Braga
[Siento decepcionarles, sobre todo si han llegado aquí a través de una búsqueda azarosa en Google, pero este post trata de una ciudad portuguesa]
Me gustó la ciudad; o su casco antiguo, más bien, pero esto es una constante en casi cualquier visita: las partes modernas, salvo excepciones, me parecen todas feas, o insulsas en el mejor de los casos.
Braga es una ciudad histórica, capital de la Gallaecia romana y del añorado por algunos Reino de Galicia. Y además de por iglesias, la mayor parte del centro está formado por edificios antiguos. Los había en mal estado, pero la mayoría estaban bien conservados, y las restauraciones me gustaron mucho; incluso las intervenciones más evidentes, con elementos más modernos: mucha madera, mucho verde inglés, todo bastante discreto y, para mi gusto, bonito. Vimos unos restaurantes muy acogedores, con una estética muy cuidada (en mi opinión, la asignatura pendiente de la hostelería de mi ciudad y de tantas otras), y comimos muy bien. Las cafeterías, lo mismo.
Y estuvimos en una librería magnífica, que además era una de las más acogedoras que he visto. Se llamaba Centésima página, y creo que por primera vez en mi vida le pedí al librero que me aconsejase qué comprar. Me disculpé por mi ignorancia sobre la literatura portuguesa, pero él pareció darse por satisfecho con que hubiese leído algo. Me recomendó, y compré, A Sibila, de Agustina Bessa-Luís, y Jerónimo e Eulália, de Graça Pina de Morais. Dos novelas de dos mujeres; para él, las dos grandes escritoras portuguesas del siglo pasado. Veremos qué tal.
La librería, como les digo, era una maravilla. Vean si no el jardín trasero.
El sábado de noche, y ayer, hubo temporal.
¡¡me pido la libreria y la peluquería!!..Esas peluquerías antiguas siempre me han encantado...
ResponderEliminarDe literatura portuguesa conozco muy poco asi que esperaré ansiosa tus opiniones.
Los temporales también me gustan...
El no apreciar las partes nuevas de las ciudades es, en parte, un problema educativo y, en parte, un problema de que son muy feas. y están diseñadas para circular en coche, no a pie.
ResponderEliminarYo estuve en Braga en junio. Me llamó la atención el enorme casco histórico, vivo aún porque aún tiene comercio tradicional.
Ir a las ciudades portuguesas siempre tiene algo de viaje en el tiempo, de unos 30 años hacia atrás.
Me faltaba el interior de la catedral...
ResponderEliminarYa te diré, Moli. La peluquería estaba (no en ese momento) en uso, que conste.
Yo me doy cuenta de que hay partes modernas bien pensadas y meros ensanches caóticos y feos, pero reconozco que en general no me interesan nada.
Las universidades, además, tienen edificios en pleno casco antiguo, y supongo que eso también le da vida.
Saludos.
Que fotos tan bonitas! la peluquería excepcional; no tendrás alguna de esos restaurantes que mencionas?
ResponderEliminarYo sé lo que tendrían que hacer en tu ciudad, contratarme a mi ;-)
bs
Gracias. Pero no, me temo que no. Tampoco te creas que eran espectaculares; simplemente eran acogedores, agradables, bonitos pero sin alardes.
ResponderEliminarUn beso.
A mí Braga me encantó. Y ¿dices que no viste el interior de la catedral? Pues, chico, te perdiste un órgano barroco suspendido en el coro (te veo una foto en el que se ve la parte de abajo del órgano en cuestión y la derecha de la nave principal de la seo, ¿sí?), posado sobre cuatro columnas, en la entrada, ¡madre mía! Para mí fue alucinante.
ResponderEliminarRealmente es que Portugal en sí me gusta a rabiar. Yo me compré en la librería Lello de Oporto un libro de Lobo Antunes que me hizo disfrutar con su lectura (La Muerte de Carlos Gardel).
Oh, Cal, qué alegría.
ResponderEliminarSí, sí que estuve. Decía que me faltaba la foto, esa que dices.
A mí también me gusta mucho Portugal. Lo que conozco de él.
Un abrazo.
Estoy siempre por aquí, aunque no opine (que en el caso de los bloggers es dejar un comentario). Tengo una serie de blogueros -tú entre ellos- a los que leo religiosamente siempre que publican.
ResponderEliminarBesotes.
Me gusta mucho saberte por aquí. Espero que estés bien, querida.
ResponderEliminarAlgún día habrá que retomar nuestros planes. Pero antes, hablar.
Un beso.
Adoro Braga, aunque me quedo con Guimaraes.
ResponderEliminarUn besazo.
¡Gwydir! ¡Hacía años que no nos veíamos! Qué alegría.
ResponderEliminarOtro para ti.