En una llanura
Después de seguirlo no sé si diez, veinte o treinta años, creo que he dejado mi camino.
Y ahora me veo en el medio de una llanura.
Deambulo por ella, me quedo quieto y miro a mi alrededor. No es una encrucijada; me imagino que de ella parten caminos y supongo que acabaré tomando uno de ellos, pero están tan lejos que aún no se ven. Estoy en mitad de un enorme campo.
Y es donde quiero estar. Ahora no puedo ni quiero avanzar. Quiero estar tranquilo y lo necesito: verlo todo, lo que tengo y lo que me falta, darme cuenta de mi vida, descansar y no elegir ningún camino mientras no me apetezca andar ni sepa a dónde quiero ir.
Y aunque lo pueda parecer, nada de esto supone negar mi vida. Ni mucho menos; tengo verdaderos tesoros. Se trata sólo de quedarme quieto, de no caminar hacia ningún sitio, por ahora. Y esperar tranquilo y despierto.
ResponderEliminarAmigo Portorosa, ando leyendo un libro de un japonés, Tetsuro Watsuji, Antropología del paisaje; habla sobre la importancia del paisaje en la vivencia humana. Ojalá hubiera llegado a la parte de la llanura. En fin, una llanura me parece un buen sitio para estar.
ResponderEliminarSeñor Portorosa la vida, tan imperativa ella, me condujo, el uno de septiembre, exactamente a esa situación que está usted. O, al menos, para no ser tan pretencioso, a una situación que puede ser descrita con sus mismas palabras. No tengo prisa y esa sensación, tan nueva en mi, me provoca cierta prisa para asimilar la falta de prisa.
ResponderEliminarDe vez en cuando parar es una buena elección como lo es esforzarse en no confundir lo importante con lo urgente.
ResponderEliminarTe deseo que la parada sea fructífera y que retomes el camino, el que elijas, con renovadas ilusiones.
Me gustaría decirte algo que fuese bonito, no sé hacerlo...
ResponderEliminarSaludos
"Para tener alguna posibilidad de éxito -supongo que también cuando uno está en una encrucijada- es necesario, por un lado, conocerse bien; y por otro, ser sincero con uno mismo, más de lo que por lo general somos capaces de soportar. De lo contrario, nuestros miedos, nuestra inseguridad, la impaciencia y nuestras debilidades nos harán, no ya no lograr lo que deseamos, ni errar en la dirección en la que buscar, sino, más sencillamente, no saber siquiera qué es lo que queremos encontrar."
ResponderEliminarS. P., extraído de A man sat in a chair.
Un abrazo
DR
Buena y necesaria decisión. Debes adquirir perspectiva, y eso requiere tiempo y paciencia. Aquí estaremos.
ResponderEliminar¿Y cómo se sabe qué camino es el de uno? ¿Te definen el camino los trabajos, las personas? ¿Cómo puede uno negar la vida, la propia, las ajenas? Y aún más: ¿cómo puede uno quedarse quieto? Sí: hay una forma, dejarse vivir. Pero eso no es vivir... ni estar tranquilo, ni despierto.
ResponderEliminarEn alguna parte leí que el ojo humano está diseñado, después de miles y miles de años de selección evolutiva, para mirar en las llanuras. Eso explica, entre otras cosas, la existencia de algo tan absolutamente raro como los "miradores". Construimos "miradores", y poco importa si se abren a desiertos, costas, cordilleras o estepas. Sencillamente nos gustan, nos gusta estar allí y mirar, siquiera por un momento, el motor del coche en marcha, darle a nuestros ojos ese descanso, abarcar el paisaje, toda esa memoria. Un abrazo.
ResponderEliminarJesús
Elemental, querido Watson.
ResponderEliminarBuenos días a todos.
ResponderEliminarUnaexcusa, yo sé a qué me refiero cuando digo que andaba por un camino y lo he dejado. No quiero entrar en detalles, pero se trata básicamente de una mezcla entre mi actitud vital y cierta perspectiva de etapas a cubrir; y creo que ahora ambas han cambiado.
En cuanto a lo de dejarse vivir, no lo veo yo así. No relaciono en absoluto el seguir un camino con estar más vivo; sólo hay que mirar alrededor para comprobarlo. Es más, aunque no se pueda generalizar ni mucho menos, me parece que el camino a menudo es el lugar de las inercias.
Un abrazo.
Gregorio, es que cuesta acostumbrarse, ¿verdad? A ver si no nos pasa lo que a Claudia, de La montaña mágica, si no recuerdo mal, que se acostumbraba a no acostumbrarse.
T, Luna, Sebas, muchas gracias.
DR, he empezado a leer tu cita y he pensado, "¡caray, cómo coincido yo con esto!". Bueno, pues eso, que suscribo (je) eso que dices. Gracias.
