23.7.12

Una semana en Vicedo

Hoy se han ido M y C, tal y como estaba previsto. Hasta fin de mes, nos quedamos los niños y yo.

Podría hablarles de expectativas desmesuradas, o decirles que es inútil buscar ciertas cosas fuera de nosotros mismos, que lo máximo que lograremos será envolver un hueco vacío. Afinando más, debería hablar de errores de planteamiento.

El caso es que esta primera semana que acaba no ha sido lo que esperaba. Tal vez porque esperaba, no demasiado, sino mal. Como digo, planteamientos equivocados, ansiedad y una falta de estabilidad, sosiego y calma internos (míos) que han hecho más difíciles las cosas; aunque poco a poco hayan ido yendo mejor.

De todos modos, ahora haré caso del consejo que me acaban de dar y no pasaré estos días que vienen lamentándome por el pasado.


En cualquier caso, el cariño, los juegos y la belleza no han faltado.






M, C y Paula, antes de desayunar



Yo

La puesta de sol de hoy.



15 comentarios:

  1. Cómo corren.
    No te lamentes. Sigue. Escríbenos las postales de Vicedo 2012. Si hay ganas.

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué fotos! Solo falta Flipper.

    ;-)

    ResponderEliminar
  3. Déjate inundar por tanta belleza..seguro que funciona (aunque sea un poco). La foto en la que están corriendo.....preciooooosaaa!!!!Si me parece hasta oir el mar....

    ResponderEliminar
  4. Hay cierta contradicción entre la forma y el fondo... las fotos contradicen al 100% tu mensaje.

    Sé qué es esta sensación de expectativas puestas en el sitio equivocado. De que algo no es como debería ser, y es algo que está dentro de ti.

    Y efectivamente, no sirve de nada lamentarse, aunque quizás es inevitable hacerlo...

    Disfrutad de esta maravilla de lugar!!

    http://madredemarte.wordpress.com/

    ResponderEliminar
  5. En las fotos se ven muchos motivos para disfrutar y unas piernas bonitas (no diré de quien).
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Jova! me lo has puesto a proposito...Creo que estas muy guapo de espaldas, por no hacer mencion directa a tu culete, jejejjejejejjejejjejejejjejejejejje...

    No me hagas caso, no vaya ser que se enoje tu M, por escribir esta chorrada, pero es que considero que un cuerpo tan bien trabajado hay que disfrutarlo a la vista.

    No me respondas que te has sonrojado, buenoooooo, es que no te creo, noooooo, no puedes ser tan inseguro y timido con ese pedazo de cuerpo!!!!.

    Bicos y saludos, disfruta a tus nenes y ese pedazo de cielo llamado Vicedo en el paraiso Galicia...Jo! ya me ha venido la morriña!

    ResponderEliminar
  7. Hola,
    las fotos preciosas; los sentimientos comprensibles...no podemos dejar de imaginarnos cómo van a ser las cosas, está bien, llámese organizar o fantasear, pasando por todas las variables...pero yo dsfruto más desde q no me creo falsas expectativas, del tipo "este año no voy a discutir con mi madre"...intento tomar las cosas como vienen, sin ponerme "zen" e intentando controlar "el cabreo"...y disfruto mucho más. Como disfruté y disfrutaron ayer en el Caolín..os busqué pero no os vi..otro día será

    ResponderEliminar
  8. Cierto que contradicen las fotos. Pero también la belleza tiene a veces algo desasosegante. Un abrazo y disfruta lo que queda, que es mucho.

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. Gracias a todos. En especial a ti, Ro :-D

    ¡Alma, ayer estuvimos por primera vez en el Caolín! Siempre vamos a la anterior, a O Vidreiro, pero ayer por la tarde cambiamos. ¿Estuvimos al lado?
    Por favor, si vuelves avísame. ¿Sí?

    Besos y abrazos.

    ResponderEliminar
  12. La foto de los niños corriendo y la suya lo dicen todo. Entiendo lo que escribe y espero y deseo disfrute mucho de los días que le queden en ese paraíso llamado Vicedo.
    Elena.

    ResponderEliminar
  13. Zambullirse desde el trabajo cotidiano en el placer requiere un reajuste. Creo que debería llamarse Work Lag.

    ¡Qué impacientes sois los jóvenes, coño!

    ResponderEliminar
  14. La primera vez que estuve en Santiago tenía trece años y formaba parte de un coro infantil que había acudido allí para un Congreso Europeo de Coros Infantiles. De esto hace muchos años. Mi voz estaba dejando de ser infantil rápidamente, así que el viaje fue como un premio a mi contribución, durante los tres o cuatro años anteriores, a ese coro. Como ya no era importante que cantara, durante cuatro días, al menos, vagué por un Santiago lluvioso durante las horas de ensayo, o sea, toda la mañana y buena parte de la tarde. En la actuación final hice como que cantaba.
    Días como hoy, lluvioso aquí y en el que deberé, inevitablemente, caminar por algunas calles de Lleida hacia el Auditorio para el final de curso de la Escuela de Música, hacen que me acuerde de aquello. Ya me dirás por qué, tantos años y tantas experiencias después.

    En fin: espero que pongas algunas fotos casi veraniegas y tan sugerentes y atractivas de Vicedo como, al menos, el año pasado.

    Un abrazo

    ResponderEliminar