Sobre la educación
Como no escribo nada por mí mismo, les dejo al menos dos consejos de última hora. En principio, uno social y otro más personal:
Los hombres han nacido para los otros; edúcalos o padécelos.Esta cita es quizá hoy más cierta que nunca. En una democracia, nuestras limitaciones tienen consecuencias sobre absolutamente todo, desde las cuestiones más básicas y fundamentales (la realidad de la democracia misma) hasta las manifestaciones más elaboradas y sutiles de nuestra convivencia.
Marco Aurelio
El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender.Todo lo que se diga sobre la anticipación de Montaigne, sobre la modernidad de su pensamiento, es poco. Aquí nos dice lo que, quinientos años después, parecemos no acabar de entender.
Montaigne
Las posibles conexiónes entre una reflexión y otra, más o menos todos las podemos ver.
Me gusta la sentencia de Montaigne. Esa metáfora con el fuego nos conduce a imaginar al hombre como algo perpetuamente inacabado, haciéndose. Enfoca la educación hacia el proceso y no hacia los contenidos, como sí hace la imagen de llenar una botella.
ResponderEliminarEn la frase de Marco Aurelio la cosa ya se enturbia bastante. Ese imperativo de la educación para no padecer a los hombres, nos remite a una concepción de la educación como amaestramiento, necesario para el orden del Estado (poder político) o sus réplicas (familia, escuela, iglesia, etc). Hay aquí una concepción negativa de la naturaleza del hombre que solo se endereza gracias a la acción de lo social a través de la educación. No puedo estar más en desacuerdo. De hecho creo que parte de la tarea educativa de nuestros tiempos consiste en reavivar el fuego a partir de las cenizas que ha dejado una educación que ha intetado enderezar a los individuos, percibidos como naturalmente malos.
Ya.
ResponderEliminarYo es que la frase de Marco Aurelio la interpreto de otra forma, en la que esa educación aparece como algo positivo. No pienso en amaestramiento, sino en formación, en desarrollo intelectual, en conocimiento, en apertura... Claro, todo depende de qué entendamos al leer "edúcalos".
Por otro lado, la frase tiene un innegable tono imperativo y condescendiente. Pero bueno, creo que tampoco se le puede pedir más, que para ser un emperador ha hecho un ejercicio de empatía nada desdeñable :)
Un abrazo.
Yo miro alrededor y echo de menos educación. Educación para comprender lo que pasa, para saber que no puede ser y para moverse en otra dirección.
ResponderEliminarNo llegamos ni a lo primero.
Otro.
Claro que a lo mejor el bueno de Marco quería decir exactamente lo que tú sospechas.
ResponderEliminarPero ahora nosotros con la frase podemos hacer lo que nos dé la gana :)
Sí, claro, si solo se habla de desarrollo intelectual, a lo que se refiere con eso de "educar", pues sí será positivo. Pero como al transferirles esos conocimientos también les estamos inculcando otros valores y objetivos (aunque sea de una forma inconsciente...), somos responsables de mucho más que sus conocimientos.
ResponderEliminarY a mí esa primera cita me ha llevado más a otro extremo, a otro pensamiento filosófico: "El hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo pervierte".
¿Otro Qué?
Otro abrazo, mujer.
ResponderEliminarSiempre es necesario el contexto en la obra y como no, el contexto social en el que se escribe. Lo que hacemos es algo bastante burdo, transpasar esa sentencia a nuestro contexto. Mis sospechas vienen de esa transposición.
ResponderEliminarLa idea que quiero transmitir es que, aún reconociendo el carácter innegable de lo social en el hombre, la educación no debe estar al servivio de la sociedad sino del individuo (eso sí, en sociedad).
Que la educación ayude al individuo a buscar su sitio en la sociedad (con su cultura, valores, etc) no es lo mismo que la intención de "formar" al individuo para ocupar un rol necesario para la sociedad. Ese es el matiz que me parece interesante.