Sí, Jesús. Un abrazo.
Aviador, me alegro de verte, aunque sea tan críptico.
Saludos.
"Si queremos ser felices, no vayamos nunca detrás de lo que se va, quedémonos siempre con lo que se queda"
ResponderEliminarJRJ.
Yo creo que los caminos sólo existen una vez que se ha pasado por ellos. Que estamos constantemente tomando decisiones que pueden acabar llevándonos a un sitio o a otro. Y que la senda sólo aparece al final.
ResponderEliminarYo creo que se trata, como dices, de conocerse.
Un abrazo,
Y hacer eso que describes, que podría a simple vista parecer pasividad o inactividad, yo lo veo como una forma activa de conducir tu propia vida, guiada por la reflexión y no por la inercia, marcada por la escucha interior. Podría parecer que no avanzas, sin embargo lo haces, avanzas día a día en ser cada vez más tú mismo.
ResponderEliminarMe gusta lo que dice Xavie, los caminos no existen, los vamos haciendo nosotros mismos con nuestras acciones y nuestras decisiones. Se verá claro al final de nuestra vida cómo hemos vivido y cuál ha sido nuestro camino.
Puede aprovechar para deslizarse por el tobogán o, si lo prefiere, por el togogán. Aunque sólo sea un rato, o una sola vez. Pero seguro que merece la pena.
ResponderEliminarHay una canción que dice "la vida debe (de) estar en otra parte". Mientras no tenga esa sensación durante su espera, no tenga prisa por echar a andar.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Relajarte pero sin dormirte. Estar atento a cualquier movimiento, brisa de aire que te muestre un camino.
ResponderEliminarY es posible que, sin darte cuenta, hayas llegado a uno de tus destinos, que esa llanura sea uno de ellos; porque todos tenemos más de uno aunque pocos sepan verlo. El truco es saber, y, señor de Portorosa, creo que tu eso ya lo sabes.
¿Qué sintió esos diez, veinte o treinta años? ¿Alguna vez, con el paso de los días, sintió que el tiempo le estaba tomando el pelo?
ResponderEliminarQuisiera saber cómo se puede parar, en paz, sin miedo, sin obsesiones. Quiero pararme, pero no veo caminos. Me aguanta la certeza de no estar dónde quiero estar.
Y le envidio, su serenidad, profunda y desesperadamente.
Pero me da fuerzas para querer cambiar.
Los caminos se hacen al andar, claro, ya lo dijo el otro.
ResponderEliminarPero hay una serie de pasos, de etapas habituales, que uno conoce y prevé. Y por otro lado, ese andar responde, entre otras cosas, a una actitud, a una forma de tomarse el caminar.
Ambas cosas son las que han cambiado, creo.
No, trataré de no dormirme. Me veo bastante despierto (y que conste que ya lo estaba, no se trata de eso).
BDG, me haces preguntas muy difíciles de responder aquí. Pero te aclaro que sí hay miedo (mucho miedo), obsesiones, inseguridades, etc.
¿Serenidad? No sabría decirte; aquí está claro que lo parece, pero en la vida real no lo sé. Soy una persona más bien tranquila, y supongo que mantengo cierta calma, pero no soy yo buen juez de mí mismo, tendrían que decirlo quienes me conocen y me han visto esta temporada.
Por otra parte, esa calma (que yo agradezco y valoro mucho) a veces se vuelve en contra de uno; esa supuesta serenidad se pude convertir en una camisa de fuerza para los sentimientos, para las pasiones, y te impide desahogarte, te impide ser sincero; y eso es malo.
Ánimo. Un abrazo.
Si quieres parar, para. No hace falta que te pases a otro camino; para y quédate quieta lo que te haga falta.
ResponderEliminar(Esto suena a Paulo Coelho...)
Ayer me llamó un amigo hecho polvo.
ResponderEliminarSu pareja ha decidido dejarle.
La historia es algo complicada de resumir,dicho preto; el siempre la ha cuidado y protegido, ella se aburre y ya no está enamorada, necesita divertirse, dice.
No voy a hacer un panegírico del mozo, preto también; es un tío estupendo, inteligente, escéptico, culto.
Me decía llorando que está literalmente aterrorizado. Tiene pánico a esta nueva situación.
Recordé cosas que me contaba mi madre de los judíos en Francia.
Beso.
M.
Esas historias nunca se pueden resumir.
ResponderEliminarBesos.
Sr. Porto: ud. tiene la talla, en todos los sentidos, que se debe tener y un día se levantará de la silla, todo tiene su momento, lo sabe.
ResponderEliminarNos habla de una llanura, no dice una llanura seca y árida, por lo menos hay dos frondosos arbolillos.
