28.11.14

Aniversario ficticio del Bremen

El Bremen es un taller literario un poco guadianesco que nació hace unos siete años.

Yo lo conocí hace menos tiempo, y para mí (aparte de que me animó a escribir un poco) fue el segundo gran paso de la conversión del mundo virtual en relaciones de carne y hueso (el primero había sido encontrarme con blogueros tras leernos mutuamente varios años). Y supuso además, y más concretamente, conocer a un grupo de gente en el que di con personas verdaderamente interesantes y con las que surgió fácilmente la amistad. Una amistad atractiva que me ha enseñado cosas nuevas y vidas diferentes.

Cada momento que me he acercado a ellos ha sido muy bueno.

Creo de verdad que ha sido algo importante en mi vida en los últimos años.

Y ahora estoy en un tren, con Marta, rumbo a Madrid. Para celebrar todo eso.




23.11.14

El profesor

Acabo de terminar, a pesar de que hace unos días pensaba dejarlo, El profesor, de Frank McCourt. Que es el autor del famoso Las cenizas de Ángela.

Como digo, he estado a punto de dejarlo, porque no me gustaba lo suficiente; pero al final me he alegrado mucho de seguir hasta el final. Ha resultado bastante emocionante.

Supongo que los best sellers tienen todos un aire a telefilm. Es un peligro que siempre les está rozando: la sensiblería, el morbo, etc. Y supongo que, a ratos, aquí también lo he visto. Pero consigue mantener todo eso a raya, creo.

He empezado 2666, de Bolaño, y nada más hacerlo uno tiene el placer del reencuentro (tras una temporada) con la buena literatura. Sin duda El profesor no es eso. Pero es algo. Y algo que vale la pena conocer.

Habría preferido que dedicase más libro al tiempo en el aula, en cualquier caso. Pero aun así ha estado bien: es una profesión con una parte oscura, frustrante y carente de todo tipo de alicientes salvo uno; y él no trata de disimularlo. Ni trata de presentarse como un héroe anónimo; de hecho, a veces se muestra casi vergonzósamente pusilánime; pero seguro que todo eso contribuye a que la amenaza telefilm no llegue a materializarse.



Hay una parte de mí que se imagina contento dando clase. De algo que me gustase, claro.


Ahora es domingo por la mañana. Domingo: el día de la verdad. Hace un rato he llevado a Paula y Carlos con su madre, tras dos noches seguidas. Cibrán está enfermillo, parece que empachado. Esta tarde me espera algún tipo de estudio (no estaría mal tenerlo un poco más claro). Ahora Marta lee y escuchamos música.

Creo que hoy supero la prueba.