24.12.25

Feliz Nochebuena

 Tres años después de mi última entrada (que fue un mero enlace a uno de mis artículos) aquí, y muchos más desde que escribí de verdad (creo que fue en Fin de Año de 2018), vuelvo a mi viejo blog a dejar un mensaje.

Y lo hago precisamente como el náufrago que lo metía en una botella y lo arrojaba al mar, o como cuando nosotros hemos enviado mensajes al espacio exterior, por si hubiese alguien o algo ahí fuera que pudiese recibirlos.

Echo de menos esto. Aquellos tiempos, cuando las conversaciones en nuestros blogs eran alternativas de lo más dignas a las charlas con amigos en la calle. Cuando escribíamos con calma, leíamos con atención y nos tomábamos nuestro tiempo para responder. Cuando los comentarios a un post se prolongaban una semana o más, con la gente escribiendo cada día y esperando a que les contestasen. Cuando hablábamos con buena predisposición y con verdaderas ganas de hablar.

Ahora, hace tiempo que escribo en prensa. Algo que entonces habría deseado como pocas cosas, y que además conseguí gracias al blog. Pero, aunque me gusta y disfruto, y me siento afortunado por poder hacerlo, me falta esa interacción, aquellas (repito) respuestas, que con tanta frecuencia valían mucho más la pena que la entrada por la que surgían.

Y echo de menos aquella comunidad, en algunos casos solo virtual (pero qué importante fue), y en otros convertida en carne y hueso año a año, hasta hoy.

En fin. Sea como sea, aquí estoy, y lo hago en la noche más señalada del año, la noche familiar por excelencia, la noche de la infancia, de los recuerdos de la niñez y... ¿del amor?

Y, si hay alguien ahí, algún náufrago, algún astronauta, algún explorador perdido, le mando un mensaje de paz, de cariño y amistad. Y le deseo una muy feliz Nochebuena y unas Navidades muy felices.

Besos y abrazos a todo el mundo. Y hasta pronto, porque tengo la sensación de que voy a volver.



13.11.22

Nosotros, los esquimales

 He venido a Madrid tras Filomena. Después de dos días haciendo un recorrido de media hora por la nieve, ayer vi el documental Nanuk, el esquimal y me sentí reflejado.





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Los surcos

 Me acuerdo perfectamente de cuando, a la vuelta de las Navidades de 3º de EGB, la profesora puso la fecha en la pizarra y escribió, por primera vez, 1978.




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El descrédito

 Leo Sobre el descrédito de la literatura, con el subtítulo Y otros avisos humanistas. De Carlos García Gual, un señor tan extraño que enseña Filología Griega.


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Unas fiestas para recordar

 Hacer cosas para que pase el tiempo solo es admisible cuando necesitamos apartar como sea el sufrimiento. Deberíamos no contentarnos con entretenernos.


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Marilyn viajaba sola

 Hace más de diez años que los viernes cenamos pizza y vemos una película en familia. Marilyn Monroe, probablemente, nunca tuvo eso.



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Curiosidad

 Dice mi nueva suegra que hay gente que pasa por los sitios, pero los sitios no pasan por ella. Estoy de acuerdo, y creo que son las mismas personas a las que solo les sorprenden las sorpresas.


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¡Clavileño, arre!

 El domingo por la mañana me despierto y me siento a leer en la butaca de la habitación. Le pido a Marta que no se levante aún, que espere un poco allí. A la media hora, dejo el libro: he acabado El Quijote.


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Enseñar

 El viernes por la tarde fui a llevar a mi hijo al conservatorio. La profesora de cello tenía en ese momento clase de conjunto, y estaba con cuatro alumnas en el césped de al lado del edificio. Las cinco en cinco sillas, con sus cinco violonchelos y sus mascarillas, tocando.


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Todo esto de entonces

 Cojo el autobús. Al salir de la ciudad cruzó el barrio en el que viví de pequeño, y por la ventanilla voy viendo calles por las que anduve, y que ahora no conozco.




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