Desde que le conocí, aquí, en Madrid, me pareció un hombre elegante y exquisito, me lo sigue pareciendo.
Saludos
Sólo eran preguntas que se me ocurrieron leyendo el texto. Lejos de mi intención introducirme en la intimidad de nadie. Eso sí: pensaré si el camino a menudo es el lugar de las inercias. En cuanto piense qué camino camino yo. Que no lo sé.
ResponderEliminarDevuelvo el abrazo, un poquito más fuerte. El abrazo, digo: no la devolución.
Querido milord, qué te voy a decir que tú no sepas.
ResponderEliminarEsperar es algo que a mí me produce desasosiego. Aunque en parecida situación también elegí la llanura, y desde allí, ya veremos.
Permanecer tranquilo, sereno y despierto es posiblemente la mejor opción.
Un abrazo, milord.
Buenos días.
ResponderEliminarLuna, gracias por lo de la talla en todos los sentidos :D
Y no, la llanura no está seca. De hecho, es un campo; no un edén, pero un campo sí.
Abrazos a las tres.
Ahora que está en la llanura, aproveche, no tenga prisa y "sientese en una silla"
ResponderEliminarUna cosa es lo que uno quiere y otra los elementos, esto de la llanura no deja de ser un descampado, si le llega una tormenta tendrá que correr. Quien avisa no es traidor
ResponderEliminarLos caminos están tan expuestos a las tormentas como los descampados. Pero como vamos más y no hay nada que decidir, parece que importan menos.
ResponderEliminarBienvenido, Cerillo.
Hay veces que es necesaria la calma, pararse.Esperar.
ResponderEliminarA menudo cuando uno se para, ve mejor el movimiento de los alrededores.
Un saludo afectuoso Portorosa.
Suerte
Estoy contigo. Quieto parao. Que los cambios nos encuentran sin tenerlos que ir a buscar ¿No? A disfrutar de esa paz, amigo.
ResponderEliminarLe deseo suerte. Estoy seguro de que cuando por fin empiece a andar, elegirá el camino correcto.
ResponderEliminarHe estado leyendo sus últimas entradas (ando un poco atrasado) y lo cierto es que sus palabras siempre me producen sosiego, una sonrisa cómplice, una calma y cierta envidía por su capacidad de disfrutar de esas pequeñas cosas que muchas veces nos pasan desapercibidas.
un abrazo.
Aprovecha, porque la vida permite pocos ratos de quietud. De repente, llega, empuja, y lo único que se puede hecer es seguir el camino que aparece ante tus ojos atónitos.
ResponderEliminarYo estoy en esas...
Beso.
"Me dijo que en su opinión la gente vive años y años, pero que en realidad es sólo en una pequeña parte de esos años cuando vive de verdad, y esto es en los años en que consigue hacer aquello para lo que nació. Entonces, en ese momento, es feliz, el resto del tiempo es tiempo que se pasa esperando o recordando. Cuando esperas o recuerdas, me dijo, no estás ni triste ni feliz. Pareces triste, pero se trata únicamente de que estás esperando o recordando. No está triste la gente que espera, ni tampoco la que recuerda. Simplemente está lejos."
ResponderEliminarEsta historia (Alessandro Baricco)
besos
Buenos días a todos.
ResponderEliminarRespirando, ¿cómo estás?, ¿andando porque te empujan?
Sí que es normal, eso; es lo habitual: o te empujan, o te lleva la inercia del último empujón.
Saludos a todos, y gracias. El texto de Baricco, del anónimo, me gusta. Yo no creo que nazcamos "para" algo, que tengamos algo que hacer, pero el texto me vale igual, cambiando aquello para lo que nació por aquello que de verdad le gusta.
Y buena semana.
Sabia decisión.
ResponderEliminarMe gusta verte tan consciente de todo lo que te está pasando, tan lúcido. Posiblemente en la llanura hay mucho dolor, quédate con él y con todo lo que trae. De tantas cosas se da cuenta uno cuando está así...
Besos.
Besos, Princesa.
ResponderEliminarDe cuando en cuando es necesario hacer un alto en el camino.
ResponderEliminarSaludos
Se habrán dado cuenta de que todo esto dura muy poco. Así que aprovechemos para estar donde nos apetezca estar. Quizás nuestro problema es que a veces olvidamos lo corto que es nuestro paso por aquí y creemos saber todos los pasos que nos esperan en nuestra "larga" vida. Y ni lo uno ni lo otro. !Dejémonos ir a donde el corazón nos lleve y tratemos de vencer ese tremendo miedo que se nos engancha a veces!
ResponderEliminarMucho, mucho miedo nos da todo.
ResponderEliminarSaludos a los dos.