Estudio
El sábado por la mañana estuve estudiando en una biblioteca de Santiago.
Lo cual, aunque sea de refilón y a destiempo (y tan a destiempo: los universitarios que me rodeaban me parecían niños; no jovencitos, no: niños), no es poco para alguien que tiene clavada la espina de no haber sido universitario, y de no haberlo sido allí.
De todos modos, pensaba más tarde que aquellos chavales no me daban mucha envidia. Que ahora que por primera vez puedo estudiar sin que me examinen, que es lo que siempre deseé, veía el ambiente de tensión, del estudio por necesidad, y a pesar de saber que es lo que tiene que ser y de las bondades sin cuento de esa etapa y de esa edad, no los envidiaba.
Si acaso, lamentaba decisiones y planteamientos pasados. Pero eso, además de no tener remedio, es otra cuestión.
Seguramente algunos de ustedes no conocen Santiago. Y les aseguro que se pierden mucho. Pero mucho. En mi opinión, que difícilmente podría ser menos objetiva, el casco antiguo de Compostela es uno de los más bonitos de España, a la altura, en su estilo, del de cualquier ciudad europea. Y recorrerlo bajo un paraguas es un paseo que se debe dar al menos una vez en la vida.
5 años de estudio y trabajo en Compostela corroboran casi todo lo dicho.
ResponderEliminarVuelvo siempre feliz, atesorando recuerdos hermosos en cada piedra.
LLS.
Santiago es precioso. Sobre todo si la primera vez que vas, llegas andando desde la otra punta de España (ya se sabe...)
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la Facultad... A mis 48, todavía el momento en que sentí el mayor alivio de mi vida fue el día que recogí la última papeleta de la carrera. Todavía sueño que resulta que me falta una asignatura por aprobar. No lo repetiría por nada del mundo.
¡Coño! Es la primera vez que veo al rey de copas con dolor de muelas.
ResponderEliminar... O quizás sea Portorosa, coronado, pensando en su silla.
ResponderEliminarQué le voy a decir, se me saltan las lágrimas.
ResponderEliminarAi, fui de los últimos en estar en esa Fonseca, antes de pasar a ser sede del parlamento gallego y antes de convertirse en la biblioteca general.
ResponderEliminarSantiago siempre te ofrece una novedad que no habías visto incluso después de muchos años en la ciudad.
Pero yo creo que lo enorme de Compostela es algo de lo que aún no se ha escrito, y no es su espacio urbano de siglos. ¿quién será capaz de escribir con arte sobre el paso del tiempo en esta ciudad "eterna"?
No habría otra forma que hablando del compás que crea la lluvia sobre la piedra ...
Qué saudade!
No hay nada mas gratificante que estudiar por placer y por curiosidad. Es cuando realmente resulta provechoso y enriquecedor.
ResponderEliminarEs algo que se deberia hacer a lo largo de toda la vida, mientras podamos.
(lo siento, no puedo poner acentos).
Despues de conocer muchos lugares de interes historico, el lugar que mas me apasiono y me maravillo, fue el dia que visite Santiago de Compostela con mi marido, si literalmente me quede con la boca abierta.
ResponderEliminarLuego fui mas veces, pero aun recuerdo que cuando marchabamos por el costado izquierdo de la catedral hay muchas señoras ofreciendo la rica tarta de Santiago a vender.
Ya me hubiese gustado a mi estudiar en la universidad de Santiago, pero mis intereses academicos iban ligado a la profesion vocacional de mi familia y con 17 años marche lejos de casa, a otro sitio con un spanglish que poco se entendia, pero me adapte al sistema...hoy digo con orgullo que soy graduada en negocios y finanzas de la prestigiosa universidad de Columbia en New york.
Bicos e apertas , y estudia mucho que creo que lo tuyo son los libros y las letras o los "conejillos de india"????
Bien visto, Riley ;-)
ResponderEliminar¿Y por qué, Ra?
Hombre, algo así se habrá escrito, ¿no, T.?
Besos y abrazos a todos.
Nos hemos cruzado, Ro.
ResponderEliminar¿Qué quieres decir con lo de los conejillos de Indias?
