Dos mil quince
Y otro.
Ojalá este año que empieza tengamos un poco más claro qué queremos, y podamos intentar conseguirlo.
Os deseo un año nuevo muy feliz.
- ¿Y a usted, si le concediesen todo cuanto deseara, qué le gustaría hacer en sus vacaciones? - ¿A mí? Estar sentado en una silla.
Y otro.
Ojalá este año que empieza tengamos un poco más claro qué queremos, y podamos intentar conseguirlo.
Os deseo un año nuevo muy feliz.
Escrito por Portarosa , 19:50 5 comentarios
- Blogosfera, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Muy feliz Nochebuena, de todo corazón.
Besos y abrazos.
Escrito por Portarosa , 17:15 5 comentarios
- Blogosfera, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
El Bremen es un taller literario un poco guadianesco que nació hace unos siete años.
Yo lo conocí hace menos tiempo, y para mí (aparte de que me animó a escribir un poco) fue el segundo gran paso de la conversión del mundo virtual en relaciones de carne y hueso (el primero había sido encontrarme con blogueros tras leernos mutuamente varios años). Y supuso además, y más concretamente, conocer a un grupo de gente en el que di con personas verdaderamente interesantes y con las que surgió fácilmente la amistad. Una amistad atractiva que me ha enseñado cosas nuevas y vidas diferentes.
Cada momento que me he acercado a ellos ha sido muy bueno.
Creo de verdad que ha sido algo importante en mi vida en los últimos años.
Y ahora estoy en un tren, con Marta, rumbo a Madrid. Para celebrar todo eso.
Escrito por Portarosa , 10:58 3 comentarios
- Blogosfera, Taller, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Acabo de terminar, a pesar de que hace unos días pensaba dejarlo, El profesor, de Frank McCourt. Que es el autor del famoso Las cenizas de Ángela.
Como digo, he estado a punto de dejarlo, porque no me gustaba lo suficiente; pero al final me he alegrado mucho de seguir hasta el final. Ha resultado bastante emocionante.
Supongo que los best sellers tienen todos un aire a telefilm. Es un peligro que siempre les está rozando: la sensiblería, el morbo, etc. Y supongo que, a ratos, aquí también lo he visto. Pero consigue mantener todo eso a raya, creo.
He empezado 2666, de Bolaño, y nada más hacerlo uno tiene el placer del reencuentro (tras una temporada) con la buena literatura. Sin duda El profesor no es eso. Pero es algo. Y algo que vale la pena conocer.
Habría preferido que dedicase más libro al tiempo en el aula, en cualquier caso. Pero aun así ha estado bien: es una profesión con una parte oscura, frustrante y carente de todo tipo de alicientes salvo uno; y él no trata de disimularlo. Ni trata de presentarse como un héroe anónimo; de hecho, a veces se muestra casi vergonzósamente pusilánime; pero seguro que todo eso contribuye a que la amenaza telefilm no llegue a materializarse.
Escrito por Portarosa , 13:35 0 comentarios
- El vicio solitario, Hijos, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Cada noche, Carlos recibe a su madre con una cara hecha con la ropa que es para lavar. Normalmente, los calcetines y el calzoncillo.
Suelen estar muy bien, y se va perfeccionando: ojos guiñados, morros de cerdo, bocas de sorpresa, etc. Hace unas semanas hizo este buzo:
Escrito por Portarosa , 20:43 10 comentarios
- Hijos
Cuando John Travolta volvió a aparecer en una película, Pulp fiction, tras años de ausencia, dijo que nadie se pensase que se había pasado quince años en una habitación de hotel con una bombilla solitaria en el techo, bebiendo vino barato; que había tenido vida, mientras tanto.
Yo también, aunque no escriba.
Ha empezado el invierno, mentalmente. Lo estaba deseando; quería dejar de sentirme de paso entre el verano y el curso.
Estoy con la tesis. Esta vez es la última, para bien o para mal; no quedan más oportunidades. Tengo ganas pero me da pereza y me falta tiempo, me canso. Estoy aprendiendo mucho sobre Haití y Mozambique (son los casos que quiero estudiar), pero casi todo es tristísimo.
