13.12.11

¿Todo o nada?

En la difícil elección entre sostener una posición y ceder, entre la teoría y la práctica, no hay receta. Allá cada cual con el equilibrio al que crea haber llegado.

Sé que, por un lado, todos creemos en ciertas verdades irrenunciables por las que estaríamos dispuestos a mucho, e incluso a todo. Por otro, reconozco el valor de las puntas de lanza que no se conformaron ni se conforman, su insustituible papel alertándonos, despertándonos, señalando direcciones, acercándonos lo imposible hasta que deja de serlo; sin ellos, la Historia sería más lenta.

Pero aun así, cada vez me cansa más el todo o nada, el desprecio de los logros parciales; me parece preferible avanzar un poco a quedarme parado muy digno. Y hablo de ideas y opiniones, claro, pero también de trabajo, de relaciones personales y de nuestros planes y proyectos.

Comprendo que se le pueden poner muchas objeciones a esto. Que se puede hablar de medias tintas, de claudicación, de falta de valor, de tibieza. Y que en muchos casos será con razón. Pero, qué quieren, en la postura contraria, por cada caso de entereza y honestidad intelectual veo dos de simple cerrilidad, cuando no de fanatismo.

¿Adoptar esa actitud presuntamente conciliadora supone en la práctica allanar el terreno a quien no pretende sino aprovecharse de nuestra buena intención? ¿Supone, al final, perder? No lo sé; ni sabría decir tampoco cuál de las dos posturas lleva más daño acumulado a sus espaldas.

Pero si en lugar de pensar en términos políticos o sociales traslado la pregunta al ámbito personal, apenas tengo dudas: la capacidad de ceder, la flexibilidad, la búsqueda de soluciones intermedias, los esfuerzos por comprender al distinto y, en fin, la prudencia de cuestionar las propias seguridades, casi (casi) siempre son la opción adecuada.


34 comentarios:

  1. con este último párrafo estoy d e acuerto. Siempre y cuando sea entre iguales, es decir, cuando se estén discutiendo intereses comunes. Si tu jefe, por ejemplo, vive en tu mismo barrio, tendrá intereses comunes en lo que toca a que el barrio esté limpio, pero no en cuanto al sueldo que debe pagarte para obtener tal o cual beneficio de tu trabajo.

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  2. (Con cariño, ya lo sabes)

    Claro, Porto. Tu hablas de ideas y opiniones y en ese ámbito, aferrarse a cualquier idea en el extremo es puro fanatismo. Adoptar una postura conciliadora que haga sentir a los que reducen una pasión, encierrándola en una idea, puede ser loable. Pero ¿qué le dices al fanático sobre lo que debe hacer con esa pasión, ahora ya sin la idea que la sostenga? Difícil responder, verdad. Difícil por que cuando uno vive en el territorio de la conciliación (de ideas), poco se aprende sobre la pasión.

    Por eso, pregunto: ¿como se llega a un equilibrio entre las pasiones?
    La ataraxia de los estoicos y cierto budismo, a mi me parece miope por que creo que las pasiones son la forma de involucrarnos en el mundo vitalmente, y todo intento por disminuirlas es una forma de salirse de él y refugiarse en una torre de marfil, en la que se acaba cansado del mundo y de la vida.

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  3. Hai una frase en la que falta algo.

    Adoptar una postura conciliadora que haga sentir lo inapropiado de una postura para la convivencia, a los que reducen una pasión, encierrándola en una idea, puede ser loable.

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  4. Cuando hay intereses comunes todo es fácil. Hablo del modo de afrontar los conflictos, de todo tipo. Pero por supuesto no pretendo dar la receta; hay casos y casos, yo solo generalizo.

    No creo estar renunciando a la pasión, ni postergándola. Uno puede ser apasionado, sentir la pasión, pero tratar de de decidir matizándola, adaptándola a más consideraciones. Y actuar del mismo modo.

    Si es que querías decir eso; porque esa frase sigo sin entenderla bien

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  6. Lo que escribí iba en línea con lo que estamos debatiendo en el anterior post. En el presente, pareces comprender a los inmovilistas y a los revolucionarios y lanzas la idea de la conciliación de estos opuestos, apelando a los, para tí, nada despreciables pasos que se pueden ir dando. Lo siento, pero no pude evitar pensar en el PSOE comprendiendo a los indignados y ofreciendo en su programa electoral esos pasitos que nos hacen avanzar, en pleno proceso de escarnio de la clase trabajadora.

