Además del tema central, que es la necesidad de los demás, de las buenas relaciones, y sus beneficios sobre nuestra satisfacción personal (y por el contrario, los perjuicios de la soledad), me llama la atención la importancia que le concede a nuestra actitud, y los efectos que le atribuye sobre nuestro estado de ánimo, e incluso, sí, sobre nuestra salud.
Pero, ojo, esto del poder de la actitud no se debería llevar a extremos ridículos: post de Moli sobre coaching.
ResponderEliminarEn ocasiones esos extremos ridículos junto con las experiencias personales te marcan tus limites y las barreras que ponemos a los demás.
ResponderEliminarUn Bico