"No limites a tus hijos a tu propio aprendizaje, porque han nacido en otro tiempo". El Talmud.
ResponderEliminarEsto es algo que a muchos padres/madres nos cuesta trabajo asimilar. Nuestros hijos son de otro tiempo y tendrán que experimentar y aprender como nosotros lo hemos hecho.
Al parecer todos tenemos el mismo taco de mesa y fuente de inspiración... :D
ResponderEliminar¡Sí, desde luego, 1730!
ResponderEliminarAhora sí, Taliesín, que reconozco esa diferencia. Y reconozco la orientación social (en exceso, para ti) de mi interpretación.
Lo que ocurre es que, claro, él le está hablando a una tercera persona: "si no quieres eso de tu prójimo, asegúrale esto". Ahí sin duda la intención está puesta en la utilidad social.
Me convences en lo que dices (cuándo no), pero, limitando el alcance de la sentencia, veo también las ventajas, la bondad de este planteamiento. Pero siempre matizando el carácter positivo que le pongo a esa educación: "preocúpate de tener las mejores personas, para que las personas sean lo mejor posible" (y, por lo tanto, todo lo que venga de ellos: vuestras relaciones, o la sociedad), o algo así.
La educación la estructura el poder. Si el poder entrega "Sálvame", donde los personajes que lo protagonizan chillan, gritan, se interrumpen unos a otros gritando más fuerte que el que estaba hablando, creamos una sociedad imposible.
ResponderEliminarEse es el peligro de la Gran Educadora, la TV que sigue escolarizando. No importa tanto que los temas sean de mearse de risa, sino el modo de abordarlos.
Evidentemente, si los educamos así a los ciudaanos, estamos condenados a padecerlos.
¿Y no es eso lo que quiere el Poder, ahora con mayúscula inicial? El verdadero Poder, el que canaliza hacia sí mismo los recursos que producimos?
Evidentemente, al final concluimos que, ante esta frase en la que vemos desde una estrategia de dominio por parte del poder hasta un camino a la salvación, es preciso comenzar discutiendo qué es educar.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en situar el problema de la educación junto y por debajo de los intereses del Poder. Pero yo no albergaría la “esperanza” en un Poder bueno que modificara la orientación de los fines sociales y la educación.
ResponderEliminarYo creo que es posible la acción social y la educativa en un espacio de No Poder. Quizás no sea una Educación con mayúsculas, un sistema educativo, pero si un acto humano con sentido y necesario. Y no estoy hablando de la educación como un acto privado, sino de algo comunitario, público y social, no sometido al Poder. Lo que se necesita es “voluntad de poder” que vaya sustituyendo al Poder que se impone sobre la voluntad.
(Disculpad estos vuelos, pero me salieron del alma)
Me gustaría leer lo que piensa sobre qué es educar un maestro de primaria, por ejemplo, de una escuela pública.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenos días.
ResponderEliminarTaliesín, estoy completamente de acuerdo: comunitario, pero no proveniente del Poder.
Aunque soy consciente de que decir eso y poner la frase de un césar es un pelín incongruente.
Pues sería interesante, José Luis. Él y el resto de profesores.
Eso, que buenos días.
Y la frase de Marco Aurelio me parece de lo más apropiada, a la vista del tema de las caricaturas y las posteriores reacciones.
ResponderEliminarMe acuerdo también de la ética de la responsabilidad, que vi citada por primera vez en "El miedo a los bárbaros", de Todorov. Escribía yo hace tres veranos:
"De lo leído estos días, me quedo con los conceptos weberianos de ética de la convicción y ética de la responsabilidad, que desconocía. Y con el uso que hace Todorov de ambos para analizar algunos de los sucesos relacionados con el islam que más repercusión mediática han tenido en los últimos años; entre ellos, el de las caricaturas de Mahoma. No puedo resumírselo aquí, pero de nuevo les recomiendo su lectura."