Un beso (muy bonita tu última entrada, sobre tu marido y la costa).
(Riley, busca el blog "Aves y palabras". Lo encontré buscando fotos de chalanos.
ResponderEliminarPara que luego hablemos de casualidades.
Un abrazo.)
Si al final voy a tener que conocer Galicia, con eso le digo todo.
ResponderEliminarQuise decir Porto que quizas con la "cobaya" (conejillo de indias), eres quizas un investigador de la vida...
ResponderEliminarNo sé a qué esperas, NáN. Guía sabes que tendrías.
ResponderEliminarAh, Ro, entonces creo que la única cobaya aquí soy yo. Y el que pasa me observa mientras corro en la rueda :-)
Solo dos ideas para compartir con uds.:
ResponderEliminar- La primera, referida a Compostela: aprovechen la oportunidad de subir al Pórtico de la Gloria, sí, subir. La Fundación Barrié ha puesto andamios para su restauración y permite visitas guiadas. Y no dejen de ver el Palacio de Xelmírez ni de subir a las cubiertas (tejados) de la Catedral. Es una visita y una vista inolvidable. Ya me contarán.
- La segunda, referida a las oportunidades perdidas. Yo creo que no las hay, salvo en muy contados casos. Me explico. Uno elige; después podrá arrepentirse de la elección, pero lo ha hecho y los motivos fueron válidos en ese tiempo pero no quizá en la revisiónnq eu hacemos después, desde la distancia. Pero en ese momento, en el de la elección, se valoraron unas cosas y otras, se podneraron y se tomó una decisión que hay que respetar. Lo que no quiere decir que ahora tomemos una nueva decisión, con los condicionantes actuales -entre ellos, la edad y la experiencia-. Y seguro que la motivación que ud. tiene en sus sesiones de estudio no es comparable con la de los niños que lo rodean, porque ud. ha elegido libremente: hace lo que quiere.
Saludos desde la irónica realidad.
Yo estuve en Santiago hace, a ver que piense, veinte o veintidós años, y es una de las ciudades más hermosas que he visto jamás. Fueron quince días visitando Galicia, desde la frontera con Portugal hasta Finisterre. Me gustaría volver, guardo un recuerdo maravilloso de aquel viaje: qué bien se comía -y qué económico. Ay, cómo no voy a ser un fanático del norte. Si algún verano próximo vuelvo por allí no dudes que iré a conocerte, Porto. Un abrazo.
ResponderEliminarDurante mi primer empleo me matriculé en la UNED, y el placer de examinarse sin tensión fue algo que todavía no he olvidado. Rayando el orgasmo (aunque los mios son fingidos).
ResponderEliminarNo lamentes decisiones pasadas. Piensa que todo sucede por algún motivo.
¿En que trabajo tendrías tanto tiempo para desarrollar tu creatividad? Y que conste que no me estoy refiriendo al blog.
:))
Un abrazo
NáN es que no me lo creo, no conoces Galicia?......mmmm!!!, es como decir que un musulman falto en su vida de visitar la meca, ¡que vamos !ya seria un pecado capital...
ResponderEliminarAh! y no lo digo por motivos religiosos ehhhhh!.
Jesús, me encantaría. Sinceramente, me encantaría.
ResponderEliminarIrónico, no quería liarme con ese tema, pero bueno: a veces me da la sensación de que nos rebatimos afirmaciones que no hemos hecho.
Si se fija, yo no digo nada incompatible con su argumentación. Respeto aquellas decisiones porque respeto a quien fui, y no tengo motivos para renegar de ninguno de los planteamientos a los que aludía. Ahora bien, lamento algunos, algunas; que me parece incluso más suave que arrepentirme.
No lamentarlas, si veo motivos, sería pensar que no ha habido errores, miedos, mala fortuna, etc.; lo cual me parece absurdo, además de innecesario (por no decir nefasto) para aceptarse, precisamente.
Un abrazo.
¿Aún existe 'El Asesino'? ¡Qué contundencia de platos!
ResponderEliminarSirwood.