Hay un chelo en casa. Me parece increíble. Es Carlos el que, por decisión propia, lo va a estudiar. Estoy seguro de que se le va a dar muy bien, sin embargo no tengo tan claro que su interés se mantenga en el tiempo. Por ahora, en cualquier caso, está entusiasmado.
He decidido aprovechar el horario cómodo que tenemos por delante y reservar varios momentos a la semana para Carlos, precisamente. Para hacer cosas los dos solos (manualidades, leer y pintar). Creo que Carlos necesita atención y la agradece muchísimo. Empezamos la semana pasada y cada día prepara el material con antelación; está ilusionadísimo. Y yo.
Paula crece. De la pre a la adolescencia. Y (parece obligado decirlo) muy bien.
El otro día Marta y yo vimos La noche del cazador, de Charles Laughton y con un joven y genial Robert Mitchum. Una película que se nota antigua, más teatral, sin la pretensión de verosimilitud del cine actual, con escenas casi expresionistas. Me gustó mucho; y más tras dejar pasar unos días.
He leído un libro muy interesante de Xavier Melgarejo, Gracias, Finlandia. En él explica las razones del éxito del sistema educativo finlandés: en parte son técnicas y en parte, sociales, como es lógico. Lo resume muy bien, y explica también por qué no nos valen como ejemplo, este artículo.
Y esto me recuerda que mi vida cojea en mi faceta de ciudadano. Como la de la mayoría; de ahí la situación: nuestros elegidos nos coñean impunemente, porque saben que pueden. ¿Hay más gente indignada por la deshonestidad del caso de las tarjetas opacas (por ejemplo), o gente envidiosa por no tener una?
A veces, en mi día a día corro el riesgo de no ver la posibilidad de cambio, de ahogarme. Pero casi siempre hay algo, como un cormorán levantando el vuelo en la ría, que me pone en contacto con la vida.
Además, cada noche duermo abrazado a un cuerpo cálido y suave que, además de ser bonito, no encierra más que bondad y amor.
Escrito por Portarosa , 17:00 15 comentarios
- Cine, El vicio solitario, Hijos, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
- ¿Diga?
- Hola, Carlos.
- Hola.
- ¿Qué haces?
- Estoy dando vueltas a la alfombra de mi habitación, desnudo.
Escrito por Portarosa , 9:08 6 comentarios
- Hijos
Ayer a las siete menos cuarto de la mañana estaba en calzoncillos y zapatos, con un paraguas, bajo la lluvia.
Escrito por Portarosa , 12:24 8 comentarios
Escrito por Portarosa , 22:21 9 comentarios
El país menos poblado del mundo es una colonia británica en la Polinesia, las Islas Pitcairn, con menos de 50 habitantes.
Todos ellos son descendientes de los amotinados de la Bounty y sus parejas tahitianas. Y hablan un dialecto mezcla del inglés del siglo XVIII y el tahitiano de entonces.
Escrito por Portarosa , 20:37 4 comentarios
Hacía unos veinte años que no me bañaba en un río, y ayer y anteayer lo he hecho. No las dos veces en el mismo, por supuesto.
He acabado El intocable, de Banville. Me ha decepcionado: me parece una buena historia no demasiado bien contada; y me parece bien escrito, con un tono muy interesante en general, pero que abusa muchísimo de los "como si...". Todo era como si, todos se comportaban como si, se vestían como si y se sentaban como si; todos los cielos, los sonidos, las sonrisas, las luces eran como si alguna otra cosa. Cada párrafo. Era un poco cansino. Además yo creo que cuando uno tiene que explicar tantas cosas es que no las está sabiendo decir.
Escrito por Portarosa , 11:06 5 comentarios
Nos acabamos de acostar. Hoy hemos visto no una sino dos películas.
Escrito por Portarosa , 3:59 7 comentarios
- Hijos, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
En el monte de enfrente, el que está al otro lado de la ría y he fotografiado cientos de veces, solo hay dos casas. Y todas las noches, antes de dormir, después de apagar mi lámpara, me levanto y miro desde la ventana sus dos luces; las únicas que se ven desde nuestra casa.
