Pues así es la literatura, y así somos. Un autor creo que unánimemente ensalzado, y alabado como uno de los indiscutibles grandes de la literatura contemporánea norteamericana; y no sólo eso, sino considerado por el gran Jesús [un abrazo, Jesús] como uno de sus escritores de cabecera; y resulta que el segundo libro suyo que empiezo a leer ha sido también el segundo que dejo a medias.
Me pasó hace un par de años con la novela El periodista deportivo, y me acaba de pasar con su colección de relatos Pecados sin cuento. He leído los tres primeros, y en el cuarto lo he cerrado.
El tema (el adulterio, visto más o menos de cerca, en todos ellos) prometía, pero no me estaba diciendo nada que me interesase; tal vez he tenido poca suerte con esos tres que he leído. En cuanto al estilo, a la forma pura y dura, no sé si se trata de un problema de traducción o si directamente soy un hereje, pero no me gustaba: yo diría que tengo un problema con el vocabulario, que a veces me llama demasiado la atención (por eso digo lo de la traducción, por motivos obvios); y que en sus frases me parece como que... ¿sobran datos?
He visto, por otra parte, algo que no le "perdono" a un escritor (me pasó en su día, pero peor, con Paul Auster), y es que haga de prestidigitador y saque en una determinada situación conclusiones de la nada (sobre todo si esas conclusiones pretenden ser profundas y psicológicamente complejas), o le ponga una serie de etiquetas calificativas a alguien en lugar de conseguir, por lo que nos cuenta de él, que se las pongamos nosotros. Creo que un texto debe ser capaz de llevar al lector a concluir, a ver, lo que el autor quiere transmitir; y que no vale decírselo directamente, y menos si no queda claro de dónde sale y parece un capricho. Del mismo modo, no me gusta que transcriban un diálogo y conviertan a los personajes en videntes con una agudeza mental extraordinaria, capaces de percibir y comprender actitudes que el texto no justifica.
Creo que hay que hacer sentir, no explicar lo que se debe sentir. "Escribo que hace frío, y no hace", dice Donoso que decía, quejándose, García Márquez cuando se atascaba con Cien años de soledad; y me parece un ejemplo perfecto de qué es escribir (bien).
En fin, que manda carallo, pero ahí le quedan mis consejos a Richard Ford.
Ay, me parece que si no te gustó "El día de la independencia" es que no te gusta Richard Ford, porque es una de sus mejores novelas. En fin, en la variedad está el gusto, como se suele decir. Un abrazo.
ResponderEliminar:-)
A mí sí que me gustó "Pecados sin cuento" así que debemos concluir que te estas volviendo un sibarita para esto de la literatura. :-D
ResponderEliminarYa de vuelta.
Un abrazo,
X.
Anda, Jesús, que resulta que me había equivocado de título. Pero recuerdo que me habías dicho, en su día, que te había encantado, éste del periodista deportivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿O un cenutrio?
Me alegro de verte. ¡Estarás descansado...!
Otro abrazo.
Y otro más al resto. Y buenos días.
yo también quiero beso
ResponderEliminar:)
¡Ya te he mandado un abrazo!
ResponderEliminar¿Es que nunca puedes estar contenta, tú, o qué?
Además, te has pasado un montón con la pobre Oporto.
ResponderEliminarSi, en mi opinión, "El día de la independencia" es una de las mejores novelas de Richard Ford, "El periodista deportivo" es sin duda, para mí, la mejor de todas. Fíjate si me gusta, Porto, que es una de las pocas novelas que he releído más de una vez, nada menos que la aparición estelar de Frank Bascombe, desde entonces uno de mis personajes de ficción de referencia.
ResponderEliminarNo me atrevo a recomendarte el libro que cierra su trilogía: "Acción de gracias", pero si entre los lectores de estos comentarios hay algún otro admirador de Ford (y de su personaje Frank Bascombe) se lo aconsejo vivamente: es tan maravilloso como los otros dos.
Un abrazo.
Muy bien ahí, desmitificando.
ResponderEliminarUn saludo.
que lindo blog
ResponderEliminarsaludos
www.nuevenubes.motime.com
Gracias, Nueve nubes.
ResponderEliminarEs fácil desmitificar, ¿eh, Conde? Y hasta queda uno bien :) Un abrazo.
Pues ya ves, Jesús, qué curioso esto de los gustos literarios. Y me estoy refiriendo a dos lectores, tú y yo, que sospecho no muy diferentes; y sin embargo con Ford yo ya he tropezado dos veces, y la verdad es que no sé si volveré a intentarlo, y a ti te maravilla.
De todos modos, y sin querer ponerme pesado, no puedo dejar de pensar qué será leerlos en versión original. Yo leo inglés sin muchos problemas, pero una cosa es comprender y otra muy distinta leer literatura pudiendo apreciarla, llegar a tener criterio en otra lengua (en castellano llevo 38 años intentándolo y aun así...); por eso prefiero una traducción, por imperfecta que sea. Pero está claro que no estoy leyendo a Ford, no al 100%.
Un abrazo, y buenos días.
Le he escrito dos poemas a la ciudad de Porto y me dices que me he pasado?
ResponderEliminarPero si me encantó la ciudad!!!
