13.1.13

Café Avenida

En la mesa de la ventana una pareja pide dos cafés y una docena de churros. Él bromea. De sesenta y bastantes, tiene manos de trabajador, se peina para atrás desde hace pocos años y lleva una camiseta negra ajustada que pone FG October Original City. Ella tiene la misma edad, viste como visten en un sitio pequeño las señoras y apenas habla. Y no sonríe. Hasta que al cabo de un rato él también deja de hacerlo y se queda callado mirando por la ventana. De vez en cuando vuelve a intentarlo, pero nada. Y no se da cuenta de que, cuando no está atento, ella lo mira de reojo y por un instante suaviza el gesto. Se ha puesto unos pendientes largos y un foulard que nunca había estrenado, pero cuando se levantan para irse, mientras él paga, se ve en el espejo de detrás de la barra y se avergüenza.


15 comentarios:

  1. Te estás convirtiendo en un observador peligroso... porque desnudas.

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  2. Bueno, bueno, ya será menos.

    Un beso.

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  3. Bueno, quizás la primera vez que quedas con alguien, ambos de cierta edad, las cosas sean así, algo embarazosas. Me gusta mucho.

    Un abrazo

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  4. El problema de esta ciudad (y de otras) es que las mujeres tienen vergüenza de serlo y se obligan a ser señoras. Y los hombres, a los que no les gustan las señoras, se dedican a transformar a las señoras en mujeres, aunque sea por una hora, para luego renegar de la señora. Estos hombres no son caballeros, son Original City Boys. antes conocidos con el nombre e Don Juanes. Los caballeros, que tambien necesitan mujeres, las encuentran en otra parte, en el piso de su amante o en un prostíbulo, sin avergonzarse; o se amansan como los sacerdotes.

    La responsabilidad de toda esta infelicidad es de la moralidad católica que se fundamenta en avergonzar a las mujeres de serlo. Antes, para proteger la moral que imponen a la sociedad, disparaban contra Don Juan. Ahora disparan contra el feminismo.

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  5. Cuando hablo de disparar, estoy hablando ideológicamente. Obviamente, antes utilizaban la violencia contra las mujeres: hogueras, escarnio público, etc. Pero como las mujeres no tenían discurso, la única fuga podría venir de los hombres que señalaban a la mujer y ponían en cuestión el modelo femenino de "Nuestra Señora".

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  6. Portarrosa, me recuerdas a Carver. Pero... a este relato sí le encuentro un final, pero hay veces que echo de menos un paso más allá, algo parecido a un desenlace. No sé, tendré que seguirte leyendo.

    Taliesin, completamente de acuerdo. Siempre me he preguntado por qué ese interés en afearse. Efectivamente, se convierten en señoras porque se avergüenzan de ser mujeres. Entonces viene la paradoja de las paradojas y el rizo del rizo de los hombres. No se puede expresar mejor.

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  7. Molina, perdona, ayer leí tu primera frase, me desmayé y no he recuperado el sentido hasta ahora.

    En serio: ni siquiera creo que estos sean relatos; no sé muy bien cómo llamarlos. Yo los relaciono bastante con la fotografía, creo. En cualquier caso, esa comparación da una idea de cómo me los planteo: describo una situación que no es más que un brevísimo trozo de vida de los que tengo delante. Y no puedo decir mucho más de ellos. Supongo que me gusta (y que es más fácil) dejarlo abierto.

    Muchas gracias por el piropo, y sé muy bienvenida.

    Buenos días.

    Muchas gracias

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  8. Estoy de acuerdo en que estos relatos son como fotografías , fotografías del alma, y por eso me encantan.Podemos estar rodeados de una multitud sin mirarla como si fueran un mueble más de la catetería, pero tú no Portorosa, tú desnudas con tu mirada y no sé por qué a la gente le asusta tanto eso.
    Estoy de acuerdo con lo que dice Taliesín pero yo intuyo en ese silencio de la señora algo de miedo , de complejo.Puede ser que envejecer es duro o que si no nos gustamos a nosotros mismos pensamos que no podemos gustar a otra persona o qué sé yo...
    Ya me he puesto a divagar,esto es lo que pasa por escribir un relato abierto.
    B.

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  9. La mirada de Portorosa es incisiva en su observación. Su percepción es magistral y se lo pone a huevo a los que tiramos de la intuición para captar la situación desde sus orígenes y en sus tendencias.
    Creo que ésto es lo que demandas Molina, pero es mucho pedir. Cuando uno tiene muy desarrollada la primera función del consciente (percepción) tiene poco desarrollada la segunda (la intuición) y viceversa.

