Negra y sueca
Ya, ya sé que no es una combinación muy común, pero así es la novela que escribe Henning Mankell.
Como les dije, esta temporada no me apetecían lecturas de mucho (ni poco) pensar, y decidí probar con las novelas de Mankell protagonizadas por Kurt Wallander, inspector de policía en la ciudad de Ystad, Escania, suroeste de Suecia, separada de Dinamarca por el estrecho de Øresund. He leído tres: Cortafuegos, La falsa pista y Antes de que hiele, ésta última más centrada ya, en lugar de en Wallander padre, en su hija Linda, también policía.
Digamos que he encontrado lo que buscaba, pero tal vez un poquito peor de como lo esperaba:
En primer lugar, es literatura de evasión, y por tanto no hay que pedirle cosas que se le piden a otros libros; ni falta que hace, porque cumple, como he comprobado yo estos días, su función. Es entretenida, y engancha, que es algo que se agradece mucho. El ambiente de los libros está conseguido, creo yo, y el personaje principal tiene un atractivo accesible y mundano; y a mí ambas cosas me han ayudado a meterme mucho en las historias. Además el escenario no es Nueva York, ni siquiera Estados Unidos, ni el neblinoso Londres, ni los muelles del Sena ni Sicilia, sino Suecia, lo cual, no me negarán, es bastante original y hace todo un poco más interesante, aunque sólo sea porque permite echar un superficial vistazo a la vida y la mentalidad de allí y aprender un poco de geografía.
Voy a dejar a un lado el último de los tres libros, Antes de que hiele, que terminé esta mañana. Lo voy a dejar a un lado porque me ha parecido mucho peor que los otros dos; de hecho, me ha parecido malo de carallo. Creo que sobran unos dos tercios del libro (estoy convencido de que Mankell también lo sabía), rellenos de un batiburrillo de secta religiosa que no aporta nada (salvo páginas), y además me parece que la historia no está nada lograda. Mal.
Los otros, Cortafuegos y La falsa pista, me gustaron más; y quiero creer que representan mejor, por ser anteriores, lo que ha sido toda la ya veterana serie de Wallander. Para ellos vale lo dicho más arriba: son entretenidos, el ambiente está muy conseguido, los personajes son cercanos y atractivos, y las historias enganchan.
Pero, aun así, mientras leía no podía evitar darme cuenta de momentos flojos en el argumento, en las tramas, y de una asombrosa repetición de construcciones, de situaciones, de recursos, que creo que empeoraba bastante el resultado.
Y sobre todo, he tenido un montón de problemas con la traducción. Entiéndanme, ni pretendo ponerme exquisito, ni desde luego sé sueco, pero el caso es que el castellano de las novelas (tanto de las traducidas por dos mujeres suecas como de la tercera, obra de una española) me pareció forzado, muy poco natural, lleno de frases tópicas y construcciones manidas; en mi opinión, incluso sonaba poco español. Creo que cualquier escritor nacional decentillo escribe, en lo que a estilo se refiere, francamente mejor.
Mi duda es si todo era fallo de la traducción, o si es que Mankell escribe en realidad así.
[Y paro ya, porque, ¿saben?, en realidad no tengo interés en hablar de esto, no me apetece escribir ni sobre esto ni sobre casi nada. Otros asuntos, muy importantes para mí, ocupan mi cabeza esta temporada. Y es sobre ellos sobre los que querría y necesitaría hablar. Pero no puede ser.
He pensado en cerrar, al menos temporalmente, el blog, y aunque de momento no lo voy a hacer porque me sigue dando momentos agradables, espero que esta aclaración sirva para disculpar la poca actividad que desde hace un tiempo hay en esta casa.]
Un abrazo, Portorosa.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús :-)
ResponderEliminarEscribir de eso aunque no lo publiques también sirve.
ResponderEliminarUn abrazo, Porto.
¿Negra y sueca? Por favor...
ResponderEliminarEn los momentos muy bajo, mejor leer el TBO.
Escribir siempre es bueno.
No soy quien para dar consejos, siempre hay buenos amigos que saben escuchar y que pueden ayudar o aligerar un poco el peso.
Y usted sr. Portorosa, los debe tener a cientos.
Saludos y no abandone el blog, ni lo blinde por favor, que eso es ultimamente la moda.
Buenos días.
ResponderEliminarUn abrazo, Maba, Luna. Muchas gracias.
¡Animo! Y un abrazo.
ResponderEliminarHay una serie en la tele (C Satélite)con este protagonista, Wallander.
ResponderEliminarEs estupenda, sólo que la ponen muy tarde. En Calle 13, creo, ahora no recuerdo.
Esto de ser conocido es un colmo.
Sabes? podías abrir otro blog y soltar ahí todo lo que no puedes contar aquí porque tienes lectores cercanos.
