Por ejemplo, este chaval
El miércoles, al salir de judo, mi hijo Carlos me dijo si íbamos al mercadillo de libros del colegio. Tenía cuatro euros y quería comprarnos libros a todos. Yo acabé con “A lus do candil”, de Fole, y él con una versión tipo Famosas Novelas (¡en cuántas conversaciones intelectuales he mantenido el tipo gracias a ellas!) de “Un yanqui en la corte del Rey Arturo”. Y para Paula elegimos un cómic publicado por la Xunta, un homenaje a Uxío Novoneyra el año en que le dedicaron el Día das Letras Galegas.No leo poesía ni cómic. No lo hago a propósito, ni mucho menos presumo de ello, pero no los leo. Lo de la poesía responde a razones que no tengo claras, pero que tienen que ver con cierta sensación de no llegar a ningún lado, de quedarme como estaba; y es algo que me gustaría superar algún día. Lo del cómic es por un motivo tan objetivo como que se acaban demasiado rápido, y también porque no creo haber tenido suerte con lo poco que he probado (acepto recomendaciones). Pero el caso es que es así, y sin embargo allí estaba yo esa misma noche leyendo un cómic sobre un poeta: “Uxío Novoneyra: a voz herdada”, de Kike Benlloch y David Rubín.Lo leí en quince minutos (insisto…). Y me gustó muchísimo.En lugar de centrarse en Novoneyra, los autores crean un personaje, Celestino, en el que la obra del poeta del Courel ejerce cierta influencia, y al que sirve de referencia en ciertos momentos de su vida. De Uxío Novoneyra se habla, se cuentan cosas, pero es un personaje secundario; la historia es la de Celes. Y Celes es un chaval también de la montaña lucense, que va a estudiar a Santiago en los 70, que es espectador desde segunda fila de los acontecimientos de la época, que toma conciencia de su idioma, que va descubriendo la ciudad, el ambiente cultural, más tarde Madrid, otras amistades, va perdiendo a su familia, sufre por amor y por desamor, se divorcia, se va lejos, trata de recomponerlo todo y, en fin, ve cómo pasa su tiempo. Mientras, Uxío moría.Hace unas semanas, en este suplemento, Antonio Costa nos explicaba en un artículo magnífico (“Querido Dostoyevski, enséñanos la idiotez”) cómo la literatura de ficción puede hacernos ver cosas que al ensayo y al documento se le escapan. Este cómic es un ejemplo perfecto. Porque al conocer a un lector todo queda mucho más claro, y porque qué mejor homenaje a un poeta que enseñar cómo su poesía acompaña una vida.Cuando vemos al Celestino adolescente volver a su aldea y recitar versos en ese templo del bosque bajo las estrellas. Cuando vemos cómo esos versos lo inflaman en el despertar a algo nuevo que todos hemos pasado con desconcierto y alterados, y que a algunos les hizo querer irse a ver mundo, a otros, sentarse a escribir desgarradoramente, y a otros, a lo mejor, cantar delante del espejo del cuarto de baño. Cuando Celes nos cuenta que dejó a su primera novia, Sara de Antón, y que “aínda hoxe o lamenta”. O cuando deja claro que hay momentos en que ningún poeta puede consolarnos. Es entonces, desde tan cerca, cuando entendemos lo que puede significar la poesía.
* * *
Sí que lees poesía, y desde hace muchos años. Si te quedaste como estabas siempre -siempre- es culpa del poeta.
ResponderEliminar¿Por qué, Jesús? ¿Por qué leo poesía?
EliminarAccedo a las novedades indicadas en blogs que se indican en el lateral izqdo. y que siempre me ilusionan y que tras su lectura nunca defraudan...
ResponderEliminarNo se pierdan "Los americanos del tren" (hace 3 días), con la experiencia de la protagonista de un largo viaje ferroviario de unas 5 horas.
"Nice to meet you. (Janet and Mike. Forty years together)"
Creo que de Madrid a San Sebastián.
B. Springsteen triunfa en San Sebastián: http://elpais.com/elpais/2016/05/18/album/1463565972_323843.html#1463565972_323843_1463566651
Corrección de errores. vínculo anterior, errado. Sustitúyase por el indicado a continuación:
EliminarB. Springsteen triunfa en San Sebastián:
http://elpais.com/elpais/2016/05/18/album/1463565972_323843.html
Admirable lo que se puede conseguir hoy con cuatro euros (666 pts. de las de antes). Y más admirable y envidiable la fortuna de ese padre con Paula y Carlos...
ResponderEliminarEn su aserto:
"... pero que tienen que ver con cierta sensación de no llegar a ningún lado, de quedarme como estaba; y es algo que me gustaría superar algún día."
Eso mismo certifico " copiado de su BLOG" con respecto a la novela: .. que me supera... y que soy incapaz de leer.
Vaya, pues lo entiendo. Pero, al mismo tiempo, no.
EliminarUn abrazo.
Ampliación a mi comentario anterior:
EliminarEntiendo se santigüe o persigne de tamaña herejía (simbología religiosa de los cristianos de Roma) sobre mi "no lectura de novelas", permítaseme añadir que si leo novelas, si me intriga algún comentario sobre ellas...
Esa "intriga me lleva a leerlas" -pero con mis condicionantes- leo las primeras páginas, algunas por el interior de la trama literaria.