Es que la gente no sabe aceptar el encanto de la decadencia?
Ejem, buenos dias.
Anímese, Porto:
ResponderEliminar“Cementerio de las naranjas amargas”
Josef Winkler
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Sirwood
Oye, querida, que a mí a apreciar la decadencia nadie me da lecciones, ¿eh?
ResponderEliminarSí, desde luego esto es de lo más amable:
Pero hoy, el maquillaje le queda algo grotesco y burdo.
Los pegotes de colorete se le acumulan en los pómulos secos y chupados.
Porto te sonríe coqueta como una puta desahuciada y te pide unas monedas, unas no más, para pagarse el vicio y seguir creyendo que todavía es bonita.
El día que Porto se muera nadie se enterará.
Encontrarán su cadaver meses después cuando el olor sea ya insoportable.
Todos lo sentiremos mucho.
Guardaremos 5 minutos de silencio.
¿Sí, me debo atrever, Sirwood? Confieso avergonzado que no lo había oído en mi vida, a pesar de que la Wikipedia me informa de que es uno de los grandes contemporáneos austríacos...
Si no habías oído hablar de Winkler es porque no me lees (te he pillado...):
ResponderEliminarhttp://nietos-de-solana.blogspot.com/2008/04/josef-winkler-autor-solanesco.html
http://conde-duque.blogspot.com/search?q=winkler
PD: es muy tétrico y obsesivo, pero escribe que es una gozada...
Lo de nietos de Solana hace mucho que no lo leo; como tantas cosas.
ResponderEliminarPero del tuyo sí leí el de las Ventas, lo que ocurre es que no recordaba el nombre. El otro, el de Natura morta, no, creo que no :(
Un abrazo.
Bueno, por esta vez te lo perdonaremos... :D
ResponderEliminarUn abrazo
jo...
ResponderEliminares que ese día hacía frío y me dolían los ovarios...
soy una artista influenciada por sus males hormonales
Es lo que os pasa, a los pasionales, a los apasionados, a los apisonadores.
ResponderEliminarUn beso.
Y buenos días everybody.
yo de apisonadora tengo más bien poco
ResponderEliminara penas supero los 50 kilos
bon dia!
Apisonadora sentimental, decía yo, querida. Como si te estuviera viendo...
ResponderEliminarBuen día.
De Richard Ford non digo nada, Porto encántame (aínda que pode que xa empece a cheirar un pouco mal) e unha dúbida... se relés algo dúas veces, cantas veces o liches, 4?
ResponderEliminarGrazas
Yo diría que tres.
ResponderEliminarBenvida, Marián Be.
"Todo esto estuvo bien, a veces incluso misterioso, a veces tan aparentemente complicado como para parecer interesante y hasta arrebatador, que es lo que constituye la sustancia de la vida y nosotros tomamos a cuenta de lo que se nos debe eternamente".
ResponderEliminarA veces, la minuciosidad de Richard Ford me encandila; otras, me fatiga. Algo que me sucede con buena parte de la narrativa norteamericana que he leído. La obra de Ford coquetea, al mismo tiempo, con la epifanía y el acta notarial. Uno querría que la mano de John Cheever hubiera dado un repaso a los textos de su compatriota.
ey porfa me puedes decir de quien es el nombre de tu blog.. porq me resulta conocido y no puedo recordar donde lo leí.. estoy buscando por todos lados y nada... gracias
ResponderEliminarte dejo mi mail
mentepatan@hotmail.com
porfa decime porfa!
gracias
Nueve nubes, no sé si es esto lo que me preguntas:
ResponderEliminarhttp://unhombresentadoenunasilla.blogspot.com/2007/10/toda-la-verdad-sobre-portorosa.html
Francisco, yo veo, demasiado a menudo, en ellos, un tono místico, una espiritualidad en mi opinión metida con calzador en cualquier situación, que no me convencen.
Y, como ya he escrito más veces aquí, los veo a años-luz de mí, muy muy distintos (dicho esto sin el menor tono crítico, sólo faltaría; sólo para constatar una diferencia cultural que me deja perplejo, pues uno, con esto de la aldea global, acaba creyéndose que ya somos todos iguales).
Besos. Y buenos días. Y abrazos.
Si lees a Richar Ford, cada tanto encontrarás una de esas frases que te parten en dos, de tanta verdad que llevan contenidas. No hay duda de que Ford tiene una de las características que bastarían para que alguien sea considerado un gran escritor: captar lo que flota invisible y misterioso en la vida de cualquiera y ponerla en pocas palabras. Una tras otra, cortito, nítido. Una patada en las pelotas. Grande.
ResponderEliminarEl punto es el siguiente: no todos estamos dispuestos a leer 500 u 800páginas de aburrido relato para encontrarnos esas frases cada cierto tiempo. Yo soy de los disidentes. Ford es un grande, pero no de los que yo disfruto.
saludos
F
Curiosa opinión, F. Nunca había pensado en definir un gran escritor según ese criterio...
ResponderEliminarNo sé si debería conocerte, ni si es la primera vez que vienes. Por si acaso, bienvenido.
A mi Ford me gusta. Y solo por una de las citas que colgué en mi blog merece la pena.
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