11.2.08

Esperanza

Dos ancianos suben la cuesta cogidos del brazo. Ella le riñe. Pero mujer..., y ella, animada por el intento, sube el tono de sus reproches. Los veo alejarse, él mirando al suelo.

Un matrimonio vuelve de la aldea y saca del maletero una bolsa de grelos.

Unos padres leen el periódico y una revista y su hijo pre-adolescente se aburre, se aburre, se aburre. La madre deja de leer y se queda con la mirada perdida en la pared pellizcándose la barbilla.

Hay parejas de novios, esposos o amigos, en las que al que escucha no le interesa nada lo que está oyendo, y se nota. Otras en las que ya ni escucha y mantiene la vista fija en algún punto buscando algo que antes había allí. Pero a mí me da más pena ver a dos amigas ante un café (casi siempre son dos amigas) y notar en su tono, su cara y su forma de mirar a todos lados que ni siquiera la que habla es capaz, por mucho que se esfuerce, de verle algún interés a lo que está contando; y que se pregunta, en un silencio, cómo es posible que aquello sea lo mejor que hay.

En la calle, una madre cansada contesta a su hijo en tono despectivo, y el niño insiste en su demanda de atención. Por ahora.

La luna está en su tercer día de creciente, pero se ve bien la parte en sombra (por un momento, uno hasta llega a creerse lo de que es un satélite de tres dimensiones suspendido en el espacio, y no un dibujo plano en el cielo).

Y un niño en brazos de su padre la señala y dice mmm-na, y se ríe. Y el padre se arrepiente y todo se perdona.

11 comentarios:

  1. No sé bien por qué esa sucesión de personajes (con el fondo de las fases de la luna) me recuerda un cuadro de Durero: "Las tres edades". En todas hay lugar para la esperanza ¿no?
    Un abrazo

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  2. Precioso, Porto.

    He visto esa luna, volviendo de A Coruña el sábado. Me pareció una luna triste.

    Afortunadamente en Pontevedra ya no estaba.

    Abrazos.

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  3. Un abrazo, Juan; qué alegría.

    Muchas gracias, Manuel. A mí, en cambio, mi hijo me la hace ver maravillosa, fíjate.

    Buenos días a todos.

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  4. Y sí, Juan, cabe la esperanza. A veces hay que bucear mucho para llegar a ella, pero casi siempre tenemos algo para tomar aire. Así seguimos.

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  5. Buenos días..
    Da un beso al niño de mi parte por verme tan maravillosa.
    Lss escenas que relatas son demasiado habituales.
    No entro en ninguno de ellos y me gusta muchísimo.
    Repito, un achuchón a Carlos.

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  6. Merci, cherie. Et toutes mes félicitations!

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  7. Úna luna así se veía este fin de semana por Catalunya, parecía una sonrisa afilada. Pero a mi lo que me inquietaba era esa cara oscura que se intuía tan fácilmente.

    Porto, qué fácil es rescatarle de la desesperación.

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  8. Estimado Porto,
    ¿Esperanza? ¿por qué esperanza? Hay, al menos, un par de escenas que no parecen precisamente esperanzadoras. :-D

    Ah, y todos somos raros (no es sólo que lo estemos, es que lo somos).

    Un abrazo,
    X.

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  9. La esperanza, X., es la que me da mi hijo. Esperanza de que la vida salga bien, porque en el mundo hay sentimientos como los que él provoca. Y esperanza puesta en su felicidad.

    Eso es lo que me des-desespera, Celia.

    (Yo estoy raro comparado conmigo...)

    Abrazos.

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  10. Perdona Porto, no había pillado el tono del post, sobre todo no había pillado que eras tú el que iba y venía hasta que tu hijo te sacaba la sonrisa.

    Un abrazo.
    PD: La vida siempre merece la pena. A pesar de todo.

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  11. Agh!
    No me lo puedo creer, puedo firmar con mi perfil de wordpress!!!

    - perdón por este comentario absurdo, pero me ha hecho ilusión -

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