14.4.10

La última niña de entonces

Ayer me encontré con una persona que no me veía desde hacía unos treinta años. Desde el colegio, desde 5º o 6º de EGB. Me acerqué a ella en la calle y me planté delante hasta que la hice parar; se me quedó mirando, pasaron un par de segundos y al fin, y para mi alegría, me reconoció.

Y sustituí, en su cabeza, al niño que seguía siendo para ella.

Y yo, viéndola a ella ahora, me pregunto cuánta gente me habré perdido por no saber mirar. Y me seguiré perdiendo.

25 comentarios:

  1. Le hacía mayor.

    Saludos desde la irónica realidad.

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  2. Y sustituí, en su cabeza, al niño que seguía siendo para ella.

    Qué bonito. Un abrazo.

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  3. Sí, me hace un poco mayor, usted...

    Gracias, Jesús. Otro.

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  4. (Y vayan, por favor, a leer esto de Xavie: Encajar. A ver si les gusta tanto como me ha gustado a mí.)

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  5. Ese niño ha vuelto al aula de donde salió provisionalmente, junto con todos los demás.

    Yo soy la única que todavía no quiere volver.

    Un beso y gracias por interceptarme.

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  6. No sé muy bien qué quieres decir, Last.

    Yo también me alegro.

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  7. Saber mirar, qué gran virtud...

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  8. Nada, que el pequeño Portorosa se había levantado del pupitre donde yo lo recordaba para sentarse en esta silla desde la que escribes, y ahora ya ha podido volver al recuerdo de los compañeros de colegio.
    Que siento que todo lo referente a mi infancia, a mi pasado, está donde tiene que estar, excepto yo misma, que parece que llevo una niña de 10 años conmigo a todas partes y no la dejo quedarse donde le corresponde. ¿Seré una inmadura?

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  9. Hola, Sebas, me alegro de verte.

    Last, pero a nosotros nos has vuelto a llevar a nuestro sitio tú. Eres tú la que ha hecho ese trabajo; y lo has hecho para ti (sabe Dios cómo estaremos los demás).
    No sé qué quieres decir exactamente con que llevas contigo a ti con 10 años; depende mucho de cómo vivas eso, de qué represente esa imagen para ti.

    Por si te sirve de algo (aunque ya me lo has leído antes, más o menos):
    Yo siempre he tenido mi imagen de niño dentro, pero sin apenas darme cuenta, y la inconsciente pero constante (y de lo más subjetiva e irracional, pero real) confrontación realidad presente/"anhelos infantiles" me hacía daño; sin darme cuenta, la hacía, y el resultado era deprimente. Ahora, en cambio, ese niño lo he traído yo a un primer plano, sigue ahí pero asumido, lo he puesto a propósito y con la intención de "escucharle" (todo esto es un símbolo, intuyo, pero así se entiende, y a mí me es útil; es la reconciliación de la que hablaba hace unas semanas, no sé si te acordarás), y el resultado es muy positivo para mí.

    (¿Demasiado esotérico, quizá...?)

    Por eso te pregunto qué quiere decir que lleves a ti de niña contigo. ¿Te lastra? ¿Te señala algo malo en tu vida? ¿O es algo así como negarte a crecer?

    Un beso.

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  10. ¿Cambiamos?

    En el colegio, aunque yo era de los pegones, había dos hermanos robustos, con una cruz gamada pintada con tiza a veces en el "baby", que me daban verdaderas palizas.

    Pasan los años. En una determinada situación, uno de la político-social me da una hostia. ¡Coño, el hermano pequeño!

    Pasan los años. Mi hermano es alcalde y estamos viendo una corrida de toros en un burladero. Ya no hay brigada político-social. Se acerca un secreta y nos pregunta si nos apetece un refresco, que él anda por ahí y nos lo puede traer. ¡Coño, el hermano mayor!

    Cambian las circunstancias y claro, nos despista.

