Táboa Redonda: Prescindibles
Publicado en el suplemento Táboa Redonda del domingo 18 de junio de 2017 |
Prescindibles
"El domingo por la
mañana, varios amigos asistieron a… algo. Algo que les pareció muy bien: una
propuesta muy interesante.
Dichosos quienes
tienen la fortuna de vivir una época y en un lugar donde hay tiempo, interés y
recursos para el arte y la cultura. Incluso aunque a lo largo de la historia
esas etapas hayan sido, a menudo, la antesala de ser invadidos por
civilizaciones en un estadio anterior, guerreras, que jugaban con la ventaja de
no valorar todavía demasiado la propia vida. Loados, en cualquier caso,
quienes sucumbieron a causa de su refinamiento.
Además, yo
supongo que, siempre, quienes han nadado en el caldo de cultivo que propicia el
Arte, la Cultura y la Ciencia han tenido que ir apartando tablones y bolsas de
plástico. Que tampoco en la Atenas de Pericles y la Florencia de los Medici
debía de ser fácil separar el grano de la paja. Pero el caso es que yo estoy llegando
a un punto en que si alguien me sugiere acudir a presenciar, visitar, ver,
leer, escuchar, oler, palpar o degustar una propuesta muy interesante salgo
huyendo.
Porque yo creo
que no hay tanto talento.
Lo que hay es una
demanda enorme y bastante cuestionable de arte, cultura, nuevas experiencias y
entretenimiento. Y, como consecuencia, una no menos enorme oferta, bastante
cuestionable también. Porque, por mucha creatividad que nos rodee, por mucha
imaginación e ingenio que tengamos, no hay tanto. No hay artistas para tanto
arte. Es imposible.
Y la consecuencia
es que acabamos rodeados de un exceso de representaciones, conciertos y
performances que demasiado a menudo no merecen la pena, sobrevaloradísimos, que
no justifican ya no solo el dinero de la entrada sino el tiempo que consumen. Y
esto incluye la literatura, por supuesto, empezando por las legiones enteras de
columnistas de gatillo fácil que cada semana tenemos algo que decir. Por no
hablar del mundo de los espectáculos infantiles, donde directamente parece no
existir umbral mínimo. Propuestas interesantísimas, trajes nuevos del emperador
por todos lados. Y nosotros leyendo las explicaciones de los cuadros del CGAC
con expresión sesuda, por si hay cámara oculta.
De toda esta
maraña, por decantación, sin duda saldrá verdadero arte, sublime o crudo, que
nos enseñará algo sobre nuestra vida. Sin duda. Pero mientras, qué exceso de
prescindibilidad tenemos que soportar."
* * *
Bendito padre Google acaba de disipar en mi “incultura o supina ignorancia” que “C.G.A.C.” es el acrónimo o siglas de:
ResponderEliminarEl Centro Gallego de Arte Contemporáneo (Centro Galego de Arte Contemporánea, CGAC) es un centro con sede en Santiago de Compostela (Galicia).
Cosa ignorada antes de leer su BLOG y que ha provocado mi vergüenza y sonrojo.
No puedo estar más de acuerdo....
ResponderEliminarYo huyo desde hace tiempo, únete a mí, ven conmigo y con Epolenep (una poeta maravillosa). No hace falta correr, con caminar tranquilamente, muy despacio de hecho, es suficiente. Nunca nos atraparán. Y mientras nos alejamos de todo este exceso de prescindibilidad miremos a nuestro alrededor. Es divertido. Es bonito.
ResponderEliminar