30.7.12

A Bares, desde Vicedo

De todos los pueblos de las Galias, los belgas son los más valientes, creo que escribió César; o eso decían en Asterix. Pues de todos los pueblos de esta zona, el más bonito es Bares, para mí.

En realidad Bares hay dos: a Vila y o Porto (creo que esto ya lo expliqué algún año), ambos preciosos. A Vila está en lo alto del monte, y tal vez tenga un encanto especial, aunque el hermano conocido es o Porto. Si todo esto me parece, como saben bien ustedes, paradisíaco, cada vez que vamos a Bares la sensación es mayor si cabe.



Primero vamos al faro. A Paula y Carlos les encanta (no recordaban sus anteriores visitas, que las ha habido), y no paran de hacer fotos.


A la izquierda, el Atlántico, a la derecha, el Cantábrico

Toda esa península que cierra por el oeste la ría de O Barqueiro está felizmente despoblada, y el paisaje es bonito y duro, con pocos árboles conforme se va llegando al extremo; bastante irlandés, creo yo. Uno se imagina La hija de Ryan perfectamente (Jesús, no sé a qué esperas).



Comemos estupendamente (pulpo a la plancha y albóndigas de bonito) junto al muelle. Luego ellos van un momento al único parque infantil del mundo con botes varados por el medio y yo leo. Al final, una vez habituado a cierto tono demodé del libro, estoy disfrutando mucho con Conrad. Claro que no descubro nada nuevo (excepto, al parecer, a los de Editorial ALBA).


Una de las casas que quiero


Después nos vamos a la playa, que es... En fin, no hago más que repetirme, pero es que la verdad: a mí me cuesta creer que esto no le parezca una maravilla a cualquiera que lo vea. Los niños lo pasan genial, juegan y se bañan muchísimo (tengo que salir nadando detrás de un balón de Nivea que, empujado por el poco viento, se alejaba a toda velocidad; al final me alejé de la playa más que ningún día); y yo cometo un error con la cámara y echo a perder la mejor serie de fotos, probablemente, de las vacaciones. He salvado esta:


Al fondo, la isla de la Coelleira

Volvemos tarde a casa y tras una primera cena salimos al muelle, caña en ristre. Está abarrotado. No pescamos nada, pero conozco a la madre de un niño con el que juegan los míos, afincada en Noruega, casada con un noruego, ambos arquitectos (él, de construcciones de madera), que se han comprado dos ruinas por los alrededores, donde por el momento pasan el verano bajo un techo improvisado, en tiendas: alucino y en parte envidio.

A partir de las doce vemos un rato de El Señor de los Anillos II, saltando escenas (las de Frodo, que dice Carlos que "no son nada interesantes"), hasta que se duermen. Por cierto, padres, ayer vimos en Viveiro The Amazing Spiderman: está bastante bien, y a mí desde luego me gustó cien veces más que la anterior versión; en primer lugar, porque el protagonista dista de ser un atontado insoportable como el otro.

Antes, por la mañana, ayer también, habíamos dado una caminata larga que me dejó buenos momentos pero algún sinsabor, y una visita a Urgencias por la tarde porque al parecer una hernia discal que tenía en estado latente ha decidido que ya estaba bien de mantenerse en un segundo plano. Voy cumpliendo años...

Esta es, de nuevo, la Coelleira, vista desde el camino.




Esto va llegando a su fin. Y con él, mi mes con los niños.

Estoy triste porque se acaba. Pero sobre todo porque no estoy contento con cómo ha sido. Para mí, y aunque veo a Paula y Carlos cada tarde durante todo el invierno, el verano es la gran oportunidad para disfrutarlos todo el día, para darles cosas que uno solo puede dar con tiempo, para compartirlo todo; es la gran oportunidad para estar bien juntos. Y no estoy satisfecho con cómo han salido las cosas; o con cómo las he hecho, mejor dicho.

Pero ya les contaré con más calma. Por el momento, y ya que hablábamos de cine, mañana será otro día.


7 comentarios:

  1. Yo también quiero esa casa...

    Ánimo.

    Un beso

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  2. Las fotos, en cambio, hacen pensar en unas vacaciones absolutamente idílicas. Seguramente con el paso del tiempo las recordaréis como yo las veo a través de tus fotos.

    Beso gordo.

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  3. Las fotos borradas accidentalmente de una tarjeta de memoria (si es el caso y el problema) son recuperables. Supongo que lo sabe, ¿no?. Bares es lo más. Demasiada gente lo sabe ;-)

    Saludos.

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  4. Yo tampoco sé a qué espero pero espero y espero y espero. Mirando las fotografías es verdad que recuerdan un poco a Irlanda. Qué suerte vivir en el Norte y junto al mar.

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  5. Gracias, Moli.

    María, eso espero, espero que sí. Seguro :)

    No, Travis, no se me borraron: simplemente las hice mal, por un despiste con los ajustes. Por cierto, hay un matrimonio al que no he visto en todo este tiempo aquí... ¿?

    Jesús, yo me considero un afortunado. Hay más, sin duda, pero este es un sitio precioso para vivir.

    Besos y abrazos a todos, y buenas noches.

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  6. ... Pues algún matrimonio hace muuucho tiempo que está ahí.

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  7. Sí, ya me dijeron. ¡Pues no los vi ni una vez! Deles recuerdos de mi parte, si es tan amable.

    Ah, privilegiado, dónde estará usted...

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