, dice! ¡Qué miedo!
ResponderEliminarHola, buenos días a todos.
Irónico, es que me da una pereza contestarle a todo eso... Luego, si tal, ¿vale?
Gracias, Divina. Me alegro de verte.
Sirwood, si es que con esto se liga mogollón. Hombre, tiene la pega de que de vez en cuando entra alguna cazadora sin escrúpulos -y no miro a nadie-, pero bueno, algo terrible, en serio...
Bueno, ya:
ResponderEliminarEl post está escrito desde una subjetividad consciente y asumida (al contrario que otros, en los que me hago ilusiones de estar siendo razonable y justo). Como asumida está, creo yo, la condición de síntoma de mis impresiones.
En un determinado momento, estoy haciendo lo que, dentro de un orden, me da la gana. Y el contraste entre eso y lo que a mí me parecen algunos de los casos que veo acentúa la sensación de libertad.
Y, como no hago daño a nadie (digo yo), me encanta el juego de imaginar las vidas ajenas a partir de un vistazo.
(No vea ninguna categorización ni conclusión sobre las familias políticas, por favor, que no pretendo nada de eso. Naturalmente que sé que me equivoco en la mayoría de mis apreciaciones.)
Un saludo.