Yo sé que esas dos casas serán normales y estarán habitadas por familias corrientes, que se llevarán regular, que a lo mejor no miran mucho el mar, que hablarán unas veces más y otras menos, que escucharán Europa FM cuando van en coche y que a menudo cenarán en el sofá viendo, por ejemplo, Tele5.
Pero eso da igual: para mí son otra cosa. Esas dos luces solitarias entre los árboles, para mí, son evocadoras como pocas cosas; son misteriosas, remotas y de otra época. Y lo son realmente, independientemente de lo que pase bajo ellas. Son algo aparte de todo, allí enfrente, de noche.
Y creo que eso resume en gran medida lo que Vicedo significa para mí: algo aparte de todo.
Por supuesto, es un sitio precioso que he ido llenando de recuerdos; pero sobre todo, tiñendo cada momento nuestro, sobrevuela siempre la sensación de estar viviendo algo aparte de todo lo demás.
Y es curioso, porque los días allí me saben a poco e incluso he llegado a fantasear, como les he comentado, con la idea de vivir un tiempo, pero lo cierto es que esa sensación es de las pocas que alguien del pueblo nunca podrá compartir conmigo, y que también yo perdería si me acercase más (tanto como para llegar a ver todas sus caras): ya no podría seguir siendo un lugar medio real, medio imaginario, con atractivos innegables pero que tiene además todo lo que yo quiero poner en él.
Como las luces.
Niebla en Cañoles |
Escrito por Portarosa , 2:41 6 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Anteayer llevamos a los niños por primera vez a una de las playas, para mí, más bonitas de toda esta costa. Y eso, también para mí, es mucho decir.
Se trata de Esteiro, en O Barqueiro. No es tan tranquila como la nuestra ni su agua tiene ese color tropical, pero el paisaje es precioso, verde y negro de pizarra. Y desde ella (asómbrense, forasteros) no se ve una sola edificación.
Nuestra playa |
Esteiro |
Escrito por Portarosa , 1:13 2 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Escrito por Portarosa , 1:59 1 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Escrito por Portarosa , 1:13 1 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Escrito por Portarosa , 0:38 1 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Marta esta mañana, antes de desayunar. |
Carlos y yo sobre el río Sor, ayer. |
Escrito por Portarosa , 18:54 3 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Marta trabaja hoy y mañana, y se va a las seis, cuando está empezando a amanecer. Yo me vuelvo a la cama hasta que los niños me despiertan.
Niebla en Cañoles |
Escrito por Portarosa , 22:00 2 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
El pasado fin de semana fuimos a una boda a Zaragoza. Paramos unas horas en Madrid.
San Jerónimo Penitente |
San Sebastíán atendido por Santa Irene y su criada |
Seascape with distant lighthouse |
Marta asombrada |
Debajo, Galicia |
Escrito por Portarosa , 11:42 1 comentarios
Hemos llegado hoy.
Niebla en Cañoles |
Escrito por Portarosa , 20:56 6 comentarios
- Hijos, Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Hemos ido de viaje a Londres, Paula, Carlos, Cibrán, Marta y yo; cinco días a finales del mes pasado.
Nosotros dos ya habíamos estado varias veces, pero los niños no. De hecho, para ellos era la primera salida consciente al extranjero, prácticamente.
Nos alojamos en la zona de Notting Hill, en la esquina NO de Kensigton Gardens, y desde allí nos movimos muy fácilmente a todos los sitios que queríamos visitar. A algunos, incluso andando.
Íbamos mentalizados de que era un viaje con y principalmente para niños, y lo habíamos planteado en consecuencia, con contenido cultural medido y tratando de hacer y ver cosas atractivas para ellos. Aun así, nos sorprendimos de hasta qué punto están aún lejos de tener afán de conocimiento alguno... O tal vez no, tal vez seamos injustos al decirlo, porque lo cierto es que hubo sitios no tan infantiles que sí les gustaron, y Marta y yo recordábamos cómo nosotros, al menos a la edad de los dos pequeños (7), no sabíamos ni lo que era un museo. Literalmente.
