Táboa Redonda: 100
100
"Espero
que no suene muy endogámico si digo en esta columna que he ido a una exposición
de la que hablaba el otro día Manuel Gago en la suya. Porque así es. La
exposición era “Galicia Cen”, un recorrido por la cultura gallega y nuestra
idiosincrasia a través de cien objetos que van desde el paleolítico hasta los
años 90, y tan variopintos como una máquina de coser Refrey, un póster del
referéndum del Estatuto, el Códice Calixtino o un arcón congelador. Fue interesante.
Con
esa excusa fuimos a A Coruña (me pondrán el artículo, pero que conste que en
Ferrol decimos Coruña a secas; con lo que, además de abreviar, sorteamos con
elegancia el conflicto lingüístico) a comer y, previamente, a tomar algo por la
ciudad vieja. Han restaurado muchísimos edificios, que tienen toda la pinta de
ser muy económicos. A sus pies, llenaba los bares su clientela –supongo- más
preciada, treinta y cuarentañeros y gente en el primer tramo de la cincuentena.
O aquí nadie tiene hijos ya, o el verdadero empujón a nuestra hostelería no
estacional se lo está dando la consolidación del divorcio, que fin de semana
sí, fin de semana no, puebla las calles de parejas y pandillas de adultos con
sueldo más/menos pensión.Fundación contra fundación, tras Galicia nos esperaba Sorolla. Algunos cuadros los habíamos visto este verano en su casa-museo de Madrid. Entre ellos, dos cielos de tormenta sobre el Guadarrama que justificarían una carrera entera. Pero, a pesar de ellos y a pesar de que la exposición era pequeña y corta, la sensación de siempre, de que hay demasiado que ver, que en realidad ninguna exposición es abarcable. ¿Se pueden disfrutar más de tres o cuatro cuadros seguidos con calma?
A la salida iba dándole vueltas a los 100 objetos. Aunque en ningún momento pretende ser un catálogo de logros, es inevitable hacer, inconscientemente, una lectura evaluadora. Al menos yo la hice. La visita me dejó una impresión de modestia –por lo que uno imagina que sería esa muestra referida a otros pueblos, y porque, como cabía esperar, la pobreza y los reveses estaban muy presentes- y, sobre todo, una sensación de oportunidades perdidas, de posibilidades no aprovechadas, de intentos cortos, de riqueza y valor desperdiciados, de un afán infructuoso porque raras veces encontró un camino. Sin buscar culpables (y menos aun cayendo en el habitual error de buscarlos solo fuera), a mí me iba dando pena, me íbamos dando pena. La pena del que, no se sabe muy bien por qué, nunca llega a demostrar de qué es capaz."
* * *
"Me íbamos dando pena". Excelente construcción.
ResponderEliminarGracias. Abrazo.
EliminarDiario El Progreso de LUGO, domingo 13-11-2016 dominical Táboa Redonda no 57.
ResponderEliminar“100. Manuel Gago. Galicia Cen. Refrey”. Tras leer el suelto de su columna, afloran dudas e interrogantes sobre el texto, pero como siempre el Padre Google vigilante, atento, con premura y gratuitamente enseguida resuelve con suma agilidad y rapidez.
Y se han acabado esas preguntas al conocer las respuestas por él dadas gratuitamente y con gran gentileza como es habitual… aumentando el conocimiento del que antes de la lectura de sus textos carecía.
Pues ya puestos, podíais haber visitado también la exposición de fotografía de Xulio Villarino (una buena parte de la fotos son de la costa lucense) ...
ResponderEliminarBeso gordo.
Vaya, pues sí, qué pena.
ResponderEliminarOtro para ti.