    Intelectualmente es fácil, pero intentar conciliar la ambición y el sentimiento de valía persoal que me otorga el derecho natural a apoderarme de las riquezas de este mundo, con el sentimiento de rabia e indignación por sentirse robado, con el futuro hipotecado y condenado a jornadas extenuantes de trabajo para llevar un salirio ínfimo para casa, es más difícil.

    En resumen, que es más dificil conciliar las tripas que los pensamientos. Obviamente puede existir un pensamiento político que nazca de las tripas (sin llegar a ser fanatismo) pero entonces ya estamos en el mundo como parte.

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  7. Fer a veces uno mismo construye sus propios dilemas y en estos no hay mas que dos disyuntivas " A o B", y creeme que ambas dos son muy defendibles y factibles.

    Yo personalmente pienso que los principios racionalmente escogidos pesan más que las normas.

    A mi no me quedo claro, que defiendes tu, EL TODO O LA NADA ?

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  8. Porto, estás criticando el inmobilismo justificado en que, si no es para cambiar el mundo de raíz, no vale la pena implicarse políticamente, defiende la acción aunque sea a corto plazo y para lograr alguna mejora. En la práctica le da forma en el pacto entre contrarios.

    Es una especie de visión pre-dialéctica del mundo, donde los contrarios (que buscan intereses opuestos que implican el sometimiento de uno a los intereses del otro) pueden pactar.

    Pongamos el ejemplo del estado del bienestar: o bien es una conquista de los trabajadores, en lucha contra el capital (opción que yo no comparto, pero ese es otro tema) o bien es algo otorgado por el capital en función de sus intereses de hacer más rentable la producción: trabajadores más sanos y más formados. Yo no veo el pacto por ningún lado.

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  9. Nuna he sido de un partido político (aunque llegué a tener impreso el carné del partido comunista, al final no lo recogí) porque no he creído en el o 0 o 100.

    Pero sí hay un conjunto razonable de qué es lo que nos conviene en cada momento. Sé que pertenezco a la "izquierda", en el sentido de que tengo empatía por los desheredados (y más cosas que alargarían el comentario).

    Lo que me parece trágico es que desde la "izquierda" damos más valor a la lucha con el adversario (con el que compartimos un buen número de objetivos) que a la que sostenemos con el enemigo (quien está en esta junga para devorarnos).

    ¿Cómo voy a conciliar con los sostenedores del sistema financiero, que tanto sufrimiento prtoducen para acumular unos billetes que un día serán como los del monopoly?

    Aquí hay una guerra, sin paliativos: hay que demostrar la fuerza del 99% para asustar al otro y que se siente a conciliar.

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  10. Morelli, nos hemos cruzado.

    El Capital solo ha abierto la mano de la pasta cuando se ha encontrado frente a masas enfurecidas y, además, tenía delante otro modelo, que sabíamos fallido, pero que si nos apretaban demasiado acabaríamos por preferir. Lo que se ha conquistado ha sido por la fuerza, no porque necesitaran trabajadores sanos, sino porque temían a esos trabajadores.

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  11. Hi.
    Como siempre que pretendo hablar demasiado generalmente, después tengo que hacer una enorme cantidad de aclaraciones y matizaciones.

    Estamos hablando del modo de luchar por algo, de plantearse un conflicto de intereses. Y yo digo que, en general, me voy cansando del todo o nada (no elijo ni el todo ni la nada, Ro; precisamente quería decir que normalmente no hay que elegir el todo o la nada), y prefiero una actitud más contemporizadora.

    Pero claro, hay multitud de situaciones donde eso no es posible. Ya lo sé.
    Vosotros parecéis estar hablando solo de ellas (me refiero a Morelli y a NáN; aunque el primer párrafo de tu último comentario, Morelli, no lo entiendo bien).
    Cuando ese conflicto, esa lucha, es una lucha, en el sentido popular de la palabra, una guerra contra un enemigo declarado que ni nos respeta ni va a contemporizar, él, en absoluto, parece claro que hay que pelear (también en el sentido habitual).