    Os agradezco (De Tirso y B) que me hayais comentado. A veces siento que mis comentarios caen como un jarro de agua fría y paraliza la participación. Sobre todo cuando el proprio anfitrión te ignora descaradamente :-) Mi intención es todo lo contrario: intento exprimir lo ímplícito del mismo relato y darle nueva vida, aunque sea en el conflicto de pareceres.
    Animado por estos comentarios, añado:
    El conflicto entre mujer y la señora se recrudece a la edad de la señora protagonista del relato. A esa edad, los hijos suelen abandonar (física o psicológicamente) a sus padres y la función materna deja de tener protagonismo. Como su identidad ha sido modelada socialmente como madre (según el modelo de “Nuestra Señora”) se encuentran de repente con que tiene subdesarrollado su identidad de mujer y no sabe como aparecer socialmente como tal. Por esa razón, insisten en fortalecer su rol de madre, que se convierte en una careta social de una obra de teatro pasada de moda. Una infelicidad!
    Un saludo a todos y en especial al anfitrión que nos convoca.

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  10. ¡Oh, T, no me digas eso!

    Tus comentarios, como siempre, sugerían varias cosas interesantes; es tan solo que no me cogieron en el momento adecuado para seguir por esos derroteros.

    La idea de vergüenza, como la de miedo que saca B., son evidentes en mi intención. Otras partes de tu primer comentario iban más allá, observándolo todo desde otro ángulo, y es verdad que algunas no casaban con mi impresión (no vi yo a un Don Juan, en aquel hombre). Este último, gracias a B y a Molina, da una explicación complementaria estupenda. Lo que ocurre es que cuando, a propósito o sin querer, escribo algo tan abierto, a veces prefiero no entrar en interpretaciones.

    Así ocurre lo que dice B, que uno se pone a divagar. Y es magnífico.

    En el siguiente Café, por ejemplo, creo que se pueden entender cosas bastante distintas. Pues que se entiendan; está genial, eso.

    Lo que sí parece claro, a la vista de los comentarios, es que desnudo con la mirada.

    Ja. Ya me gustaría...

    Buen fin de semana a todos.

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  11. Pregúntale a cualquier señora y te dirá qué es lo que quieren los hombres: eso y nada más. Pregúntales a esos Original Boys y te dirá lo mismo desde el otro lado. Si intentaras moralizar la situación, quizás no te responderían con un “largo me lo fiais” pero sería algo por el estilo en el lenguaje de las “casas baratas”: joder, no me toques los cojones! Pero, eliminando las diferencias espacio-temporales, obedecen al mismo prototipo.

    Desde pequeño, todos los años, el 1 de noviembre asistí a Don Juan Tonorio en la televisión del régimen del nacional-catolicismo. La compasión era para Doña Inés, deshoranda por el villano. Y el castigo eterno para Don Juan. Era él al que había que domar, ella ya estaba domada. Callaba y sufría, avergonzada por sentirse deseada por el demonio de Don Juan, por sentir que era una mujer.

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  12. Carambas Taliesín deduzco que tú sentías compasión por Don Juan.
    La verdad, a mi no me gusta ninguno de los dos roles.Los dos me parecen equivocados .
    B.

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  13. B.
    Si te fijas en la manera en que hablo de los Original Boys te darás cuenta de que no es compasión lo que siento compasión por D.Juan.

    Lo que sí hago es un reconocimiento a la rebelión de D. Juan, que al desnudar a la señora para reconocer a la mujer, está cuestionando la opresión sobre el deseo de la mujer ejercida por la moral católica. Y por eso soy cuidadoso en no enjuiciarlo para no colaborar con esa moral que lo condena eternamente.

    Personalmente no me gusta D. Juan pero es un caso de esos que prueban que “no hay mal que por bien no venga”.

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  14. En una de esas sincronicidades que tanto te gustan, T., el viernes 18 por la mañana, durante el desayuno, hablaban en Radio Clásica de Don Giovanni y de su rompedor no arrepentimiento final.

    Buenos días.

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    1. Es paradójico que siendo Don Giovani una comedia, sea mucho más seria, psicológicamente, que Don Juan Tenorio. El destino del libertino es el infierno (depresión, ...) ¿Qué tontería es esa de que Don Juan Tenorio, arrepentido, suba al cielo por intercesión de Doña Inés, en el papel milagrero de “Nuestra Señora”? Ese final solo tiene sentido en el delirante ámbito de la moral católica. Al final, va a ser que los indultos que el gobierno otorga a los corruptos tienen fundamento en esta tradición :-)

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