Táboa Redonda: aquí y allá
A saber vivir se tarda la vida entera.
Aquí y allá
"Soy
tan ignorante que, además de saber poco, mucho de lo que he aprendido no me ha
enseñado nada. Por eso no conocía, hasta que hace unos días mi padre lo remedió,
a Facundo Cabral; y por eso al escucharle hablar y cantar se me iba poniendo
esa cara de tonto que se nos queda a veces, cuando nos damos cuenta de que no
nos hemos enterado de lo que importaba, cuando nos damos cuenta de que
sonreíamos con seguridad y en realidad estábamos haciendo el ridículo. “No soy
de aquí ni soy de allá”: los hombres que callan, y la vida es esto, ni más ni
menos. A mi hija, que tiene la intuición que a mí me falta, le encantó a
primera vista. A su lado, mi padre se emocionaba, permitiéndose dejar salir esa
parte suya que ha mantenido siempre bajo control y casi nadie conoce; esa parte
que también en él pudiera haber sido y que me ha hecho, por ejemplo, a mí.
Esta
semana conducía y miraba, por encima de los edificios, el cielo rosa anaranjado
de la última hora de la tarde. Conducía sin música y la ventanilla me aislaba
tanto que todo parecía un poco irreal. Hay cosas que únicamente se pueden
sentir a solas. Por el retrovisor veía el resplandor del centro de la ciudad y los
primeros faros de algunos coches. La calle bajaba y las luces parecían
mantenerse quietas en lo alto, como en una escena de alguien regresando a su
casa de las afueras en una película americana. En un semáforo, la chica de
al lado se rascó la mejilla y bostezó. Al ponernos de nuevo en marcha, cada coche,
cada uno de nosotros, con la vista clavada en el frente, continuó hacia el
final de su día, aquí y allá. Unos teniendo cierta idea de para qué, otros
sabiendo que para nada, otros haciendo el ridículo."
* * *
Si así fuese, dada su sabiduría, no afirmaría eso, entonces es todo lo contrario de "ignorancia" que Ud. . se adjudica injustamente...
ResponderEliminarY, además, es un Buen Hijo y un Buen Padre y un Buen Esposo, y el "ignorante" es el que no reconozca ese abrumador cúmulo de virtudes que le adornan, y si tiene alguna duda infórmese inquiera a sus "próximos que aprecian, estiman y quieren, y serán jueces implacables", no le engañarán como jueces infalibles, y obtendrá un rotundo beneplácito que confirmará absolutamente, sin la menor sombra de duda en todo ese cúmulos destacado de méritos que le adornan y que todos los seguidores de su Blog reconocemos, envidiamos y tratamos de alcanzar sin nunca llegar a conseguirlo...
La chica detenida en el semáforo, seguramente iba en sentido opuesto al suyo, presumo que Ud. salía, mientras ella regresaba a la ciudad... en esa últimas horas de la tarde... pero no tiene mayor importancia los sentidos de la marcha del automóvil... fuese ida o venida... Lo importante es cumplir las reglas de circulación y respetar los semáforos de detención obligada...
Se excede usted, Manolo...
ResponderEliminarPero no, la chica estaba a mi lado y circulaba en mi misma dirección.
Un abrazo.
Muchas veces son casualidades, las que nos llevan a conocer unas cosas y otras no. En el Colegio mayor en que residía, en Zaragoza, ponían para despertarnos, alternativamente, a Víctor Jara, Facundo Cabral y Pink Floid, creo recordar que también a la Orquesta Topolino. Nos cansamos de oír a todos, pero no los hemos olvidado. También sabes de sobra que hay música, y sin letra, más allá de estos. Pero ese es otro tema. Conducir solo, sin prisa, puede equivaler a meditar.
ResponderEliminarUn abrazo
Equivale, a menudo.
ResponderEliminarUn abrazo, JL.