Los psicólogos evolucionistas también recomiendan Carpe diem
Tal vez no conozcan ustedes el blog Cambio radical, enlazado aquí al margen. En tal caso, apresúrense a poner fin a esa situación; es un blog muy bien escrito, muy gracioso y original hasta la sospecha de anomalía psíquica (perdone, Harry, pero me temo que así es).
Pues en él se hablaba el otro día del psicólogo Steven Pinker, del que yo no sabía nada. Y he encontrado por ahí un artículo suyo titulado El misterio de la conciencia.
En él, tras defender que la conciencia no es más (ni menos) que actividad cerebral, actividad física (bueno, y química) pura y dura, dice que eso excluye la posibilidad de la existencia de un alma independiente, y por tanto, con mayor razón, de la inmortalidad de ésta. Y se pregunta por las implicaciones morales de esto; o, mejor dicho, por las implicaciones que sobre la moral tiene.
Para Pinker, la biología de la conciencia ofrece una base más sólida para la moralidad que el indemostrable dogma de un alma inmortal; entre otras cosas, porque nos iguala a todos y hace más intuitivo el reconocimiento de los intereses ajenos.
Eso daría para discutir largo y tendido, pero, en cualquier caso, me gusta mucho la frase con la que concluye el ensayo, y que me ha hecho recordar a otro blogger:
Yo diría que no hay nada que dé más sentido a la vida que la convicción de que cada momento de conciencia es un precioso y frágil regalo.
Llámeme sentimental o romántico, pero me niego a reducir el amor a meros impulsos químicos o la conciencia a una conjunción biológica, pese a no ser creyente ni en el alma, ni en la inmortalidad ni en dios alguno. ¿O quizá sí?
ResponderEliminarPero la reducción del pensamiento a un algoritmo de interacciones químicas me produce vértigo: ¿quién nos dice que en ese azar de posibilidades no existe en el infinito cosmos una combinación tal que en otro tiempo y lugar yo mismo -sin ser yo sino otro yo- esté realizando, haya realizado o realizaré este mismo razonamiento? La probabilidad es muy pequeña, ínfima si quieren, pero existe.
Saludos desde la irónica y relativa realidad.
No se preocupe, Portorosa, que sé que dice usted lo de mi posible anomalía mental desde el cariño. Bueno, y para que no emigre a mi blog en bloque su mesnada de seguidoras, eso también.
ResponderEliminarYo no tengo problema alguno en creer que el amor se reduce a impulsos químicos o eléctricos. Es más, intuyo empíricamente que Eva Mendes y yo estamos conectados por ondas eléctricas. Ahora, la cosa es encontrar la onda y sintonizarla.
Gracias por su comprensión, Harry. Me ha calado usted.
ResponderEliminarIrónico, ¿ahora también es relativo?
(Alguien de Filipinas se ha pasado casi media hora leyendo el blog, tras haber entrado buscando un título de Mailer y otro de Roth. ¡Qué fantástico es esto de internet!)
ResponderEliminar¡Y tanto que es fantástico! Muchas gracias por la parte que me toca, Portorosa. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús.
ResponderEliminarque el amor, o cualquier otro sentimiento, se reduzca a una serie de reacciones químicas e interacciones hormonales no tiene ninguna trascendencia.
ResponderEliminar¿Me gusta conducir? Pues me gusta a pesar de que no sé exactamente como funciona un motor de explosión, o independientemente de que lo sepa.
Es totalmente imposible que ese hombre crea en la existencia del alma humana, ¿usted ha visto por todo lo que ha tenido que pasar?: primero una psicóloga clínica, luego una psicóloga cognitiva y ahora una profesora de filosofía...
ResponderEliminarSirwood.
que original tu blog me parece a ratos que te ries de ti del resto de los mortales, del mundo...vamos que eres sencillo facil y liviano como una pluma y te centras en lo que te da la gana, me parece que tu blog es genial, te enlazare al mio para que los que me visitan se rian un poco y piensen en la levedad del ser...bikiños para ti de una chilena que ama Galicia
ResponderEliminarhttp://eljuiciodeltalmud.blogspot.com
Te falta una cantidad ridícula de no sé qué sustancia química, que impide que se produzcan unas reacciones físicas, y se te va la olla. La puta realidad, pero cómo cuesta aceptarla. Lo que no quita que haya emociones malignas encapsuladas en redes neuronales que causen la disminución de esa sustancia química.
ResponderEliminarPor eso, si llega la aflicción, hay que encender la vela por los dos cabos. De ahí la sabiduría del conocido refrán popular:
Al terapeuta contando y las pastillitas tomando.
La última frase del post es de quitarse el sombrero de los domingos.
apoyo lo de que cambio radical es el más grande de los blogs, pero he de discrepar acerca de la afirmación sobre el estado mental de su creador: su profunda visión se inició desde el análisis continuo de una faceta de la vida que, como todo el mundo sabe, al final nos conduce a la totalidad, y así los frutos hoy se recogen!!
ResponderEliminarsi el amor es un conjunto de impulsos químicos, el odio también lo es?
ResponderEliminarahora me siento mucho mejor, porque yo no tengo la culpa de que haya personas que me caigan como el culo.
No cuela, Cel.lia: que sea el alma o un ácido ferroso, no hay eximente.
