No acaba de llegar la primavera
No llega. Todavía hace frío, y todavía llueve.
Y es una maravilla.
Playa del Caolín
En el muelle
[Puede que la emigración hiciese que alguna vez desde Chile se recordase Vicedo; pero seguro que ha sido Rociolat la primera chilena que lo ha descrito, y se ha imaginado visitarlo, sin conocerlo.
Para ella, con cariño.]
Buenas noches, Porto.
ResponderEliminarTe he leído y me has hecho sonreir,o me he reído yo sola de la coincidencia.
No tienes más que mirar mi blog (si hay ganas,por supus)y comparar lo que creo que hemos subido casi a la par.
Feliz primavera¡¡ (Llegue cuando llegue y a donde....)
Es cierto que no llega, y a mí al menos buena falta me hace. O más que la primavera, el verano, con sus cuarenta grados y el sol cayendo a plomo; y yo volviendo de trabajar a las tres de la tarde, cruzando el puente sobre el río.
ResponderEliminar¡Juro que no es broma!
Visto, Kaken. Lo importante es que la sensación la compartimos, ¿no?
ResponderEliminarYo en Cádiz empezaba a sudar en mayo y no paraba, ni de día ni de noche, hasta octubre. Menos mal que ambos estamos donde queremos, Neo.
Besos y abrazos.
12:42
Sigo paseandome por tu blog y disfrutando de sus ocurrencias tan personales.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta el frío y los paisajes de invierno, pero desde hace año y medio mis cervicales no comparten mi afición. Así que aquí estamos esperando el buen tiempo.
ResponderEliminarCurioso, antes me gustaba porque desaparecían los antiestéticos abrigos, y tomaban el relevo los preciosos tops. Bueno, también tomaban las calles los polos, que nos permitían a los clientes de la sección de gordos del Corte Inglés
marcar nuestros abdominales a la taza (algunos no tenemos tableta de chocolate).
:))
Un abrazo
que llegue
ResponderEliminarRociolat, he disfrutado mucho tu viaje imaginario. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarCurioso. Sí es cierto que durante muchos años a mi casa de Vicedo podría aplicársele el término “matriarcado”. Mi bisabuela y mi abuela han dirigido el timón de esa casa como mujeres viudas que fueron. Ha sido así desde hace más de cincuenta años. O sesenta. Ni lo recuerdo.
Riley fue solo mi intuicion la que supuso que aquella casa habia tenido un marcado sello femenino...
ResponderEliminarpor otro lado mi lado esoterico y mis cartas de cábala me mostraron 2 imagenes : La Estrella que es una mujer joven que posa su pie sobre el agua del mar o un lago y es bañada por la luz de una estrella y por otro lado la Emperatriz, llena de lujos, con el mundo a sus pies dominando su propio mundo, o sea su casa...
Me perdí. Hace tiempo.
ResponderEliminarSaludos desde la irónica e ignota realidad.
Y a mí que me encantaría perderme por ese pueblo...
ResponderEliminarHazlo, Last, está muy cerca.
ResponderEliminarBuenos días.
(¡Dios mío, la palabra de turno es "anglocut"! ¡¡El Corte Inglés!!)
Parece ud. un traductor argentino que se refería al Dios de los cristianos como Christian Dior...
ResponderEliminarSaludos desde la irónica realidad.
Esta mañana he vuelto al caolín, estaba preciosa.
ResponderEliminarTengo que pasarte fotos de rincones muy cercanos que merecen ser dignos de visitar y que sospecho que no conoces...bueno, no sé, ya me lo dirás cuando los veas.
Ah, claro, claro.
ResponderEliminar¿Volviste? ¿Y cuánto hacía que no ibas?
Un beso.
En Vicedo estuve hace pocos años en aquella comida, coincidimos, ¿recuerdas? pero en la playa...muchos, muchos más...no lo sé.
ResponderEliminarPues yo vuelvo mañana, Niní. Iré hasta el final del muelle por ti, a donde pescabas alejada de tu glamour habitual :)
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