Pero, ante mi impaciencia y brusca necesidad en conocer el desenlace de la trama -a veces prolongado en un extenso "tocho" de centenares o miles de páginas- accedo directamente al final, sintiéndome incapaz de seguir los vericuetos impuestos -por el escritor- al voraz lector y que mi impaciencia soberana allana con mis condicionante y normas que sé herejes con el "escritor_autor-traductor-editor" por su alabado e inmenso trabajo, lo reconozco, tomado en la publicación y edición de esas grandes, inmensa o pequeñas obras dignas de mayor consideración por "mi yo" lector.
Más ampliación a mi comentario anterior:
EliminarY es que al término de la etapa laboral en mi caso, han transcurrido cuatro añitos, el tiempo se va relativizando "la barca de Caronte" se va aproximando, figura mitológica que alude o asemeja al pase de todo ser humano a la eternidad -se supone al final de la vida humana, según creencias, ateos: no admiten otra vida eterna en espera de Juicio, al final de los tiempos.
La situación humano temporal se va modificando extraordinariamente y el concepto del tiempo va modificando nuestra conducta... y en vez de digerir completamente (se van cayendo los dientes necesarios para triturar y, previo al pase digestivo, que es más lento y costoso), entonces en vez de leer o digerir en grandes digestiones sustituimos por sopitas, que se paladean rápido sin grandes necesidades de tiempo y esfuerzo...
Y todo eso se traslada a la literatura también. Y en vez de lecturas completas, "tremendo esfuerzo digestivo", se sustituye por sopitas y que en el lector, equivale a: hojear y pasar "sin demasiado detenimiento" y "con más variedad" y en vez de detenerse en 1000 páginas, se hojean rápidamente... y así podemos acceder a muchísimas 0tras cosas, con más variedad, que incluyen otras aficiones variadas, informática, internet, sexo visual sin contacto físico, TV, cine en DVD, música en mp3 o mp4, navegar o hacer preguntas al padre Google, acceder a noticias en Radio, también online, y en los diarios físicos (en sedoso tacto de papel) u online, pero sin detenerse en una sola... tremenda novela por su espesor, tamaño y peso...
Que la literatura reposada obliga con tomos de 300, 500, 1000 o series de varios tomos enciclopédicos y que ahora la Informática ha relegado e incluye en un vulgar DVD o unidad USB... de veloz y más fácil acceso
Resumiendo, leyendo una extensa novela es imposible acceder a esa tremenda variedad posible ahora con estos enormes avances tecnológicos y luchando contra la brevedad del tiempo que nuestra corta vida nos impone... Me atrevo a avanzar que al igual que los diarios físicos, salas de proyección de cinematógrafos, folios de cuentas gubernamentales trasladadas a en un diminuto usb, desaparecerá esa literatura convirtiéndose en otra cosa, incluso será trasladada a "robots lectores y grabadores" que evitarán el esfuerzo que ahora una atenta y detenida lectura nos impone. Julio Verne avanzado en su tiempo adivinó y se adelantó en sus pronósticos, al igual que algunos otros juzgados y quemados inquisitorialmente en la hoguera y que ahora vemos acertados en sus avances... y antes herejes y "ateos".
Mis disculpas, ¡es mejor terminar, adonde he llegado...! ¡¡¡si estoy cayendo en lo que quiero evitar...!!!
NOTA : le disculpo si no lee hasta aquí... e incluso acepto que elimine este comentario, lo entenderé perfectamente.
No sobra nada de ese comentario, Manolo. Aunque no comparta tus preferencias ni tu pronóstico.
EliminarCreo que la necesidad de elegir bien no tiene por qué llevar a consumir muchas y variadas pequeñas dosis, sino, simplemente, a buscar "calidad".
Y, con respecto a la sustitución del libro en papel, yo cada vez lo veo menos evidente.
Un abrazo.
Se supone que los padres, poseedores de la experiencia, abrimos las normas de la vida y su significado a los hijos; pero no prestamos la atención a que, cuando nuestra propia vida se va escapando por las obligaciones, son ellos los que nos devuelven con creces ese sentido de la vida que empieza a fallarnos. Muchas veces, mediante la casualidad empujada por el entusiasmo (esto último es lo que tendemos a ir perdiendo). De un solo golpe de suerte, Carlos te abre el camino del cómic (no lo recorro) y de la poesía (sendero cotidiano para mí).
ResponderEliminarA veces me resulta extraño que alguien no lea poesía; otras muchas, reconozco que la culpa es de no habernos aficionado de niños. Todavía recuerdo el impacto que tuvo en mí, con aproximadamente 12 años, la bendita obligación de leer Mio Cid. Encontré un sonido, un ritmo, que me faltaba en los otros tipos de libro (e inmediatamente empecé a escribir con ese estilo yo mismo). Es el género ideal para transmitir las “situaciones” (culturales, vitales, el espíritu de una época) de una manera que no podemos alcanzar con el ensayo ni la narrativa. La poesía tiene versos sueltos que se clavan en la memoria como un cartelito que colocamos con una chincheta en la pared. Es insustituible. Aunque no leerla tampoco nos hace peores; simplemente, leerla facilita que seamos mejores.
Un abrazo a ti y otro a tu heredero mayor.
Mis hijos me abren muchos caminos (y no lo digo por decir). Y eso que yo soy bastante lento.
ResponderEliminarComo decía, me gustaría superar esa asignatura pendiente.
Un abrazo.