Sintiendo el fútbol
Ayer vi la primera parte del partido de España.
Y aunque el fútbol no me interesa absolutamente nada y el patriotismo deportivo hace años que dejó de calar en mí, supongo que, en principio y por no fastidiar, por preferir prefería que ganase la selección española.
Pero oír durante un rato a los comentaristas de Tele 5 me hizo dudarlo seriamente.
Yo lo tuve puesto por motivos laborales...y me sacaron de quicio. " En todo lo que llevamos de Mundial no se ha visto un dominio tan claro de ninguna selección"
ResponderEliminarPor la boca muere el pez....
Hola, Molinos.
ResponderEliminarNo sé, se supone que incluso en deportes (que no importan nada) un periodista debería ser mínimamente profesional, y no tendencioso (y todo el tiempo hablando en primera persona del plural), soberbio y despectivo con el contrario, además de tonto.
Yo me pregunto si es a propósito, si consideran que el televidente de fútbol medio espera unos comentarios de ese tipo.
Un saludo.
Porto..perdón por la confianza...
ResponderEliminarCreer que hay algo de profesionalidad y objetividad en el periodismo hoy en día es casi como creer en el Ratón Perez. Y creerlo en el periodismo deportivo es directamente ilusión.
Algún caso habrá..pero desde luego no curran en la tele.
Fue de vergüenza. y además hacen un flaco favor a cualquier deportista.
Pues amigo felicitame, Chile gano pudiendo meter mas de 1 gol, con un juego tactico ofensivo, y ya sabes, aqui el futbol en sudamerica se vive como consuelo de triunfos morales, porque no hay mayores motivaciones en otros temas deportivos...
ResponderEliminarCHI, CHI CHI, LE, LE, LE, VIVA CHILE!!!!
No voy a escupir al aire (porque después vendrá uno que me sé yo diciendo que quiere ser futbolista y tendré que tragarme mis palabras) pero me cuesta creer que la inteligencia y el interés (desmedido) por el fútbol sean compatibles. Y más si se es un simple espectador.
ResponderEliminarParecen majaderos.
La Vaca Milka corneó al Toro Osborne.
ResponderEliminarSirwood
A fashion is nothing but an induced epidemic -George Bernard Shaw-
ResponderEliminarLo mismo pasa con el fútbol.
A nosotros nos fallaron TODOS los pacientes citados de cuatro a seis. Me parece una vergüenza.
Yo lo ví como acto social y, sí, parece que la pifia fue un castigo de Dios por la prepotencia de Robinson y sus muchachos. Y menos mal que la Virgen del Pilar estaba pegada a uno de los palos y sacó el segundo gol.
ResponderEliminarNo sé qué me pasa hoy, que estoy tan devoto.
A mí me parece normal que a alguien le guste un deporte, y le guste verlo.
ResponderEliminarIncluso que le guste mucho.
Lo que no entiendo tan bien es lo de seguir a un equipo. Sobre todo si se hace hasta extremos yo diría que enfermizos pero por otro lado tan comunes. No lo entiendo; no entiendo esas preferencias, ni mucho menos esos cabreos y esas euforias. Me imagino que estarán estudiados...
El tema del mundillo futbolero, que no se mantendría sin esta segunda manera de ser aficionado, a mí me parece tan espeluznante como, por ejemplo, la prensa rosa. Y supongo que cumple la misma función.
No solo en Chile la gente necesita victorias morales. Hay señores para los que probablemente que su equipo gane sea su única alegría de la semana.
Palmaditas en el culo a todos, como los futbolistas.
Yo de este mundial he aprendido una cosa: lo que son las vuvuzuelas.
ResponderEliminarY lo que suenan.
Y lo que crispan.
Antes pensaba igual.
ResponderEliminarEl factor humano y la película Invictus, me hicieron cambiar de opinión.
Beso
Desde luego, yo la aprendí esta mañana y la hevisto u oído al menos una docena de veces. ¿?
ResponderEliminarLuna, ¿pensabas cómo?
No conozco la película...
Pues a mí, de vez en cuando, me gusta ver un partido de fútbol. O medio.
ResponderEliminarAyer vi los 15 minutos finales. Y estoy seguro de que si el entrenador hubiera sido ese viejo cabrón tahur de Luis Aragonés, lo habría arreglado.
Porque el fúrbol tiene inteligencia, pero está reservada al entrenador. Es como el director de orquesta, que hace que la misma orquesta suene a dioses o a diablos.
Eso sí, España perdió y mi tensión ni subió ni bajó. PEro cuando sale un partido chulo (de esos de Pep Guardiola), me quedo extasiado.
Las palmaditas en el culo..¿ serán con permiso, no? ;)
ResponderEliminarMujer, Molinos, ¡entre compañeros! Qué poco deportiva, chica...
ResponderEliminar(Nada, no cuela, ¿no?)
Ya sé cuál es la película "Invictus", Luna.
El cine es tan alucinante que puede hacer épica de cualquier cosa. Y sin duda los deportes lo ponen fácil, porque tienen mucho de épica (practicarlos, ojo): el corredor de maratón que se desploma a unos metros de llegar, el equipo hecho una piña, las lágrimas del que ve tantos años de entrenamientos echados a perder por un despiste, etc.; incluidos los sentimientos de quienes se sienten representados por unos colores y esperan de un grupo de personas que les den esa alegría de la que hablaba Rociolat.
Todo eso está bien.
Y además, como dije ayer, todos necesitamos nuestro paraíso artificial, mayor o menor.