Les hicimos unas libretitas con fotos de cosas que íbamos a ver y tenían que reconocer y se las tomaron con mucho interés.
Diplodocus, visto. |
Lo mejor de la Tate, los chicles pintados del camino |
Jardín en el Temple |
Escrito por Portarosa , 22:07 4 comentarios
- Hijos, Paisajes, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Me giro un poco en la mesa y veo abajo la playa, con las olas rompiendo en silencio.
Más cerca, una palmera mojada y el tejado de una iglesia, con adornos que alguien labró hace un siglo.
Escrito por Portarosa , 15:35 1 comentarios
Hoy he cumplido cuarenta y cuatro años.
Estoy bien.
La verdad es que si pienso en todos estos años creo que en general ha sido un buen primer tercio de vida.
Besos y abrazos a todos, y gracias, amigos.
Escrito por Portarosa , 22:33 10 comentarios
- Blogosfera, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Fuimos, vimos y volvimos, como casi decía este.
Añadir leyenda |
Yo quiero vivir en una casa bonita. Lo siento, sé que es superficial, pero es importante para mí |
Escrito por Portarosa , 8:08 11 comentarios
- Paisajes, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Hace tiempo que estoy bien; es solo que no me apetecía escribir. Muchas gracias por sus cariñosas palabras.
Me parece que, en mí, un síntoma de optimismo, una diferencia entre el ánimo y el desanimo es ver la vida, incluso día a día, como un conjunto de posibilidades en lugar de como una situación definitiva, buena o mala; como algo que tengo capacidad para construir en lugar de como algo dado. Y últimamente es lo que siento.
Hemos pasado unos maravillosos días en casa, Paula, Carlos, Cibrán, M y yo, dándole consistencia a nuestro nuevo contorno sentimental. Todos hemos estado muy contentos. Y ahora, M, Cibrán y yo estamos a bordo de un avión, el primero del viaje también sentimental que empezamos hoy. A Udine.
Son las siete de la mañana y por la ventanilla se ve la raya rojiza de un nuevo día.
Escrito por Portarosa , 8:57 6 comentarios
- Hijos, Un viaje sentimental, Venturas y desventuras del señor de Portorosa
Esta mañana había escrito esto:
La tristeza del desánimo, de la soledad, de la ansiedad: del vacío. Es increíble y penoso lo mucho, lo totalmente que dependo de los demás. Y no hablo del depender del amor y la amistad para dar sentido a mi vida; eso sería normal. Hablo de hasta qué punto mi autoestima depende de lo que los demás opinan de mí; de hasta qué punto me sostengo sobre la aceptación de los otros. Qué endeble, esta fachada que soy. Qué frágil, qué superficial, qué inconsistente: qué inmaduro.
Esta ansiedad con la que busco el visto bueno, el halago, la aprobación y hasta, ilusamente, la admiración. La ansiedad que desvirtúa mi interés, que pone en entredicho mi supuesta motivación: solo busco que se me reconozcan méritos, el aplauso. Y en pos de eso trabajo, así, con ansiedad.
Pero de nada sirve intentar salir de ahí siguiendo el mismo camino: los demás. Por los demás puedo encontrar consuelo o incluso tranquilidad sobre mis temores e inseguridades. Pero solo hasta la próxima vez, hasta la siguiente crisis, provocada por lo mismo y que dependerá de ellos también. Solo yo puedo sosegarme de verdad y con posibilidades de llegar a un equilibrio estable. Solo yo, mi propia opinión, mi grado de satisfacción, lo que piense de mí mismo, pueden proporcionarme (ya que no parezco correr el riesgo de la auto indulgencia) una referencia centrada y serena, libre de los vaivenes de mirar ansioso alrededor.Por una parte, ser capaz de juzgarme y juzgar mis acciones con la suficiente tranquilidad y sinceridad como para no dejarme zarandear por la primera opinión ajena. Por otra, conseguir que esa calma se traduzca, precisamente, en madurar y actuar con madurez; en ser y hacer las cosas mejor...