    Al final, como tantas cosas, es una cuestión de grados, y las diferencias surgen de dónde pone cada uno el equilibrio: yo creo que hay mil luchas que deben librarse paso a paso, y otras donde hay que ser intransigente. Supongo que el post quiere decir que creo que para demasiada gente parece haber solo de las segundas.

    Taliesín, en cuanto a conciliar las tripas, creo que eso sí es aplicable a la esfera personal. Y claro que es difícil, pero no tengo dudas de que es también necesario. Si hablamos por el contrario de conflicto social, de política... pues concretemos. Yo no tengo ningún problema en decir cuándo las injusticias exigen posturas mucho más firmes.

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  12. Hablando del famoso 99%, este artículo me ha parecido muy claro:

    Somos el 99,9%.

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  13. Desde luego que conciliar las tripas tiene que ver con la esfera personal. Pero las tripas tienen que ver también con la esfera política. Traerlas al frente del debate es mi manera de concretar, y precisamente lo que me motivó a hacer los extraños (lo reconozco) comentarios anteriores. Lo que denunciaba era, justamente, que se pasara a la abstración el conflicto político cuando tiene perjuicios (y beneficios) muy personales, ligados a pasiones claramente identificables. De hecho piensa que la denominación política “indignados” alude a una pasión, que es como le llamaban los antiguos a los estados emocionales.

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  14. Lo del otorgamiento o la conquista de los derechos da para mucho discutir.

    Estoy muy de acuerdo con que el bloque soviético tuvo mucho peso en el la aparición de las políticas de bienestar.

    Yo creo que las tomas de posición política son cosa de tripas. Da igual la profundidad del conocimiento que tengas de la realidad. Lo importante, lo determinante, es la postura que se adopte para cambiarla. La mejor prueba de que es una decisión visceral es que es inmediata. Decirse ya está bien, esto no hay quien lo aguante, no podemos seguir así... aunque sea producto de un proceso de conocimiento y reflexión, es algo subjetivo. Si no fuese así los mejor informados serían los más radicales.

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  15. Yo también creo que las tripas juegan un papel. Aunque suene escatológico.
    Y no me parece que eso invalide mis, por otra parte, ambiguas consideraciones.

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  16. "¿debería el 99,9% odiar al 0,1%? No, ni mucho menos. Pero debería hacer caso omiso de toda la propaganda sobre la "creación de empleo" y exigir que la superélite pague muchos más impuestos".

    Pues sí que es un ejemplo de ir dando pasitos: que el 0,1% paguen impuestos!

    Pero, en fin, no traigo ese fragmento con el que concluye el artículo que recomiendas, por esa razón, sino para llamar la atención sobre la importancia de las emociones en política.

    ¿debería el 99,9% odiar ...?
    La respuesta del articulista es no, ni mucho menos. Obviamente no justifica este no: las emociones se tienen o no se tienen. Entonces ¿qué quiere decir esa supresión del odio?
    ¿me voy explicando, Porto?

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  17. No dice que paguen impuestos, dice que paguen más.

    ¿Qué quiere decir esa supresión del odio?

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  18. Esa pregunta tuya es muy gallega, como aquello de "por un lado tu ya ves y por el otro, qué quieres que te diga" :)

    Yo preferiría que sacaras tus conclusiones y después, si tal, te doy la mía. Pero vamos, que no tengo ningún problema en pronunciarme.

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  19. No es antropología, ¡es que no lo sé! :)

    No sé qué creo que significa, en serio. Supongo que tú crees que algo malo, algo así como adormecimiento, o doma, o desarme (que, por cierto, tienen todas des y emes).
    ¿Sí?

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  20. Bueno, algo sabías!
    La e-moción (no es un movimiento eléctrónico; pongo el guíón para que sea vea claramente el origen de la palabra) provoca unha movilización de la energía. Es, pues, una forma de involucrarnos en el mundo. La supresión de la emoción es una manera de eliminar esa movilización. Consciente (o inconscientemente) pretende des-movilizar al individuo.

    Ahora solo lo hay que poner en el contexto de la política norteamericana actual, con el movimiento occupied en alza, para entender que pretende el pavo este.

    Si quieres utilizar otros contextos, puedes. :)

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  21. Ah, ¿o sea que al final el artículo es una trampa?

    :)

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  22. Carallo.

    Xa falaremos, que ahora me voy.

