¿Madrid?
Publicado en el suplemento cultural Táboa Redonda del domingo 25.03.18 |
¿Madrid?
"Las
seis y media de la mañana. Se va el autobús y me quedo en la acera desierta. De
nuevo en Madrid.
En
Madrid hay muchísima gente. Parece que pasa algo. Pero el mayor cambio es el
del tiempo, el de los tiempos. Decides salir con antelación para ir con calma y
así poder dar una vuelta antes, y resulta que llegas por los pelos, que esa
antelación nunca lo es.
Estoy
comiendo cerca del Teatro Real, y un chico y una chica de veintipico años se
sientan en la mesa de al lado. Son modernos y urbanitas, piden café con hielo
con una rodaja de limón y un toque de canela, y todo les da asco: su pelo, que
les crece así, mira, fatal, una compañera de piso que habla como si todo fuese
superemocionante –“Háblame, normal, tía, solo te pido eso: normal”-, una pesada
del trabajo, etc.: “¡Qué asco, tío, qué aaasco!”.
En
la terraza del Círculo de Bellas Artes me acuerdo de Forges, ese genio, al ver a
uno de sus personajes, engominado con ricillos en la nuca, dirigirse al
camarero con prepotencia y, en realidad, en cuanto le contesta, volver a
sentarse medio abochornado y balbuceando un poco hacia la chica que lo acompaña.
De
noche, en el barrio de Salamanca, paso por delante de locales con portero donde
la gente viste caro y en las puertas siempre hay chicas impresionantes riéndose.
Me imagino el dinero dominándolo todo, cocaína y prostitución de lujo, y me
siento a años luz, en inferioridad y a la vez a salvo. Yo qué sé. A lo mejor
son como yo.
En
el asiento de enfrente un chico habla con una amiga. Le dice que los mejores
del mundo haciendo el corte del pescado son los japoneses. Que él ha ido a un
montón de japoneses y está convencidísimo. Que no hay otros iguales. Que se fije
si no en el sushi, mismamente, o en los pescados venenosos.
Voy
al cine a los Ideal, a ver “Tres anuncios en las afueras”. Solo con la escena
inicial, donde hay tres vallas publicitarias rotas en medio de la niebla y Renee
Fleming canta ‘The Last Rose of Summer’, sé que va a ser una gran película. Y
lo es, con Frances McDormand -la policía de “Fargo”- y uno de los actores de
reparto, Sam Rockwell, haciendo dos papeles antológicos. Pido palomitas dulces
y tengo que dejarlas a medias, porque creo que voy a estallar y llenar todo el
cine de vísceras recubiertas de caramelo.
Esta
vez venir ha sido distinto. Por primera vez, es probable que en no mucho tiempo
viva aquí, tal vez un año o dos, tal vez más. Y, aunque son días de turismo que
no hacen prueba, trato de imaginarme en estas calles sin estar de paso, pero no
soy capaz.
Los
atardeceres en el centro son preciosos. Dicen que es la contaminación. Pero son
preciosos."
* * *