ResponderEliminarEse conjunto químico-físico, eres tú. Fíjate.
Estoy seguro de que razones hay para que tu óxido enestemitoso se suva por las paredes cuando ves a esas personas. ¿Quién dijo que las moléculas son tontas?
Disfruta de tus odios (sin contravenir lo que dice el señor sentado sobre la "intención".
Steven Pinker es, además de un peñazo insufrible, un poco fantasma. Eso de que "los neurocientíficos cognitivos casi pueden leer los pensamientos de una persona a partir del flujo sanguíneo en su cerebro"... hay que joderse con el "casi". Pero sí, en lo esencial lleva razón: hay tantas evidencias de la existencia del alma como del Ratoncito Pérez. Y si no hay ninguna evidencia es absurdo creer en ello.
ResponderEliminarPero para eso no hace falta darle tantas vueltas; como dice, Daniel Dennett, "especular con zombis y colores invertidos es una pérdida de tiempo y no hay nada más que explicar"
Ah, por cierto: ironía y relatividad sí están emparentadas... Pero esa sería otra historia ;-)
Hola Porto, últimamente no he podido mirar tu blog con calma, sólo quería pasar por aquí para saludarte, que ya lo echaba yo de menos...
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Un beso.
Que el amor, el odio o la manía de no pisar las rayas al caminar pasen de ser obra de un alma intangible a ser el resultado de unas cuantas sinapsis para mí no sólo no le quita misterio a la cosa sino que, verdaderamente, lo hace todo mucho más acojonante e incomprensible.
ResponderEliminarLo del romanticismo sí que se lo puedo conceder, a Irónico (por cierto, Brian, con la relación ironía-relatividad me refería a los nombres del anónimo, valga la contradicción).
Rociolat, me han dicho algunos piropos en estos años, pero, sinceramente, el tuyo me ha gustado mucho. Sobre todo me gusta eso de que me centro en lo que me da la gana. Muchas gracias, y bienvenida.
A todos, gracias, y buen puente, si lo es (en Hong-Kong para mí que no ha sido el día del Padre, ¿no?...).
Y a Celia, que no se preocupe, que la vamos a seguir odi...queriendo igual.
Besos y abrazos.
"Yo diría que no hay nada que dé más sentido a la vida que la convicción de que cada momento de conciencia es un precioso y frágil regalo"
ResponderEliminarYo no me atrevería a decir tanto, pero me conformo con pensar que si al menos en el día un momento de conciencia es precisamente eso, un precioso y frágil regalo,ya habrá valido la pena aguantar los otros millones de momentos.
lia.
20 de marzo: Día Mundial del Sueño.
ResponderEliminarS.
Ahora que lo pienso, si los psi. ev. "también" recomiendan el Carpe diem, eso quiere decir que hay psicólogos que no lo recomiendan.
ResponderEliminarEs como lo del anunción de que 9 de cada 10 dentistas recomiendan chicle sin azúcar. Uno se queda con ganas de decir: ¡queremos ver la cara de ese dentista de cada 10 que es perverso y recomienda que los tomemos con azúcar.
Pues aquí lo mismo: ¿qué psicólogos recomiendan una vida de sufrimiento?
Los quiero en la picota!
No, yo lo que quería decir es que el carpe diem no sólo lo recomienda Robin Williams, NáN; que éstos lo apoyan.
ResponderEliminarPues no está mal eso tampoco, Lia.
Sirwood, eso es evidente, viendo las visitas.
tonto.
ResponderEliminarPues no, Porto, aquí hoy no celebran el día del Padre... así que tampoco hay puente...
ResponderEliminarFeliz puente, pues.
Yo tampoco tengo, Carol. ¿Si no, cómo iba a estar aquí?
ResponderEliminar(Pero ayer sí tuve día del Padre, y mis hijos me hicieron unos regalos preciosos.)
Celia, ¿tú también, hija mía?
Yo me autoregalé 'Todos los éxitos de Los 2 españoles'. Estoy que lo flipo.
ResponderEliminarS.
Es usted un sibarita, Sir.
ResponderEliminar!Un respeto!, que le cantan a un paisano suyo.
ResponderEliminar¿Que no ha oído la de Manuel Muñiz?
S.
Me temo que no.
ResponderEliminarYo hago lo que puedo, hago lo que puedo...
Mi hijo tuvo el buen gusto de venir a comer y traerle unas flores a su madre, porque usted lo vale, y no hacer mención a mi posible paternidad. Porque como me decía mi padre en ocasiones en las que yo molestaba, "No me cago en tu padre por si acaso".
ResponderEliminar¿Y usted eso lo lleva bien, como parece?
ResponderEliminar¡¡Me voy, me dejan salir, ya!!
ResponderEliminar¡Viva, a la calle, a vivir que son dos días!
Buen fin de semana a todos.
Lo llevo excelentemente. Esa duda metódica es buena consejera.
ResponderEliminarYo siempre les digo a los jovenes y en especial a las jovenas que el amor ese que dicen que tienen es un desajuste hormonal. Me siento raro, porque ya no entiendo que implicaciones morales se le pueden buscar a la razon.
ResponderEliminarY encima tengo unos amigos que trabajan con chimpances. Esos si que lo tienen claro.