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  23. Porto, mi opinión es que cualquier resultado práctico es conveniente, Los maximalismos son un invento del enemigo para que los extravagantes (en inglés, outsiders) nos quedemos paralizados. Mira si no los troskos, cuyo principal deporte es escindirse y pelearse entre sí por la pureza de las esencias.

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  24. por qué algunos millonarios quieren pagar más impuestos? son gilipollas? no. Para poder tener más argumentos o para evitar que la gente se cabree más. El problema no es tanto los impuestos que pagan los ricos como en qué se gastan. Si a mí Murdoch me garantiza que su subida de impuestos va a parar a un salario social para todos sus con-ciudadanos, pues vale. Si van a seguir yendo a donde van ahora (a los bolsillos de unas pocas empresas) pues no me vale.

    De que me sirve a mí que se pague una tasa por las transaciones financieras si eso puede suponer que los servicios bancarios sean más caros o que los intereses de deuda pública o privada sean más altos.

    Todas esas medidas, tan prácticas, entre el 0 y el 100,(aparentemente) sólo funcionan si la mayoría decide qué hacer con los recursos públicos y la deuda. Si no son globos sonda que calan muy bien en la izda, pero que no sirven para nada, e incluso pueden ser contraproducentes.

    Ante eso: vale, que paguen más impuestos, pero la fracción que paguen de más, va a ser transparente y va a ser orientada íntegramente a implementar programas preventiva en los EUA.

    Lo mismo es aplicable en el ahorro de gasto farmacéutico: de qué nos sirve si esos dineros se destinan a pagar los intereses brutales de la deuda pública generada por 20 años de obras faraónicas y absurdas o el rescate a las entidades financieras.

    No es que sólo exista el 0 y el 100. Hay muchos puntos intermedios, pero tienen que estar de camino entre el 0 y el 100, y no entre el 100 y el 0.

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  25. Algo así, como lo de los maximalismo, quería decir yo.
    No digo ni nada ni nunca, pero sí pocas veces.

    Bueno, Morelli, ya, la solución de un problema no soluciona los demás; y a veces ni siquiera supone un avance apreciable. Pero bueno, yo prefiero que se solucione uno que ninguno... Es de nuevo el todo o nada.

    Esto,

    No es que sólo exista el 0 y el 100. Hay muchos puntos intermedios, pero tienen que estar de camino entre el 0 y el 100, y no entre el 100 y el 0.

    me encanta. Y ya van dos. Se te está yendo la mano...

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  26. totalmente de acuerdo, Morelli: lo importante es en qué se gasta.

    Peroooo, para gastar, primero hay que ingresar: no es casualidad que desde que se iniciaron las políticas neoliberales (Argentina y Chile a las bravas, EE.UU. y el Reino Unido a lo "elegido democráticamente), bajando impuestos a los más ricos y a las grandes empresas, el diferencia entre los de arriba y los de abajo se haya ampliado. Y que el número de los de arriba se haya reducido y el número de los de abajo haya aumentado peligrosamente.

    Para gastar, en lo que hay que gastar, primero hay que ingresar de donde se debe ingresar. El nuevo capitalismo olvida que somos trabajadores de una empresa y clientes de todas las demás. Cuando oigo lo que se pide en España, por ejemplo, me pregunto (viene de un twitter que me pasaron por correo): ¿de verdad queréis despedir a parte de vuestros clientes y bajarles el sueldo a los otros?

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  27. al nuevo capitalismo le da igual que no compremos, pues juegan al casino en una ruleta a la que nosotros no estamos sentados. Sus ganancias no salen de vender un producto y así realizar un beneficio sobre sus costes de producción, sino en especular en mercados que no tienen que ver con la economía real, y luego cooptar a los gobiernos para que hagan reales esos euros o dólares con los dineros de todos.

    Por lo tanto les importa poco, a estas alturas, si somos clientes insolventes o no.

