Táboa Redonda: El salvaje infierno
Publicado en el suplemento Táboa Redonda del domingo 4 de junio de 2017 |
El salvaje infierno
"Cada
vez soporto menos la violencia, incluso cuando es ficción. Desde que fui padre,
dejé de ver películas donde hubiese sufrimiento infantil de cualquier tipo,
porque no lo puedo aguantar (recuerdo parar de ver una película danesa, a quince
minutos del final, llorando desconsoladamente por un ataque de empatía); pero
no es solo eso: parece como si cualquier situación de dolor y, sobre todo,
cualquier muestra de crueldad, me superara.
Por
eso, a pesar de la entusiasta recomendación de un amigo, dudé si comprar o no
“Meridiano de sangre”, de Cormac McCarthy. La sinopsis prometía precisamente
sufrimiento y crueldad, y el recuerdo de “La carretera” no permitía esperar
demasiadas concesiones, ya no al optimismo, sino a la esperanza de cualquier tipo. Pero al final
lo hice, y eso que el hecho de que, nada más empezar, alguien le intente sacar
a otro un ojo con el pulgar estuvo a punto de hacerme desistir. Y la acabo de
terminar. Y me alegro. Oh, sí, me alegro.
McCarthy
describe un mundo salvaje. El salvaje Oeste, donde lo que ocurre no es que se
rompa de un botellazo el espejo del saloon, que un borracho atraviese una
ventana de un puñetazo o que dos vaqueros se separen lentamente de la barra
para un duelo. Donde lo que ocurre es que se mata por la espalda por mirar mal,
se degüella, se violan niños y, por supuesto, cualquier mujer, donde se cuelga
a la gente de una rama atravesándoles el tendón de Aquiles, donde se arrancan
orejas y se hacen collares con ellas, donde se trenzan cuerdas con piel humana,
donde se cortan todas las cabelleras (blancas o rojas), donde los apaches son
un pueblo mentalmente paleolítico y, en fin, donde los bebés indios se matan
asiéndolos por los pies y golpeándolos contra las rocas. De eso se habla. De un
mundo donde no hay ningún refugio donde guarecerse. De un mundo sin ley, si
esta expresión diese una idea aproximada del grado de barbarie, de brutalidad,
de indefensión absoluta, de desvalimiento, de terror que lo domina.
Y,
sin embargo, no solo es una lectura soportable sino una novela excepcional. Describe
incesantemente el mismo monótono paisaje (después de este libro y de “Breaking
bad”, tendría que estar loco para pisar Nuevo México voluntariamente) sin dejar
de ofrecer nuevas imágenes, utilizando un lenguaje asfixiante pero sugerente, casi
hipnótico, y tan intrincado que, al final, el que me dio más pena de todos fue Luis
Murillo, el traductor. Y describe a unos individuos tan inauditos, extremos, desamparados
y enloquecidos como cabría esperar encontrar en el infierno."
* * *
Número 35.711 de El Progreso de LUGO - Táboa Redonda nº 85 del domingo 4 de junio del 2017
ResponderEliminarMe identifico con su texto “…cualquier muestra de crueldad, me superara.”
Sin embargo, me supera y me cuesta leer desde:
“…se violan…”
Hasta el final:
“…contra las rocas.”
Y además el censor de Blogspot y del diario no ha ejercido funciones, posiblemente sea un exagerado y su texto sea algo normal, en estos momentos en que camiones aplastan pacíficos viandantes…
Recuerdo, cuando un compañero laboral me permitió conocer el vídeo en que se mostraba el degüello con un cuchillo de unos secuestrados… por un encapuchado con similar violencia y al par del reciente violento conductor del puente londinense…
Aunque en estos casos actuales se trata de impartir el terror y el miedo…
A mí cualquier muestra de crueldad me supera.Me hace sufrir.Necesitamos más empatía en el mundo y menos violencia física y psíquica que,desgraciadamente,tambien existe.
ResponderEliminarEl texto me ha parecido estremecedor y yo no creo pudiese soportar leer ese libro sin tener pesadillas o pensar en la crueldad humana que siempre supera la ficción
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna vez que has visto (normalmente en la ficción) la violencia necesaria para aborrecer la violencia, no necesitas más. Pero... conviene leer ciertos libros que mantienen vivo ese horror a lo violento.
ResponderEliminarParece un sinsentido, pero a mí me funciona. Me facilita ordenar mis prioridades.
En fin, que me ha sorprendido y gustado tu post.
No se pierdan en el Blog de Una Madre de Marte: Si no quieres tener hijos, el vínculo al vídeo:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=dd_z-pnGKaU Ponencia de Carles Capdevila en Gestionando Hijos Barcelona
Fallecido con 51 años, de cáncer. Descanse en paz.
Carles Capdevila fue director del diario Ara y colaborador del espacio Guía de Padres del programa Hoy por Hoy de Cadena Ser. Además, padre de 4 hijos. Ofreció en Barcelona un discurso lleno de humor sobre la labor de un padre. Su ponencia fue el colofón final del encuentro y suscitó entre el público carcajadas hablando de la importancia del sentido del humor en la educación de nuestros hijos. No os perdáis su intervención.