Y así seguro que te entraban ganas de seguir dejando cosas en este...
Beso.
Muchas gracias, T.
ResponderEliminarLa conozco, Miranda, la vi una vez y me gustó.
Lo del blog ya lo he pensado; pero, obviamente, si lo decido no os lo diré :)
Un beso.
No soy quién para dar consejos, pero cerrar... cerrar... parece un poco drástico ¿no?
ResponderEliminarMi opción cuando quiero algo ligero es elegir algo que vaya muy, pero que muy, en serio. Ahí los autores del XIX se llevan la palma. Y hay mucho donde elegir: los rusos, algún español, los variadísimos ingleses (e inglesas), incluso franceses e italianos. Algún norteamericano. Novelas de aventuras, de viajes, sociales, políticas, de intriga. Las hay de todo, de todos y para todos.
¿Y por qué algo tan contradictorio? Porque no creo en literatura ligera o pesada, sino en literatura buena o mala. Y un buen libro, que puede ser más leve de leer o menos, reconcilia bastante con la vida y con uno mismo.
Quizá incluso mejor, probar con la música. Bach está siempre ahí y siempre nos ofrece su misterio sin salirse de su época, sus medios y sus instrumentos. No conozco mejor bálsamo, para llorar un rato y salir con una cara nueva.
Mis mejores ánimos con un abrazo.
De Mankell poco puedo decir. Mi mujer es quien lo lee y asegura que la entretiene. La creo. Del resto, le queda a uno la duda de que esos asuntos a los que aludes, querido Porto, puedan ser solo molestos o, infelizmente, hasta dolorosos. Si fuese esto último, supongo que lo mejor es estar al lado, poniendo el hombro cerca, y en silencio. Que se sepa del aprecio, que siempre ayuda, pero sin molestar con mucha cháchara, que apenas si se alcanza a escuchar nada en esos trances. Así que aquí me quedo y ya me callo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Diarios de R.
Gracias, FPC, Diarios. Un abrazo muy fuerte a los dos.
ResponderEliminar(Yo sí creo que hay literatura de evasión fácil, en contraposición a la de evasión (porque evasión siempre hay, creo yo) que exige concentración, aunque ésta sea placentera. Mankell se presta al enganche por la historia, sin necesidad de pararse mucho a apreciar nada. Y como él, otros muchos, claro.
De todos modos, coincido en que la gran división de la Literatura, como de casi todo, es la que separa entre buena y mala.
Y agradezco mucho el consejo.)
Estoy de acuerdo con la división entre literatura buena y mala. Si te entretiene, te engancha, te hace evadirte del mundo por unos minutos, es buena; si tienes que cerrar el libro porque a cada palabra sientes náuseas, es mala, por mucho que lo haya escrito alguien que se cree un semidios de la literatura.
ResponderEliminarSobre el resto, ánimo!! Yo también te animo a abrir un blog anónimo, que lo de escribir, aunque sea en un diario que guardes bajo llave en algún armario recóndito, sirve de mucho (siempre y cuando, claro está, no tengas un hermano fisgón con mucho tiempo libre y mucha mala leche, ¡qué adolescencia más poco discreta la mía!).
Un besazo.
Un beso, Ruth.
ResponderEliminarÁnimo con lo que sea. Y no cierres el blog, porque siempre tienes esa puerta para dejar entrar el aire fresco. Con no exigirte de más, sirve. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo, Sebas, y gracias.
ResponderEliminarY buenos días.
No se disculpe, Portorosa. Si alguien no lo entiende, problema suyo.
ResponderEliminarÁnimo y suerte.
Te deseo mucha suerte en lo que quiera que sea que te tenga preocupado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Sfer, EFH (¿te conozco (cibernéticamente hablando), EFH?).
ResponderEliminarUn abrazo sentido, poderoso y cercano, mi querido Portorosa.
ResponderEliminarDele, dele...
Muchas gracias, Manuel, y sé bienvenido de vuelta. Espero que hayas disfrutado.
ResponderEliminarTe leo con regularidad y a veces participo, no mucho pero no tengo blog ni nos conocemos, es sólo simpatía después de meses leyéndote.
ResponderEliminarSí, después de preguntártelo me di cuenta de que habías venido antes. Pero a veces ya no sabe uno si a un comentarista lo ha visto en su blog, en otro, o es que tiene bitácora propia.
ResponderEliminarGracias, en todo caso, por leer esto; que para eso es. Un abrazo.
Bueeeeeeno
ResponderEliminarYa veo que llego un poco tarde, pero entraré de vez en cuando, para saber si deja usted señor Portorosa alguna ventana abierta.
http://www.youtube.com/watch?v=xD7U-xK9Xmk&mode=related&search=
Un placer leerlo
Eres bienvenid¿a?, Momo.
ResponderEliminarUn saludo.