    Por otro lado hay recursos de sobra para cubrir las necesidades de los servicios públicos sin subir los impuestos. Ahora, tienes razón, si subimos los impuestos progresivamente (a los que más ganan) más vamos a poder mejorar la educación, la sanidad... Si tenemos más riqueza que distribuir, podremos distribuir mejor la riqueza. Pero si antes de subir los impuestos no está claro que su destino es el bienestar de la mayoría (y no solo eso, tambien la economía productiva, la investigación...) no pasará de un gesto guay y progre. Porque se seguirán gastando los cuartos en lo mismo y la desigualdad se hará todavía mayor (mayor transferencia de rentas del trabajo de los bolsillos de todos a los bolsillos de unos pocos)
    Por lo tanto, lo primero que hay que discutir es el destino de la caja pública. Cosa que, por supuesto, no va a hacer ningún partido político a fondo, ni ninguna administración, por descontado.
    De hecho apenas existen estudios sobre los efectos positivos o negativos que tiene en la economía de eso que llaman inversión productiva (infraestructuras, suelo empresarial...) que se hacen amparados en el dogma de que las infraestructuras generan riqueza, dogma que nadie ratifica científicamente.

    Por eso creo que el debate previo tiene que armarse sobre la evaluación de los efectos de las políticas públicas.

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  28. Morelli, si sigues así vas a acabar haciendo intervenciones mesuradas con un discurso amable y apto para todos los públicos :-)

    En serio: impecable.

    En cuanto a las dichosas infraestructuras (hoy salieron a colación en una discusión en el trabajo), el problema no es si son o no beneficiosas (a mí me parece que algunas lo son sin duda, y otras incluso imprescindibles), sino que, una vez aceptado eso, ya vale todo, y cualquier iniciativa o proyecto que pueda meterse en ese saco, es ya intocable; y no se estudia y se analiza su coste/beneficio real; ya es bueno porque sí, y genera riqueza, según un dogma de fe.

    Abrazos.

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  29. carai Porto. Gracias. Viniendo de tí vale doble ese comentario ;)

    Pues sí. Lo de las infraestructuras es algo que no se aborda seriamente en España.

    Será que los ciudadanos tragamos y la economía es tan precaria que asumimos que el empleo que generan es suficiente resultado.

    Pero pasa igual con las políticas de apoyo a las empresas (no se mide la calidad y la evolución de los empleos que generan), las políticas educativas (el fracaso escolar es brutal, no se corrige, pero nada cambia)...

    Y esta falta de evaluación de la accíón pública llega al paroxismo con los discursos nacionalistas hegemónicos, que echan la culpa de su mal resultado político a los de afuera, en vez de evaluar sus políticas y corregirlas.

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  30. Y si seguimos así, un minitrabajo de 400 euros a un joven o jóvena con carrera terminada, o estudios de un oficio terminados, nos parecerá que significa un parado menos.

    Insisto en que todo se em`pieza a desbaratar cuando los ricos dejan de pagar impuestos. Lo que no quita que, si no tenemos claro lo que vale para gasto y lo que no, todo el dinero recogido se irá a la mierda.

    Es como un proceso que combine psicoterapia y farmacología para salir de un agujero negro: se necesita una sinergia.

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  31. El otro día un vecnio defendía los empleos a cualquier precio (defendía tirar un edificio de valor histórico porque generaba unos puestos de trabajo durante unas semanas).

    Otro vecino le dijo que, si valía cualquier cosa para crear empleos, montásemos guillotinas para ajusticiar a los culpables de la situación económica.

    Una en cada barrio, cuatro empleos directos por guillotina (el que acompaña al reo, el que hace bajar la cuchilla y el que recoge las cabezas y el que coje el cuerpo).

    Luego estarían los indirectos: el enterrador, el que fabrica los ataúdes, el que anuncia los ajusticiamientos, el que vende los refrescos...

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  32. Hi, everybody.
    El argumento de los empleos es terriblemente difícil de rebatir (y tremendamente impopular); y no solo por la situación económica y la lógica sensibilidad hacia el tema, sino también por la nebulosa que rodea los datos, siempre. No es tan intangible como el de creación de riqueza (ese ya es para morirse), pero bueno, en su nombre se acepta casi todo; y cada vez más, a medida que nos convencemos de que no hay alternativa.
    Tanto en el plano estrictamente laboral como en los demás: podemos proponer demoler la catedral de Santiago y hacer un edificio multiusos, o asfaltar las playas; seguro que se da por bueno el sacrificio.

    Good evening.

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  33. Por favor que nadie haga caso a esa idea loca de asfaltar las playas...

    Me inclino más por el enfoque personal del post.

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