Táboa Redonda: un grano de arroz
Tarde
"Estoy leyendo algo de poesía. Leo un par de poemas mientras como
solo. Me levanto de la mesa, llevo el plato, los cubiertos y el vaso al
fregadero, les paso un agua y los meto en el lavavajillas. Luego guardo la
botella de agua en la nevera. Doblo la servilleta, levanto el mantel
individual, sacudo las migas en la basura y lo limpio con una bayeta, que
escurro debajo del grifo para limpiar la mesa. Guardo el mantel y la servilleta
en el cajón y me acerco a la ventana. Me cruzo de brazos. Miro los árboles del
jardín de al lado y el monte al fondo; miro el cielo, nublado; veo dos pájaros
volando contra el viento.
Recuerdo otra tarde de viento, hace años, paseando junto al mar en
un país nórdico. Al acercarnos a la orilla vimos
a una mujer bañándose. Hacía mal día y estábamos solos. El fondo allí apenas
debe de tener pendiente, y ya desde lejos venía andando, muy despacio pero sin
esfuerzo, sin pelear con el agua. Llegó al embarcadero de madera y subió las
escalerillas. No tenía menos de setenta años. Llevaba un bañador negro y un
gorro blanco, era delgada y alta y tenía la piel morena y arrugada. Nos sonrió
mientras se soltaba el pelo, pasó por nuestro lado y se fue, descalza, por la
hierba.
La parte de atrás de un edificio tiene manchas de humedad en la
pintura blanca. Veo un grano de arroz en el suelo, me agacho, no soy capaz de
cogerlo y aprieto el dedo contra él para que se me pegue a la yema. Me
incorporo, miro para el cubo de la basura y echo el grano en el fregadero. Abro
un poco el grifo, hasta que el agua se lo lleva, y vuelvo a cerrar.
Miro el móvil. Se me hace tarde."
* * *
Una nimiedad... mero y a la vez "neto en "un silencioso y pulcro Domingo que "lo estrechas en un gran abrazo a lo que es posible e infinito... una "costumbre que embelesa la calma del descanso y que se regocija en la perfeccion de Su Santidad pero que se "escapa a manos largas de "aquello que no llegamos a alcanzar como una "fria tarde de jovial Verano!!
ResponderEliminarFeliz Domingo Porto!!
Ysa,
Envidiables en principio esas dos situaciones en soledad, asociada a libertad (que puede ser temporal) y poder hacer todo lo que esa libertad permite….
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarMe asombra la pulcritud de los gestos que relatas.
A la mayoría de personas que conozco -yo incluida- cuando nos quedamos solos, ser un desorden total durante unos días es, una forma estupenda de romper con la rutina que los niños y el trabajo imponen.
Un abrazo
Abrazos (con retraso) a los tres.
ResponderEliminarTiene el sabor de un haiku sin serlo. Por la contemplación sin juicio, por el ritmo de frases cortas y precisas, por la participación de lo natural, por la potencia que se le imprime a pequeños motivos al lado de grandes temas. Qué bonito.
ResponderEliminarUn millón de gracias, Iván.
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