Si se ha escrito no lo conozco y si tú lo sabes y no me lo dices, eres "bien" malo.(me refiero a que el protagonista o el asunto sea el paso del tiempo. Alusiones ocasionales debe haber un montón)
ResponderEliminarpalabra chave: dogism (¿perrismo ou seguidor de Dogen, fundador da Escola Soto Zen y que tuvo una experiencia definitiva para su vocación, cuando siendo niño experimentó el tiempo de una manera especial al observar el humo de las velas en el funeral de su madre?)
Saludos
Y aquellas dos viejitas tan cariñosas que, claro, ya habrán muerto.
ResponderEliminarS.
Un momento, Sirwood: ¡yo comí allí, en «El asesino», en la calle Estudiantes, creo que se llamaba, hace veinte años! Las dos yayas estaban bien vivas, y recuerdo que nos escribieron la cuenta, escandalosamente barata, en la hoja cuadriculada de un bloc Guerrero. Sí que eran encantadoras, y unas cocineras extraordinarias, por cierto (todavía recuerdo aquellos calamares en su tinta). Restaurante «El asesino», en Santiago, no era fácil de encontrar pero un amigo de Zaragoza nos lo había recomendado. Qué cosas. A cinco o seis saltos de distancia todos somos familia.
ResponderEliminarObviamente, Soto Zen...
ResponderEliminarA ver si encuentro algo, T.
Qué casualidad, sí.
Buenos días a todos.
Joder, "El asesino". Vaya nombre para un restaurante.
ResponderEliminarRociolat, es que soy muy poco viajero.
¿Os habéis dado cuenta de que ya no existen los restaurantes "económicos"? Ahora hay fasfúds, incluso más baratos, pero verdaderamente horrendos. Lo que me gustaba de los económicos (incluso lo ponía en el cartal: "LA Rosita. Restaurante económico") era que las cartas tenían por lo menos 5o primeros y 50 segundos.
Y no sé por qué me gustaba esa abundancia, porque casi siempre comía una ensalada (tomate, lechuga y cebolla) y dos huevos fritos con patatas.
Era el ambiente.
Económico lo era, porque yo iba de mochilero, de tren en tren por toda Galicia y con el dinero bien justo. Pero la comida era estupenda. Por cierto, dos mesas más allá de la nuestra estaba comiendo el padre de Julio Iglesias. Y no creo que escogiera el sitio por lo barato.
ResponderEliminarS.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuen día, Porto.
ResponderEliminar:-) Conozco el blog. Lo descubrí casi al mismo tiempo que el suyo, y de la misma forma y por los mismos motivos (ya sabe, volver de Vicedo con Síndrome de Estocolmo y mitigarlo googleando).
Le echo algún vistazo de vez en cuando. Creo recordar que en alguna entrada antigua se habla de la lancha de Camilo en excursiones hacia la Coelleira).
Ah, estupendo.
ResponderEliminarSí, justo en esa ("Lanchas de Vicedo", en junio 09) entré yo, de primera. Sale la lancha, sí.
Hay que ver, qué pequeño es el mundo virtual infinito este, ¿verdad?
Un saludo.
En el asesino ya comía Ramón María del Valle Inclán. Creo que hay una foto de él en el local. Los precios de este singular restaurante eran volubles como el humor de sus propietarias; y como les cayeras mal, te apuñalaban, haciendo honor al nombre de la casa, con una factura criminal.
ResponderEliminarBuenos días.
ResponderEliminarNo creo que haya tal dicotomía, quizá entiendo desde un punto de vista negativo el "lamentar"; yo, algo optimista que me considero, opto por "aprender". Entiendo que son solo matices.
"El asesino" sigue existiendo, desde la época de Valle Inclán, enfrente de la Universidad. Para los más jóvenes, señalar que la Universidad no el el Campus Norte o el Sur sino la actual Facultad de Geografía e Historia.
Fíjese, Sirwood, si las viejas no están que hasta tienen una estatua en la Alameda.
Y comida económica, en el casco viejo, sigue habiendo y no hay ningún McDonald´s: es cuestión de seguir el instinto y el olfato; en algún caso mantienen letreros bien claros como "Casa de comidas".
Saludos desde la irónica realidad.
