Muy bueno y ocurrente, aunque la realidad es ésta:
"As lagoas e charcas son o hábitat de numerosas especies de anfibios e réptiles galegos que acoden a este tipo de ecosistemas nos períodos de reproducción, como é o caso de Tritirus marmoratus e Tritirus helveticus, ou que se manteñen vinculadas ós medios acuáticos durante todo o seu ciclo como Rana perizi".
Algunas de estas especies están en franca regresión en tu tierra, y sufren una amenaza seria. De ahí el cartel, procedente de alguna iniciativa ecologista (aunque prefiero la interpretación misteriosa).
Hay madre éste Lagarto, qué cosas tienes -qué majo eres lagarto- con permiso del señor Porto. No lo he podido evitar! (me sacudió una carcajada) casi de la familia y claro cada uno con lo suyo.
La verdad que ante mi perplejo asombro del cartel,
quizás sea, que allá es propio verlos.
Aquí en el sur va a ser más difícil. Contra las moscas no hay nada escrito.
Recientemente la Universidad de Vigo realizó un estudio curioso. TRataba sobre las barreras arquitectónicas y los problemas para algunas especies animales que suponen ciertas infraestructuras humanas. En casos de grandes mamíferos parece más claro y evidente el daño inducible; y hasta por una pequeña fracción de tiempo, hay hasta quien padece por estos animalillos de ojos grandes y tiernos tipo cervatillo moribundo con huellas de neumático en su pueril rostro. Pero también los pequeños y visguentos bichitos tienen sus derechos: no se alejaron demasiado. Se contabilizaron más de 30 anfibios aplastados en el CUVI (el campus de dicha unversidad)en una sola mañana que resultaba propicia (tristemente propicia) por las condiciones del tiempo y la época del año.
Por cierto. ¿Alguien ha ido al campus ése en verano? Pavor, amigos pavor. Menudo bichoco que han montado.
Por curiosidad: ¿Observaste por los alrededores granjas desiertas y desoladas? ¿Percibiste la presencia furtiva de paisanos de andar encogido y bamboleante? ¿Olía en fuertemente a pescado, a fondos marinos? ¿Tenías la sensación de que en todo momento te vigilaban unos ojos ocultos, taimados y fijos, que no parpadeaban jamás? ¿Parecían oírse a lo lejos extrañas salmodias monótonas, del tipo “Ph’nglui mglw’nafh cthulhu r’lyeh wgah-nagl fhtagn...”, “Exiximos xa...” o similares?
???????? Viste alguno? un pelín intranquilizante el aviso, no?
ResponderEliminarUn beso
Para un mamífero lo era, y mucho.
ResponderEliminarBesos.
Es como si el doctor Moreau de H.G.Well rondara por allí haciendo de las suyas.
ResponderEliminarEstupendo blog.Un saludo.
Muchas gracias, Francisco. Bienvenido.
ResponderEliminarMuy bueno y ocurrente, aunque la realidad es ésta:
ResponderEliminar"As lagoas e charcas son o hábitat de numerosas especies de anfibios e réptiles galegos que acoden a este tipo de ecosistemas nos períodos de reproducción, como é o caso de Tritirus marmoratus e Tritirus helveticus, ou que se manteñen vinculadas ós medios acuáticos durante todo o seu ciclo como Rana perizi".
Algunas de estas especies están en franca regresión en tu tierra, y sufren una amenaza seria. De ahí el cartel, procedente de alguna iniciativa ecologista (aunque prefiero la interpretación misteriosa).
Un abrazo.
Ben sei, Sebas, ben sei.
ResponderEliminarLa verdad es que el cartel hasta me pareció tierno, como si aún tuviese sentido dedicarle atención a esas cosas.
Un abrazo.
Porto, hiciste muy bien largándote de allí. Pero que muy bien.
ResponderEliminarEn esas charcas oscuras, las más extrañas abominaciones de la naturaleza son posibles. :-D
Un abrazo,
Ya, Xavie, estoy convencido. Sabe Dios quién había puesto ese cartel, y dirigido a quiénes. Quita, quita...
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues a mí me molan los anfibios, así humeditos, pegajosotes, medio monstruosos... Lovecraft en Galicia, hmm.
ResponderEliminarBeso. Cal.
Hola, Calamidad.
ResponderEliminarLa verdad es que don H. P. era más de reptiles (y eso cuando hablaba de cosas identificables), pero bueno, a mí enseguida se me vino a la mente.
Un beso.
seguro que al otro lado del cartel rezaba la leyenda "por favor, anfibios; eviten atropellar a los humanos"
ResponderEliminarEspero que la decisión personal que tomaste hace unos días haya sido la correcta. Te lo deseo de corazón.
ResponderEliminarClaro, Nosurrender, es que yo ahí leía "Sólo evite atropellar a los anfibios".
ResponderEliminarGracias, Roberto.
Un abrazo.
Y buenos días a todos.
Hay madre éste Lagarto,
ResponderEliminarqué cosas tienes -qué majo eres lagarto- con permiso del señor Porto.
No lo he podido evitar! (me sacudió una carcajada) casi de la familia y claro cada uno con lo suyo.
La verdad que ante mi perplejo asombro del cartel,
quizás sea, que allá es propio verlos.
Aquí en el sur va a ser más difícil.
Contra las moscas no hay nada escrito.
Glup!
Un beso Porto.
Recientemente la Universidad de Vigo realizó un estudio curioso. TRataba sobre las barreras arquitectónicas y los problemas para algunas especies animales que suponen ciertas infraestructuras humanas. En casos de grandes mamíferos parece más claro y evidente el daño inducible; y hasta por una pequeña fracción de tiempo, hay hasta quien padece por estos animalillos de ojos grandes y tiernos tipo cervatillo moribundo con huellas de neumático en su pueril rostro. Pero también los pequeños y visguentos bichitos tienen sus derechos: no se alejaron demasiado. Se contabilizaron más de 30 anfibios aplastados en el CUVI (el campus de dicha unversidad)en una sola mañana que resultaba propicia (tristemente propicia) por las condiciones del tiempo y la época del año.
ResponderEliminarPor cierto. ¿Alguien ha ido al campus ése en verano?
Pavor, amigos pavor. Menudo bichoco que han montado.
Saludos a todos.
No tengo el gusto, yo, ni en verano ni en invierno.
ResponderEliminar(Muy luso, además de ecologista, te veo yo, Gregorio, con ese visguento.)
Saludos. Un beso, Paqui.
Por curiosidad: ¿Observaste por los alrededores granjas desiertas y desoladas? ¿Percibiste la presencia furtiva de paisanos de andar encogido y bamboleante? ¿Olía en fuertemente a pescado, a fondos marinos? ¿Tenías la sensación de que en todo momento te vigilaban unos ojos ocultos, taimados y fijos, que no parpadeaban jamás? ¿Parecían oírse a lo lejos extrañas salmodias monótonas, del tipo “Ph’nglui mglw’nafh cthulhu r’lyeh wgah-nagl fhtagn...”, “Exiximos xa...” o similares?
ResponderEliminarMe parecía empezar a oír algo, pero no me quedé a comprobarlo.
ResponderEliminarEl olor, sí, el olor lo noté.
Un saludo.