Ayer hizo un día precioso y por la mañana bajamos a la playa. Por la tarde fuimos al muelle a que anduviesen en bici. Yo llevaba mis recién estrenadas Las correcciones (que tiene muy buena pinta) y esperaba tomar un café a solas, pero me encontré con uno de mis primos, uno de los mayores. Y me senté con él.
Aunque lo quiero y sé que él también a mí, lo cierto es que nuestra relación es escasa, y cuando coincidimos me siento bastante alejado, como de casi todos los demás. Hay cariño, el cariño de la infancia y de muchas cosas compartidas, pero no hay confianza ni nos conocemos de adultos. Sin embargo, ayer, excepcionalmente, creo que durante un rato estuvimos algo cerca; saqué el tema de su padre, de Camilo, del que tanto me acuerdo aquí, y mientras me iba contando cosas de él por debajo de las gafas de sol le cayeron unas lágrimas.
Luego leí yo solo un rato.
Paula acaba de despertarse y ya ha bajado. Vamos a desayunar.
Ya estamos en Vicedo.
tu diario de vicedo es un mito del verano
ResponderEliminarUn mito, tú lo has dicho :-)))
ResponderEliminarmítico, el legendario diario
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