He(mos) vuelto. De las vacaciones y de Vicedo, y a escribir. Y lo hemos hecho sanos y salvos, en todos los sentidos.
Descansar
"Mi verano comenzó con mis vacaciones, el 1 de agosto, y acabó el
día 30 al marcharnos de Vicedo.
He leído “Yo, Claudio” justo treinta años después de que me lo
regalaran. Si la tercera parte de lo que en él se cuenta es cierta, creo que a
pesar de todo aún nos queda para llegar a la depravación de aquellos personajes
capitales de la Historia. Al terminar, sigo en Roma con Marguerite Yourcenar.
La profundidad del libro, y la atribuida a Adriano en sus memorias, me sorprenden:
la profundidad de quien se esfuerza en conocerse, de quien quiere aprender y comprender
para saber cómo enfrentarse a cada cosa, de quien piensa para vivir más.
La belleza desde cierta distancia tiene algo de fácil. Como leer
las vidas de otros, entraña menos riesgos. Una casa aislada a la que prefiero
no acercarme, el Puerto de Bares visto desde Xilloi o la luz entre los árboles que
cada noche miro desde mi cama. La posibilidad de imaginar sin comprobar, de dejarme
llevar por lo que me sugieren, me atrae. No parece mucho pedir no querer poner
los pies en la tierra de vez en cuando. Aún estamos lejos de encerrarnos en la
torre de marfil.
Poco a poco voy asumiendo que la felicidad, que parece
escurrírseme de las manos cuanto más me empeño en atraparla, para mí consiste
en una colección de momentos valiosos sobre un fondo de calma. La diferencia
entre un sitio y otro, entre unas circunstancias y otras, estriba en la
cantidad de esos instantes que surgen. Y aquí a menudo se dan con solo mirar al
mar, o en un baño.
Me meto en el agua en O Vidreiro mientras el sol se pone tras el
monte, delante de mí. Pasa una lancha y se pierde en el reflejo de la luz sobre
el agua. Me giro y veo a los niños y a Marta en la playa, me doy media vuelta,
me sumerjo y empiezo a nadar. Noto el frío en la cara y en el pecho. Veo el
fondo de arena y, al sacar la cabeza, a mi derecha, árboles, hasta que aparece
el faro de Punta do Castro. Entonces paro y miro alrededor, las nubes, los
montes, la boca de la ría y Bares, blanco y sin ruido. Y ellos. Y me siento tan
afortunado que tengo que contener las ganas de gritar."
* * *
"Y me siento tan afortunado que tengo que contener las ganas de gritar."
ResponderEliminarTodos sus seguidores nos congratulamos –envidiamos- de su fortuna y bienestar.
"Poco a poco voy asumiendo que la felicidad, que parece escurrírseme de las manos cuanto más me empeño en atraparla, para mí consiste en una colección de momentos valiosos sobre un fondo de calma".
ResponderEliminarEso es exactametne lo que es. Sentir la calma interior y cuando llega uno de esos momentos ser completamente consciente de él y apurarlo hasta el fondo para luego volver a la calma a esperar el siguiente.
Así lo siento así y por eso me considero una chica con suerte porque veo cada uno de esos momentos.
Besos
Un abrazo, Manolo. Aquí estamos.
ResponderEliminarSí, Moli, es fundamental (fundamental) verlos y darse cuenta. Besos.
Porto!!
ResponderEliminarMe alegro que estes "de vuelta a Casa Sano y Salvo "despues de Un Gran Descanso.
Yo "No Veia "La Hora de Saber De Usted De Nuevo Al Disfrutar "De Sus Escrituras,Su forma de Ver Los Mas Minimos Detalles en "Asombrosa Grandezas y porque No, el "elevarnos a Completar con Su Vista y Poder Ver Igualmente "como IMAGINAMOS LO QUE NO VEMOS PERO NOS HACE VER IGUALMENTE DEL MISMO MODO.
Pues Nada, BIENVENIDO A CASA!!
Ysa,
I mean "CONTEMPLAR.
ResponderEliminarSORRY!!
Muchas gracias, Ysa. Eres muy amable.
ResponderEliminarVolvimos a estar en Galicia. El Atlántico tiene poco que ver con el Mediterráneo, de lo que me alegro. Bares: algún día próximo iremos para quedarnos días.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy poco, sí. Dichoso quien pueda elegir según sus preferencias.
ResponderEliminarNi se te ocurra hacerlo sin tratar, al menos, de que nos veamos, por favor.
Un abrazo.
El próximo domingo es probable que vayamos al Mediterráneo. Son fiestas aquí (¿recuerdas cuando Jesús escribía sobre las fiestas, cuando trabajaba fuera de aquí?). Suelo adoptar el disfraz mental de Mr. Hulot. No tengo disfraz para la montaña, por eso me lo creo todo sobre ella.
EliminarUn abrazo