Abono
- ¿Qué tal por la mañana, en la excursión al bosque?
- Bien.
- ¿Qué hicisteis?
- ¡Plantamos árboles!
- ¡¿Sí?! ¿Y cómo?
- Pues con tierra, y con unas bolitas azules.
- ¿Y qué eran, las bolitas azules?
- Veneno.
Aragües
Hace 1 mes
11.5.07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Espero que parte del encanto de los humanos esté en sus miles de contradicciones, porque si no...
ResponderEliminarBeso, Porto.
Señor de Portorosa, no nos castigue con estas ausencias tan prolongadas, que la adicción reclama.
ResponderEliminarBuenos días.
ResponderEliminarQue sea usted adicto a este blog, Gregorio, es un honor. Perdóneme, pero a veces uno no encuentra el ánimo para decir nada.
Un abrazo. Un beso, Respirando.
Fuera de contexto, casi parecería un cuento de terror. Fíjate que ella se quedó con lo importante, lo que seguramente le habían recalcado los profesores una y otra vez.
ResponderEliminarTe llamé el otro día. No respondiste. Sin comentarios.
Esa niña debería asomarse con más frecuencia por esta ventana para dar su 'visión' original de las cosas. Me parece que es una manera de rejuvenecer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es fascinante redescubrir el mundo a través de la mirada de un niño.
ResponderEliminarEstas anécdotas siempre me hacen sonreir, y eso se agradece.
Un abrazo.
Y ya sabrás que fue al bosque de Servantes y no de Serantes, ¿le sonará más familiar?, la verdad es que ve bastantes gigantes...
ResponderEliminarY vio una araña "bastante" grande y le pidió al profesor si podía levantarse para que no le subiese por "todo" el cuerpo ¡qué civilizada!
portorosa, puedes decirme tu correo electronico?
ResponderEliminarBuenos días a todos.
ResponderEliminarUn abrazo, Sebas, Juan y Miguel.
Anónimo, no sé quién eres, aunque está claro que debería.
Andrés, mi correo aparece en mi perfil, abajo a la izquierda (pero bueno, no me cuesta nada ahorrarte trabajo: lordhwooton@hotmail.com).
Aprovechando esta entrada, he pulsado la etiqueta "Hijos". Las he leído todas de un tirón. Y me he pasado un rato estupendo. Hay por cierto un final glorioso en una de ellas: cuando te quedas a solas con tu hijo Carlos y os dais a la bebida.
ResponderEliminarUn abrazo para los tres.
Muchas gracias, Diarios. Como comprenderás, son las entradas a las que más cariño les tengo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Caray con los nenes...simplemente incontestable
ResponderEliminarSaludos
(Anónimo, la verdad es que sí lo sé. Dudaba entre ti y tu hermano.)
ResponderEliminar