¿Eres tú, Cleo?
Esta mañana, el programa Música y más de Radio Clásica (uno de los más sólidos cimientos de mi torre de marfil, sobre todo algunos días) llevaba por título La reina Cleopatra, y todas las obras emitidas tenían que ver con ella.
Creo que ha sido al presentar la obra de Barber, Antonio y Cleopatra, cuando el locutor ha comentado que Marco Antonio se suicidó al creer, engañado, que su regia amante había muerto.
Y es asombroso pensar que lo que para el romano fue un obstáculo insalvable que lo arrojó, desesperado, a su trágico final, hasta el más humilde de nosotros, unos de los que en la Roma imperial habría acudido al desfile en honor del general victorioso y, entre la muchedumbre, inclinado sobrecogido la cabeza a su paso, tendría hoy en su mano mil modos de solucionarlo.
Como mucho, pasaría unos instantes de incertidumbre si en ese momento ella estuviese fuera de cobertura.
El mundo ha cambiado que es una barbaridad.
ResponderEliminarAhora hay un exceso de información, lo cual puede abrumarnos y, en muchos casos, insensibilizarnos ante el mal ajeno. Ése que dice en uno de sus post que debe ser mentira porque no se comprende que nadie haga nada por remediarlo.
Un saludo.
Pues sí. Los tiempos cambian casi a lo loco y sin darnos cuenta (si mi abuela paterna levantara la cabeza, la volvía a sentar ipso facto sobre el lecho funerario del susto).
ResponderEliminarSiempre que oigo hablar del móvil (instrumento horrible que odio cada día más) me acuerdo de una columna que leí hace tiempo de Juan Manuel de Prada sobre el cine y los celulares. Todo lo que habría cambiado el Séptimo Arte con una llamada a tiempo, ¿verdad? Y eso sólo por hablar del Cine (¡cómo nos apañábamos antes sin móvil y sin internet!).
Maldito instrumento esclavizante.
Muchos besos. Cal.
Antes si alguien no contestaba una carta tenía la disculpa de decir que habían matado al correo o se había espatarrado por Despeñaperros, ahora cuando alguien pasa de alquien lo tenemos claro. Si no llama, si ni contesta a los mails a vuelta de correo, si no te manda unos cuantos mensajes diarios diciendo lo que te quiere...está claro, o es tu marido, o le importas menos que un aviso de multa por mal estacionamiento en Coimbra.
ResponderEliminarBeso.
M.
Chico, con esta reflexión has alcanzado las más altas cotas de Portorosismo... Bravo, maestro.
ResponderEliminarBien visto, sí señor.
ResponderEliminar...o es tu marido... ¡Ay, Miranda, ay!
ResponderEliminarBeso.
¿Portorosismo? Suena bien, a mi ego parece que le gusta; ¿pero qué es?
Gracias, S.
Gracias, Ignacio (Nacho, he estado leyendo tu blog; como ves, no he tocado el tema, pero como en su día hablamos bastante de él, quería decirte que, por motivos personales, estos días no estoy nada al tanto de los periódicos, y no soy capaz de hacerme una idea propia de qué está pasando, ni de tener una opinión al respecto. That's why).
Abrazos, y buenos días.
Portorosismo. Tu estilo propio Portorosa. Con una sensibilidad especial. No comento muchas veces precisamente para no romperla.
ResponderEliminarQue hubiera comentado sobre el suicidio de Marco Antonio? Que fue un craso error. Y no porque estuviera engañado respecto a la muerte de su amada, si no porque hay que quererse por encima de todos. Bueno, por encima de todos no. Rectifico. Por debajo de los hijos.
Besos,
La flaca
Por debajo de los hijos, también lo creo yo.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Flaca.
Parece, pues, que Marco Antonio se suicidó por falta de información (o por mala información).
ResponderEliminar¿La tenemos hoy mejor a pesar de los móviles?
Me he acostumbrado ya a discutir con amigos con los que coincidiría en las opiniones si no discrepáramos en los hechos. Y no hay manera de que nos pongamos de acuerdo.
¡Ah, por supuesto, no pretendía dar a entender lo contrario!
ResponderEliminarUna cosa es este capítulo en concreto, en el que sí que resulta chocante lo limitados que en ciertos aspectos estaban comparados con nosotros, y otra muy distinta que ahora estemos mejor que antes.
La información entendida como datos, como materia prima del conocimiento, no es más que un medio; por sí sola no vale nada, si no desemboca en algo, llamémosle conocimiento, llamémosle conclusiones, ideas, o lo que sea.
Resumiendo mucho, te diré que en mi opinión la desinformación atroz que padecemos hoy en día se consigue mediante/es consecuencia de un abrumador exceso de información. Y los resultados son los mismos que cuando la información era casi inexistente: nadie sabe nada, nadie se entera de verdad de nada, nadie es consciente ni tiene tiempo, ni preparación, ni perspectiva, para sacarle partido a lo que le llega, para analizar y sacar conclusiones.
