Locura
El niño, de dos o tres años, sale de la guardería corriendo por el pasillo hasta la puerta. Lo esperan, excepcionalmente, sus abuelos.
- ¡¡Hola, cariño!! Holaaa.
- Vine corriendo.
- ¿Sí? ¿Corrías...? ¿Escapabas? Nooo, nooo. No se escapa, no, ¿eh? No se
escapa. ¿Verdad que no se escapa?
Y luego nos extrañamos de ver tanto chalado. Joder, si teníamos que estar todos como cabras...
Puede servir como excusa, como justificante, después, cuando se escape de casa para irse a Rapa das bestas, por ejemplo.
ResponderEliminarO se le olvidará.
Ahora se acercan unas de las fechas más locas del año, las navidades, el fin de año, este año en medio de la crisis. Veremos cómo se muestran esas locuras silentes caminantes que seguro tantos llevan consigo.
Un saludo, porto
¡Hola!
ResponderEliminarMuy bueno. Muy, muy bueno...
A veces, ¡muchas veces! me pregunto si los niños no se darán cuenta de lo idiotas que podemos llegar a ser los adultos. Creo que fué Dumas el que dijo algo así como que siendo los niños tan inteligentes, no entendía como los adultos éramos tan tontos, que debía ser cosa de la educación...
Jajajaja...Pues estoy completamente de acuerdo con Dumas o con quien sea que lo dijese.
ResponderEliminarA mí me admira que ya entrado el siglo XXI todavía sigamos con esta visión rousseniana de los niños. Los niños son portadores de la misma naturaleza que los adultos; son igual de hijo putas, igual de egoístas o igual de retorcidos que los adultos, solo que en pequeño.
ResponderEliminaren la película "hoy empieza todo", un profesor de educación infantil se angustia cuando reflexiona sobre la inmensa responsabilidad que supone "modelar" la personalidad de un niño en la escuela, que cuando accede a la enseñanza es un diamante en bruto y cuando sale está completamente condicionado por lo que ha aprendido, y también, por lo que no ha aprendido.
ResponderEliminarMe pregunto si los profesores y la administración educativa parten de esta terrible responsabilidad o simplemente dejan que todo ocurra como si fuera natural o inevitable.
Joder, si teníamos que estar todos como cabras...
ResponderEliminar¿Alguien duda de que, quien más quien menos, lo estamos? Básicamente somos primates esquizofrénicos.
Un abrazo (con la mano derecha metida en la camisa y un gorro de papel en la cabeza).
Se hablaba de inteligentes vs. tontos, no de buenos vs. malos, querido Brian.
ResponderEliminarVengo con muchas prisas. Saludos a todos, y hasta el lunes.
Hola.
ResponderEliminarPues decía yo que la cuestión es si nos entorpecemos con los años.
Supongo que casi nadie discutirá que los adultos sabemos, en "términos absolutos", más que los niños. Pero os aseguro que, desde que soy padre, he pensado muchas, muchas veces, que con la edad y la educación (no la académica, sino la que mamamos cada minuto) nos vamos limitando, se nos van cortando las alas, nos vamos constriñendo a "circular" por los caminos que nos van señalando y nada más. Me da la sensación (y me la da realmente, sin leer a Punset ni estudios sobre las ondas cerebrales) de que el potencial que parece mostrar un niño se queda en eso, en potencial, porque según se va haciendo mayor, en lugar de ir dándole medios para crecer lo vamos dejando sin sitio.
Tal vez esa impresión sea falsa, sea sólo el resultado de lo que nos deslumbra cualquier cosa que hace un bebé; pero soy sincero cuando os digo que, viendo a mis hijos y a los niños que conozco, me parece que en términos generales sufren un proceso de "normalización" que no se traduce en crecimiento.
Vamos, hablando en plata: que los vamos haciendo tontos.
Porque (y pregunto), ¿no es la educación demasiado igual a ir encauzando, y sólo a ir encauzando?
Buenos días.
Y justo después de escribir el anterior comentario, voy al blog "Adicto a la gente", interesantísimo, y me encuentro con esto, al comienzo de un post:
ResponderEliminarCuando un crío llega al mundo es un ser lleno de potencialidades. El mayor o menor desarrollo de sus posibilidades dependerá de la interacción con el medio.
Manda carallo. Voy a ver cómo sigue. Se lo recomiendo.
a mi me preocupa la interaccion con el medio escolar. Lo que un niño aprende jugando, viviendao con sus padres, estando con sus abuelos o familiares... es la propia vida. Es lógico que todo su entorno le influya y, como decía "adicto a la gente", lo mejor será que conozca alternativas e escoja la que mas le apetezca en cada momento. Pero la enseñanza es una parte programada de la vida. Por poner un ejemplo: cuando se ven pasar los autobuses cargados de niños en invierno, a las ocho de la mañana, hacia los colegios ¿no les estamos privando de despertarse con la luz del día para que luego, cuando sean mayores y madruguen para ir al trabajo, no estrañen el amanecer? ¿No es cruel poner los horarios escolares de los niños, incluso en verano, en función de los horarios de los padres?
ResponderEliminarYo, ya de pequeño, cuando lo sufría en mis carnes, no entendía por qué teníamos que empezar el colegio tan temprano, por qué no se podía retrasar todo una o dos horas.
ResponderEliminarAhora lo entiendo, pero sí que me parece una verdadera putada para ellos.
Un saludo, Morelli (qué poco deja usted saber de usted, Morelli...).
Y buenos días everybody.
Me parece que hay algo que nadie dice. La edad de los padres influye mucho en la educación familiar.
ResponderEliminarBuen día
Hola, Luna.
ResponderEliminarInfluye, pero influyen también, y tanto, tantas otras cosas, que me parece que la edad no es garantía de nada, ni bueno ni malo.
Pero sí, influye. Yo no soy el que era hace quince años, ni el de hace cinco.
A mí, por ejemplo, ser padre en la treintena me parece genial, porque creo que estaba más preparado, más centrado, etc. Pero hay quien considera más importante recibir a los hijos con la energía física de la juventud...
Un beso.
jajaja !la virgen! me estaba imaginando la cara de la abuela ahí toda grandota (recordad la percepción del tamaño de las cosas cuando teníamos cuatro años)y tu pensando algo parecido a !qué tia más gilipollas! Pero claro, aún no conoces el significado de esta palabra, te das cuenta cuando alguien como vos, Sr. Porto traes estás imagenes a nuestras cabezas.
ResponderEliminarBesos
Besos, Nena (uy, qué bien suena esto), y buenos días.
ResponderEliminarY no digamos cuando son los supuestamente "profesionales", a quienes dejamos a nuestros niños confiando en la susodicha profesionalidad, los que dicen esas cosas.... porque las dicen, doy fe.
ResponderEliminarTu prima la de Coru.
¡Hola, M.! Me hace mucha ilusión que comentes tú sobre este tema.
ResponderEliminarUn besiño.
Pura y dura alienación, señores.
ResponderEliminarSoy testigo de que esa "normalización" atrofia el cerebro y la personalidad del individuo que la recibe. Enseñan a pensar como ellos.
Saludos.
Bienvenido, Daniel.
ResponderEliminarEnseñaré lo del ñu y el pingüino a mis hijos, que son amantes de los animales y sienten gran simpatía, concretamente (y no me pregunte por qué) por los ñus.
Saludos.