Lo que ocurre, también, es que yo poca épica veo en el Marca, en los partidos en el bar o en el sofá, en las hinchadas de enajenados, en los odios deportivos (!) o en las "conversaciones" sobre fútbol. Conversaciones que, por un lado, se toman con una seriedad y trascendencia que, sinceramente, no puedo comprender, y me gustaría ver en otros temas; y, por otro, en las que brilla esa virtud tan nuestra y tan épica de ser más listo que nadie y estar de vuelta de todo.
Vamos, que el fútbol no tiene la culpa de que seamos como somos. Es justamente al revés.
Buenos días.
Debo ser el único futbolero de estos lares (que no futbolista, más allá de la cita obligada que tenemos los sábados por la mañana los antaños jovenzuelos y hoy cabrones tripudos y calvos que somos -son- algunos). Porque les aseguro que con la edad, se juega mucho más marrullero, para ocultar la falta de fondo y la torpeza adquirida...
ResponderEliminarPues eso, que futbolero. Y no se trata de deporte, para nada. Es una forma de vida. Es como el que se consagra a la política o a la literatura, por mencionar temas más debatidos aquí. La literatura es mucho más que el libro y el fútbol es mucho más que el partido. Y en ese "mucho más" que acompaña a determinadas aficiones, las miserias humanas afloran siempre. Siempre.
En cuanto al periodismo deportivo, me parece que sobra "periodismo". Porque si es el noble arte de informar desde la objetividad, en fútbol, simplemente, no existe. Y el emperador es J. J. Santos. Porque en un mundial no se informa, se arenga. Con orgullo patrio o afín (que parece ser que los catalanes van con Argentina: y habrá culés que se digan republicanos y todo). Es lo grande del fútbol, como de la vida: sus contradicciones.
Saludos desde la irónica realidad. ESPAÑAAAAA!!!!
PD.- Creo que por algunos lares animan así: Estadoooo autonóooooooooomico!!! XDD
¿Épica?
ResponderEliminarInvictus es la peli sacada del libro, El factor humano.
Mandela se valió - en parte - del deporte que enfervorizaba a blancos y negros en la medida medida, para solucionar el vergonzoso y doloroso apartheid.
Antes pensaba que era una tontería un balón para 22 personas corriendo tras el, un juego sin sentido, me decía.
Tenía la visión del bar, las cañitas, los amigos y todas esa parafernalia de un cómodo país para la mayoría.
Cuando vi a los niños de otros lugares, jugando con bolas de papel, de trapo o de lo que sea, cambió mi visión.
Pelé dijo: ¿ Podría un balón cambiar el Mundo?
Sí, si podría.
beso
Bueno, no pasa nada, es usted bienvenido igual. Faltaría más.
ResponderEliminarYa, ya lo sé.
ResponderEliminarMe parece exagerar un poco decir que se valió de eso para solucionar el tema, aunque digas "en parte"; pero bueno, si yo no niego que aquello no fuese un buen símbolo y que ayudase.
Muchas cosas se pueden utilizar para algo bueno. Y poco tiene que ver con lo que nos parezcan, creo yo.
¿Hablamos de ilusiones? Pues fantástico. ¿Que en un país deprimido el fútbol u otro deporte puede salvarlos durante un mes, como ha ocurrido siempre en Brasil, donde el fútbol era el consuelo y la esperanza? Estupendo.
No tengo nada en contra.
¿Pero de qué estamos hablando?
Yo hablaba de los comentaristas de la tele, que me producían vergüenza por las tonterías que decía. Y, como me preguntaba si era eso lo que pedía su público, también se ha hablado del ambiente futbolero: yo pienso en el que me rodea, y no veo ni épica, ni mucha ilusión, la verdad, ni que vaya a cambiar nada.
¿Tengo algo contra el fútbol? No.
¿Tengo algo contra la afición? Tanto como en contra no, pero me parece un síntoma, qué quieres que te diga: individualmente, me parece incomprensible y (lo siento) un poco tonto identificarse con un equipo más allá de cierta simpatía; colectivamente puedo entender el efecto del ambiente y el grupo, pero aun así suele ofrecer demasiados aspectos negativos. Aquí.
Por ejemplo, oír criticar los sueldos y los fichajes escandalosos a quienes viendo partidos, haciendo quinielas o leyendo la prensa deportiva hacen posible ese sinsentido.
Marx dijo que la religión es el opio del pueblo.
ResponderEliminarMarx no podía predecir los avances de la química.
El fútbol es la anfetamina del pueblo.
Yo creo que la afición al futbol no está en absoluto reñida con la inteligencia; lo que está reñido con la inteligencia es la estupidez, presente en aficionados al futbol, a la literatura, a la música o a la jardinería. Recomiendo las crónicas de Enric Gonzalez, de Javier Marías o del tristemente desparecido Vazquez Montalbán
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.
ResponderEliminarComo casi siempre, habría que aclarar de qué está hablando cada uno.
Hay una manera de ser aficionado al fútbol (y a otros deportes), en mi opinión además bastante común, que a mí me parece estúpida.
Pues a mí no me gustaba nada el fútbol hasta que, ay, (Filla, esto lo digo por ti), le gustó a mi hijo y quería que viera los partidos con él. Como Nán, no soy forofo pero me gusta verlos cuando juegan muy bien. El partido de la selección me aburrió un poco y no lo vi entero. Pero reconozco que a veces la histeria colectiva es capaz de penetrar en mi cerebro y hacerme gritar y saltar como un capullo integral. Mi carne es tan débil.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en lo de los comentaristas de Tele5. A mi me entraron ganas de fusilarles. Y luego escribí el relato del Bremen, que así me salió, con un punto psicópata, jajajaja.
ResponderEliminarMe temo, Jesús, que me va a tocar a mí también.
ResponderEliminarPor ahora hemos visto gimnasia deportiva, tennis y baloncesto. Para llegar al fútbol no me quedan ni dos telediarios :-)