La persona egoísta solo se interesa por sí misma, desea todo para sí misma, no siente placer en dar, sino únicamente en tomar. Considera el mundo exterior solo desde el punto de vista de lo que puede obtener de él (...) juzga a todos según su utilidad; es básicamente incapaz de amar.
(...)
El egoísmo y el amor a sí mismo, lejos de ser idénticos, son realmente opuestos. El individuo egoísta no se ama demasiado, sino muy poco; en realidad, se odia. Tal falta de cariño y cuidado por sí mismo, que no es sino la expresión de su [incapacidad para amar], lo deja vacío y frustrado. Se siente necesariamente infeliz y ansiosamente preocupado por arrancar a la vida las satisfacciones que él se impide obtener. Parece preocuparse demasiado por sí mismo, pero, en realidad, solo realiza un fracasado intento de disimular y compensar su incapacidad de cuidar de su verdadero ser.
Escrito por Portarosa , 13:55 22 comentarios
No paro de subrayar el libro de Fromm. Y eso que ya está subrayado.
Si bien la gran popularidad de la psicología indica ciertamente interés en el conocimiento del hombre, también descubre la fundamental falta de amor en las relaciones humanas actuales. El conocimiento psicológico conviértese así en un sustituto del conocimiento pleno del acto de amar, en lugar de ser un paso hacia él.Erich Fromm, El arte de amar
Escrito por Portarosa , 10:42 1 comentarios
Yo, todas las mañanas, sé exactamente si voy justo a la hora, me adelanto o me retraso, por la altura a la que me cruzo con una señora que sube andando de su casa a no sé dónde.
Escrito por Portarosa , 15:01 4 comentarios
A todo el mundo le gusta sentirse enamorado, todo el mundo valora el (su) amor. Yo supongo que los románticos somos los que necesitamos estar enamorados, los que lo necesitábamos aun antes de haberlo conocido.
Estudio en casa. Escucho a Amancio Prada, años después, gracias a mis hijos. Y estudiar, y el flexo y la música me traen a la memoria a mi padre de joven, a mi casa de cuando yo era pequeño, donde fui tan feliz. Y el jersey azul marino que llevo, de cuello redondo, me recuerda a mi tío, a quien tanto quise y con quien viví lo insoportable que es comprender que cuando alguien se muere no lo vas a volver a ver nunca más. Nunca, ni siquiera muchos años después para decirle lo triste que estuviste y lo que lo has echado de menos. Nunca.
Escrito por Portarosa , 19:59 17 comentarios
Si no escribiese esto, sería la primera vez que en todo un mes no habría ni un post en este blog, desde que lo abrí hace casi nueve años.
Por razones varias (las de siempre, más una mayor dedicación al trabajo y una tesis que ha nacido pero no sabe hacia dónde ir), no tengo tiempo para escribir (¡ni para leer!); y lo cierto es que últimamente tampoco he sentido la necesidad.
Pero el caso es que sigo siendo el mismo, dentro de lo que cabe, y sigo viviendo y mirando desde mi silla. A veces me gusta más mi vida y otras, menos; a veces me gusta mucho lo que veo, y otras, menos. Pero en general, y en el fondo, estoy muy bien.
Espero que ustedes también.
Escrito por Portarosa , 14:10 10 comentarios
Dos mil catorce. Este año era el futuro de nuestras películas de ciencia-ficción.
Pero aquí estamos, como una rosa.
O no tanto: ayer fue el primer Fin de Año, desde que allá en la adolescencia empecé a salir, en que no tenía plan. Y después de la cena en casa de mis padres nos marchamos a la mía y nos acostamos.
Pero lo importante no es eso; lo significativo es que me fui tan contento.
En fin, empezamos un año nuevo, y quiero desearos lo mejor. Que sea muy bueno. Que sepamos (y las circunstancias nos dejen) hacerlo bueno.
O lo de siempre: que sepamos vivir nuestra vida. Como si fuese la única que tenemos.
¡Feliz 2014 a todos!
Escrito por Portarosa , 22:41 6 comentarios