    Sumemos a eso que dicen que nacemos con la cara que dios nos dio, y que se nos va poniendo la que nos merecemos. ¡El caos de la memoria!

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  11. Bueno, está claro que, si se cambia, no todo el mundo lo hace.

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  12. Yo creo que se puede cambiar. E incluso a mejor :)

    Pero es la opción difícil.

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  13. La niña sigue conmigo y gracias a ella cada día tiene algo nuevo por lo que ilusionarme. La gente que me conoce dice de mi que lo que más les gusta es mi manera de ilusionarme con las cosas diarias, con lo que carece de importancia. Con lo que ilusionaría a un niño. Me hace mucho bien. No me lastra, no la tengo para resolver problemas del pasado. Todo lo contrario. Pero a veces me da inseguridad y pienso si los demás, los que me ven desde fuera, me perciben como alguien inmaduro. Lo cierto es que no quiero que esa niña se vaya. Mi infancia es un tesoro que guardo con muy buenos recuerdos y me encanta recordar, volver una y otra vez. Sentir lo que sentía cuando era niña, al pasar por delante del colegio por ejemplo, o al volver a alguna cafetería a la que iba con mi madre. Simplemente algún olor que me trae recuerdos de la infancia me hace sentir sumamente bien. No quiero que esta niña me abandone mientras viva, pero a veces me da un poco de vergüenza reconocerlo.

    NáN, qué cierto lo de la cara, y qué cruel...

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  14. No sé, Last, yo creo que la inmadurez es otra cosa. Es no crecer, no asumir eso, la madurez: la autonomía y sobre todo la responsabilidad.
    ¿Mantener ilusiones de cuando eras pequeña? A mí, francamente, me parece una suerte, siempre y cuando no sea incompatible con lo anterior (y no tiene por qué).

    Hay quien se cree que ser maduro es hablar de la hipoteca, el tiempo y los problemas de los niños. Yo no, desde luego.

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  15. Ser eso que dices, más que maduro yo lo llamaría "tarugo". He llegado a dormirme y roncar en cenas así... cuando era un ser sociable y voluntarioso; porque lo que es ahora, ya no me pillan en una de esas.

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  16. Claro, podríamos poner todos muchos ejemplos.
    La cosa es que se relaciona la madurez con una especie de "dejarse de tonterías", donde las tonterías son ilusiones, alegrías, el aspecto lúdico de la vida, la imaginación, e incluso querer disfrutar como prioridad.
    O eso me parece a mí.
    Y el resultado es gente "en su sitio": aburridos (bored y boring) e insulsos.

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  17. "El hombre mejor no es nunca el que fue menos niño, sino al revés: el que al pisar los treinta años encuentra acumulado en su corazón el más espléndido tesoro de la infancia."

    José Ortega Y Gasset

    Hoy, además, es el Día del Niño.

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  18. Y que yo fuí la culpable de ese reencuentro y, por tanto, de estas coversaciones...

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  19. Llego a tu blog y me ha gustado la sencillez y naturalidad de esas fotos, por ejemplo, de esa silla vacía, o de esa preguntra de qué libro querrías ser. También me ha gustado mucho esa historia cotidiana, sencilla, pero inmensa de encontrarte con un viejo amigo de la infancia por la calle y preguntarte cómo le habrá ido a él.

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  20. Me alegro, Miguel, y muchas gracias.

    Bienvenido.

    (Y enhorabuena por ese cuasi-premio.)

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  21. Es que se nos escapa muchas veces la manera de retener las cadencias de los demás.

    Por eso, todo instante debe ser magnífico para recordar.

    Nunca olvidar la belleza de los otros, sería ansiado.

    Bello blog, te sigo.

    Un gran saludo

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  22. Muchas gracias, Cleopatra, y bienvenida tú también, de allende los mares :)

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  23. Una entrada llena de ternura y un cálido encuentro lleno de recuerdos.

    Besos

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