13.2.12

Luz de noche

El otro día me desperté a las seis, un cuarto de hora antes de levantarme, y vi que había dormido toda la noche con la luz de la mesilla encendida. Y, a posteriori, no descansé nada bien.

Hace años me pasaba algo parecido: tenía un pijama que me quedaba un poco largo, y si antes de acostarme tenía que ir al baño, a la cocina o a algún sitio, le daba una vuelta en la cintura para no arrastrarlo. Algunas mañanas, al levantarme, muerto de sueño, veía que había dormido con él así; y al ponerlo bien, justo cuando ya me lo iba a quitar, desaparecía de repente esa pequeña presión que no había llegado a molestarme, y menos aun a desvelarme, pero que me aliviaba lo suficiente como para hacerme lamentar mi olvido y pensar que en parte me había estropeado la noche.


4 comentarios:

  1. Pues va a ser este el motivo, por el cual yo casi nunca descanso bien. Y es que mi marido y su familia se empeñan en que los niños necesitan una luz en el pasillo para dormir.

    Yo creo que mis hijos no la necesitaron hasta que su abuela se empeñó cuando iban a dormir a su casa, en dejarles la luz de la mesita del teléfono del pasillo encendida, porque decía que así no tenía miedo.

    En casa de mis padres siempre dormía con la luz apagada y la puerta cerrada. Ahora la puerta siempre está abierta y esa luz, que aunque yo me levante a media noche a apagarla, cuando me levanto por la mañana vuelve a estar encendiad.

    En qué momento se volvió mi vida del revés? O desde cuándo soy yo consciente de esa circunstancia?

    Feliz semana. :D

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  2. Un halo proustiano envuelve este tu apunte... Me gusta.

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  3. De cerca, todos somos raros.

    Un saludo

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