Táboa Redonda: En Castromil por Rusia
En Castromil por Rusia
"Lo
malo de los amores platónicos es que, o se cuidan mucho, guardándolos bajo una
campana de cristal inmaculado herméticamente cerrada, o están abocados a dejar
de serlo. Como no tome uno precauciones para asegurarse de que el objeto de su
pasión sigue siendo inaccesible, puede acabar conociéndolo, con las dramáticas consecuencias
que eso suele acarrear. Mejor que Dante no supiera si a Beatrice le olía el
aliento.
Con
los sitios pasa lo mismo. El otro día, en una fiesta, conocí a una chica de
Vladivostok. ¡De Vladivostok! Del Este ya se veía que era, y le inquirí que de
dónde. De Rusia, respondiome. Supuse que de algún lugar en concreto, dentro de
tan vasto país, tenía que ser, e insistile, aun a sabiendas de que era más que
probable que su contestación me dejara como estaba. Pero hete aquí que me suelta,
sin darle mayor importancia, que de Vladivostok. Tan tranquila. Como quien dice
Móstoles o Curtis.
Tras
emitir, atónito, alguna interjección, me faltó tiempo para contarle, entusiasmado,
que hacer el Transiberiano era uno de mis sueños y que, además, se lo tenía
prometido a mi hijo. Y a ella le faltó tiempo para preguntarme, con los ojos
como platos, si estaba loco, y para sentenciar que aquello era un infierno y
que ella no lo querría ni regalado.
A
partir de ese punto, pasó a enumerar los múltiples horrores del viaje. Por
suerte, sus críticas dejaron de hacer mella en mi ánimo cuando citó como principales
inconvenientes su duración y el hecho de que solo hubiese paisajes y más paisajes.
Ya más tranquilo, pasamos a la típica comparativa Vladivostok-Ferrol: mi
principal conclusión fue que los inviernos aquí son más duros. Al principio me reí
en su cara, claro, como solo un inconsciente puede reír, pero ella aseguraba
que así era, que prefería los secos 30 bajo cero de su tierra que los pies
húmedos de la mía, que esto era insoportable. Y de vez en cuando dejaba de
hablar, se ponía seria y me repetía que por favor no le regalase aquello al
niño.
Imagino
que fue una reacción comparable a la que yo tendría si un siberiano, al
enterarse en Irkutsk de mi galleguidad, me contase emocionado que llevaba años
planeando viajar con su hijo hasta España únicamente para coger el Castromil."
* * *
Qué buenos los amores platónicos!!😜😘😘
ResponderEliminarTrabajo con una chica de Leópolis, Ucrania. Allí nació Adam Zagajewski y estudió Joseph Roth.
ResponderEliminarA veces hacemos bromas sobre los posibles efectos menos conocidos de la radiación de Chernóbil, como el hecho de que ella toque el piano a un nivel realmente alto, física y emocionalmente.
Humor negro ucraniano o ruso, depende.
Un abrazo
El diario maltrata a los seguidores del dominical Táboa Redonda.
ResponderEliminarHa eliminado todos los enlaces de Táboa Redonda habidos después del Domingo 16 de xullo de 2017 y los existente son inactivos y todos llevan a una portada del diario.
El enlace: Domingo 27 de setembro de 2014
tiene un error en la fecha, es de 2015
Excelente artículos -como todos los suyos-, leemos en:
ResponderEliminarhttp://lascincoestaciones.blogspot.com.es/2017/11/rosi.html
http://www.cosasqmepasan.com/2017/11/ni-milf-ni-whip-lo-que-somos-es-mfhmm.html
https://madredemarte.wordpress.com/2017/11/16/despues-de-ver-this-is-us-una-persona-adoptada-se-ausenta-sin-permiso/
http://misscalamity.blogspot.com.es/2017/11/cava.html