Al margen de eso, ya he comentado alguna vez hasta qué punto los desacuerdos surgen demasiado a menudo de diferencias, como tú dices, en los hechos sobre los que opinamos, en la percepción de la realidad, en realidades diferentes, y no tanto en la opinión que éstas nos merecen.
Un abrazo.
No estoy de acuerdo en nada de lo que has dicho aquí arriba.
ResponderEliminarCreo que vivimos un momento privilegiado precisamente por la posibilidad (y rapidez) de obtener información y comunicación.
No sé de qué gente hablas, la que yo trato (me refiero a la calle, comercios, etc) sabe y conoce de miles de cosas más que hace cuarenta años. Es más, hace cuarenta o cincuenta años ni siquiera un universitario sabría, tendría el conocimiento general que ahora tiene un fontanero.
Conocemos animales en su habitat que ni siendo Amundsen podríamos haber visto, conocemos y observamos el Universo, hablamos con amigos y familia en tiempo y modo que hace que mantener incluso una relación sea factible. Hace cincuenta años si un hermano (de Asturias, por decir algo) se casaba con una de Cádiz y se iba a vivir allí, es muy probable que se volviera a ver con su familia como mucho tres veces, por razones de muertes seguramente.
Hace sesenta ir de un pueblo a otro, en algunos sitios, era imposible salvo en carro, y eso suponía incomunicación. Hoy en Tudanca (pueblo que te aconsejo visitar, y la casa de Cossío, claro) ven peces payaso (y payasos humanos) en la televisión, escuchan y ven a los políticos en la cámara, oyen radios y ven películas en cd.
Eso es información y eso con el tiempo y la práctica se convierte en opinión, que no es preciso verterla, escribirla en un blog o en un periódico para que sirva o importe tanto como aquellas.
Y sólo con tener esa posibilidad, esa ventana al mundo, al universo, a la propia familia ya se le "saca partido".
Beso.
M.
Miranda, bonita (del norte, para más señas), debo decirte, en primer lugar, que sólo hablábamos de información, no de medios de transporte ni de que ahora haya frigoríficos en vez de arcones con sal.
ResponderEliminarYo hablo de la gente de la calle, de la media. Y de ellos digo que, a pesar de que desde luego tienen muchísima información, infinítamente más que antes, de poco les vale. Y digo eso porque soy, parece, algo más pesimista que tú, y creo que no le sacan partido. Creo que esa información es en un % enorme terriblemente fugaz y, a la postre, casi inútil. Que no se traduce en más conocimientos, ni desde luego en una mayor comprensión del mundo. Faltan las herramientas para analizarla.
¿Estamos mejor (en ese aspecto) que antes?
Naturalmente, la discusión al final será cuestión de grados, y de a qué le llamamos cada uno estar un poco mejor, o mucho mejor. Puedo admitir que estemos mejor, y desde luego creo que una parte de la sociedad tiene y aprovecha unas posibilidades inimaginables hace unos años; pero, en lo que a la media se refiere, creo que la mejoría es mínima. Y, además, creo que es de destacar el hecho de que, siendo escasa, tenemos la idea de todo lo contrario. Es decir, apenas hemos mejorado, en la práctica (para mí), y tenemos la sensación de que no se nos escapa nada; con lo que estamos más indefensos. Me parece que somos más tontos, unos tontos satisfechos.
Me parece.
En fin, supongo que en otro momento defendería todo lo contrario, pero hoy ha salido así la cosa...
Un beso.
jajajajajaja!!!
ResponderEliminarMe ha encantado ese "bonita" con rintintin, de respuesta chincha chincha.
Aquí (en mi casa) para eso usamos mucho el "mira, ricamona".
JAJAJAJAJAJAJA!!!
Beso, que me voy corriendo a cosas espantosas con coches y calores.
M.
Besos, y que te sea leve. El buen tiempo puede ser horroroso.
ResponderEliminarBesos, insisto.
Mucha información y poco tiempo.
ResponderEliminarLas rosas están en flor y no tenemos tiempo de olerlas.
Los amigos tienen problemas y no tenemos tiempos de escucharles.
Los números de teléfonos están el móvil y no tenemos tiempo de marcalos y el día que nos acordamos, se nos ha perdido y con ello toda la información.
El tema de M. A sería de información o de tiempo? ¿tuvo alguién tiempo para avisarle?
Sr. Portorrosa, salvo que esté en un error ¿para cuando el bebé?
Saludos
Luna
A M. A. le avisaron de que había muerto, y él no tuvo información para comprobarlo; no al menos en un período de tiempo soportable para él. Supongo.
ResponderEliminarPara dentro de unas tres semanas, Luna. Muchas gracias.
Besos.
Pensaba en voz alta,Porto.
ResponderEliminarEstaré pendiente de tus noticias sobre el peque.
Saludos.
Luna