De dinosaurios en Asturias
Este puente hemos ido los niños, su madre y yo a Asturias, en un viaje que era un regalo para Carlos y que giraba en torno al tema dinosáurico.
Nos quedamos en una casa en Lastres, y desde allí nos movimos por la zona y un poco más: Gijón, Colunga, Ribadesella, Cudillero, Tapia... Todo precioso y muy cuidado, aunque un poco turístico de más.
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| Lastres |
El paisaje asturiano (y habla un gallego que cree vivir en un sitio privilegiado) es alucinante. Parece un jardín bien diseñado, con su alternancia de prados y árboles. Y ver picos nevados desde una playa es fantástico. Con respecto a Galicia hay (además de esos picos) una diferencia fundamental: casi no hay eucaliptos, ni todo lo que ellos conllevan; y se nota, se nota mucho. Y otra más, también achacable al hombre: no hay feísmo.
En Galicia hay mucho feísmo: casas habitadas pero sin terminar, casas terminadas que te hacen desear que no lo estuviesen, galpones de bloque cuyo interior le habría parecido caótico a Diógenes, alrededores de casas que son lodazales y tienen restos de una obra de hace veinte años, fachadas forradas de azulejo, añadidos a tración, y edificación nueva que ni se integra ni lo intenta, sino que atenta contra todo lo que la rodea. No solo hay eso, pero todo eso lo hay, y no hace falta buscar mucho. Y en Asturias, en el campo (no sé en zonas urbanas), por lo que había visto en anteriores ocasiones y volví a comprobar, no; nada: hay muchísimas casas tradicionales, y todas están arregladas, y la construcción actual pasa desapercibida, en el peor de los casos.
Las razones serán varias, pero seguro que todas tienen que ver con decisiones. Y no estamos comparando Suiza con Albania, económicamente. Y me dio mucha envidia.
En cuanto a nuestras visitas, el MUJA (Museo del Jurásico de Asturias) no tiene mucho que envidiar al Museo de Historia Natural de Londres (en el que estuvimos en verano) en lo que a dinosaurios se refiere: está francamente bien. Fuimos a ver unas huellas de dinosaurio, también; que te las tienes que creer, claro, pero que, si lo haces, impresionan, y mucho. Y lo más interesante para mí fue la cueva de Tito Bustillo, donde después de andar casi 1 km bajo tierra te plantas delante de unos dibujos que hicieron unos hombres hace unos 10.000 años... A mí me pareció increíble. Y a Carlos le encantó todo, que era de lo que se trataba.
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| Carlos en una huella |
Ha estado muy bien.
Nosotros estuvimos por ahí hace ahora 3 años en verano y nos encantó. El Museo es genial y las cuevas también. Es una zona preciosa, yo lloro de pensar en el calor que llega aquí ya y que todo se convertirá en un secarral....
ResponderEliminarMuchos besos, me alegro de que lo pasaráis bien.
Mi "nosotros" también fuimos al MUJA, de vuelta de Carbárceno, y ya nos dimos cuenta de que nos quedaba mucho por ver. Totalmente de acuerdo contigo, POrto, en lo q al feismo y eucaliptos se refiere; aún así, podíamos invitar a Moli&Cª a visitar nuestra playa, no crees?
ResponderEliminarBesos (y recuerdos desde Lugo)
Bonitas fotas.
ResponderEliminarA mi Asturias me encanta. Nosotros estuvimos esta Semana Santa en la zona de Cangas del Narcea y nos gustó muchísimo también. El MUJA lo tenemos en pendientes, a M. seguro que le encantaría (esta obsesionado con los dinosaurios). Después de leerte ya estamos deseando ir.
Beso gordo.
Hasta hace unos (¿15 años, 20?... el tiempo ya se me mezcla) Asturias era uno de mis viajes favoritos. Galicia sigue siendo uno de mis objetivos pendientes... ya un poco pertenecientes a la eternidad y su “no ser”.
ResponderEliminarMe ha apasionado tu distinción entre la belleza de Asturias (que conozco bien y amo mucho) y el “feísmo” gallego (que conozco por algunos gallegos que frecuentan la misma montaña leonesa que yo). Es un párrafo lleno de profundidad.
Te voy a dar dos posibles razones, que seguro se suman, de la belleza y el cuidado del paisaje de Asturias. Desconozco las razones socioeconómicas de ese agrupamiento de ricos preocupados por la estética, pero en Oviedo viven muchos ciudadanos de grandes posibles (¿de dónde sacan, pa tanto como destacan?), lo que queda probado por el hecho de que en toda la cornisa cantábrica creo que solo compiten con Bilbao en cuanto al gusto por la ópera, de la que tienen una temporada que, aunque apueblerinada y de escasos recursos, es excelente. Y estos ovetenses ricos y cultos tienen casi todos casas de campo repartidas por las zonas rurales (sobre todo en pueblos junto al Cantábrico). Sus casas son ejemplo y modelo que se repite en las casas de los que no son tan ricos.
Además, está el asunto de los indianos que, enriquecidos en las Américas, regresaron para morir en su tierra de origen, levantando casas hermosísimas con jardines muy amplios y cuidados en los que no faltaban las palmeras, árboles que son en ese paisaje como flores extrañas y apetecibles.
Quizás el origen de los ricos ovetenses o vetustianos esté en esas fortunas que regresaron y que, a diferencia de los indianos gallegos, que invirtieron en campos cultivados y ganaderías, los asturianos lo hicieron en minas y, no podía ser de otro modo, en la industria que se nutría del carbón bueno (la llamada “vena negra”, del carbón de mayor excelencia del mundo, que comienza en la cornisa cantábrica, se hunde en el mar, reaparece en Gales, vuelve a hundirse en el océano y vuelve a aparecer en América. Los mineros que han conocido esa vena dicen que a primera vista se nota que es la misma y casi perfecta veta).
Los ricos inversores en minas y en industrias, con las que se enriquecían todavía más sin tener que atenderlas personalmente, a diferencia de los gallegos que invirtieron en campos y ganadería, con las que se ensuciaban las manos, podría ser el origen de esa confrontación de féismo y belleza.
Conozco bien todos los pueblos y ciudades que citas, menos Tapias.