Perdona "Saludos desde ..." pero estás confundido. La estatua que hay en la alameda es de las dos marías. Cuando llegué yo a Santiago era tres marías y no entiendo por que eliminaron a una en esa estatua. Éstas son distintas de las que regentaban el asesino. No sé si llegaste a conocer a las marías pero el tiempo que invertían en maquillarse era incompatible con el más mínimo negocio.
ResponderEliminarPalavra LLave (tela): compo
"casa de comidas" me gusta tanto como "restaurante económico".
ResponderEliminarEl quid es que unas lentejas son unas lentejas. En cuanto añade "con mousse aromatico de cordero bendecido por la segunda luna del año, la jodimos".
Mira, el domingo preparé yo unas judías conventuales en el fuego bajo. Fácil y barato. Sólo paciencia.
ResponderEliminarS.
Me entero aquí http://magazinearaguaney.blogspot.com/2008/09/compostela-con-encanto.html
ResponderEliminarque la rebeldía de las tres marías tiene que ver con una historia de torturas y humillaciones sufridas por sus tres hermanos de la CNT durante la guerra civil.
La última parece ser que murió en Coruña sin dejar de preguntar con insistencia cómo se volvía a Santiago.
Ella sí que sabía! (con perdón de los cascarilleiros)
Mi respeto por estas señoras!
¿Qué son los ventuales, S.?
ResponderEliminarEs que usted de monjas no sabe nada, NáN, de ahí lo de las judías...
ResponderEliminarPortorosa Puedes decirme que significan estas palabras en Gallego: Colmanciño, ceboleiro y dime si esta bien traducido voullo decir," se lo voy a decir", esta bien?...
ResponderEliminarbicos
Gracias Nán por el apunte y corrección de mi error.
ResponderEliminarSDLIR*
*Acrónimo de mis Saludos Desde La Irónica Realidad. Ya soy cool o posmoderno, que se decía en los ochenta. Y para posmoderno wel "palabro" de verificación que escribe Aitor así: hytor
Ro, colmanciño no sé que es, nunca lo había oído. Ceboleiro, literalmente, es cebollero. Pero supongo que tanto una como la otra se pueden usar como medio insulto, o insulto cariñoso, o algo así.
ResponderEliminarLo otro está bien traducido, sí.
Tal vez algún invitado sepa decirte algo más...
Ventuales: Que facen vento.
ResponderEliminarS.
colmanciño, tampoco la oí. Aquí en Ferrol tenemos otra parecida: conachadas (intraducible).
ResponderEliminarPorto, me parece fatal, otra vez por aquí y sin venir a verme ummmmm
ResponderEliminarS. Las viejiñas se murieron pero les pusieron unas estatuas en La Alameda muy bonitas y aún se pueden ver fotos de ellas en bares de La Raiña o el Franco, como en El Pataca (al lado do Toural).
Nán!! No conoces Galicia???? A eso tiene que ponerle remedio ya y como dice Porto tiene quien le lleve por aquí y si toca Santiago yo les guío.
Estudiar sin que te examinen; en efecto, eso es una delicia.
ResponderEliminarPor otra parte, los niños son los que vana a la Universidad (ellos se ven hombres), como niños son los que van a las geurras (leed Matadero Cinco de Vonnnegut)
Santiago y su piedra...sin palabras
Un saludo
Bueno, me han llegado al alma y me han convencido. Voy a ver el asunto de las vacunas necesarias para ir preparándome.
ResponderEliminarEntendido S., no esperaba menos de usted.
Y cierto, Filla, no entiendo de monjas. Pero me han dicho lenguas de mucho entendimiento que muchas monjas sí entienden (la verdad es que no entendí muy bien lo que querían decir cuando me dijeron).
¡Y pensar que todo esto (mi comentario va a ser el 45 si en estos momentos no hay alguna mala persona pisándomelo) sale de la nostalgia falsa de nuestro Anfitrión, al que no le estamos haciendo el menor caso!
Su anfitrión está, a estas alturas, más que acostumbrado a que no le hagan ni caso.
ResponderEliminarPero alguien tiene que hacer el trabajo sucio.